CAPITULO SEXTO.- Espagirismo

Como complemento a los Capítulos anteriores, copiamos aquí lo que a este respecto decía nuestro colaborador en la Revista, el Dr. Gnóstico.

La lectura del artículo sobre Astrología, que el maestro Huiracocha publica en el número anterior de esta Revista, titulado “Los Árboles y los Planetas”, nos hace sugerir la idea de hablar algo, aunque sea muy ligeramente, de Medicina Oculta y Espagirismo.

Es imposible hoy acudir a Enciclopedia alguna para ilustrarse sobre tales materias, pues el espíritu ortodoxo ha tendido sus tentáculos a través de estos conocimientos y sólo se nos ofrece una idea equivocada y tendenciosa de cuanto queremos aprender.

Espagiria o Medicina Espagírica, procede del Griego Span (extraer) y de Agyris (reunión). Podemos decir que el Espagirismo, es la Doctrina de los Médicos Espagiristas, que en la Edad Media se llamaron también Paracelsistas, cuyo fin era el de obtener extracciones y remedios químicos de las Plantas para la curación de diversas enfermedades.

Ya se dice en la Biblia, que el Paraíso Terrenal tenía en su vegetación los remedios que curaban todas las dolencias humanas...

A este objeto, vamos a exponer una ligera idea sobre tan importante cuestión sin rebasar los límites, ya que sabemos que el maestro tiene en preparación un interesante libro sobre este tema para el que hace falta una práctica de años que él solo posee. Sin embargo, para un éxito firme, no sólo es preciso conocer Alquimia, sino estar ungido por lo menos, de Sacerdote Gnóstico...

Veamos...

En todo los Vegetales existe una determinada sustancia etérica, excesivamente sutil, que viene a ser al mismo tiempo foco y sostén de vida y como una fuente o manantial energético de calor natural que apoya todas las facultades. Algo así como el Semen del Vegetal mismo...

Cuando esta sustancia entra en actividad, crecen entonces los Árboles, se tornan vigorosos, se multiplican, germinan, florecen y producen los frutos de más saludable robustez. Cuando, contrariamente, esta substancia se debilita o se deseca, los mismos Árboles se tornan estériles, se consumen, enferman y mueren poco a poco.

Dada la potencia de esta sustancia, que encierra todas las virtudes de cada Planta y cada Vegetal, hemos creído oportuno darla a conocer para que nuestros lectores vayan meditando sobre la importancia de este nuevo aspecto médico, aunque nihil, novum sub sole...

He aquí el método que se emplea para extraer este principio sutil:

Se machacan las Plantas que por su constitución contienen mayor cantidad de jugo, incluyendo sus hojas y raíces, las cuales deberán haber sido cortadas recientemente si se quiere obtener el mejor resultado.

Se exprime el jugo de todas ellas, por medio de una prensa adecuada, y se depositará este extracto en un frasco aislado durante cierto tiempo, el cual será colocado en un lugar de temperatura fresca y al abrigo de los rayos solares, pues bajo la influencia de estos rayos o aun de otro calor cualquiera, esta sustancia etérica se evapora. Es ésta la causa del porqué aconsejamos que el jugo se reserve en lugar fresco hasta que se haya terminado totalmente su fermentación.

En seguida se le destila, mediante un calor muy tenue, a fin de que el alcohol o sustancia etérica pueda ascender - tal como asciende a través del agua el aguardiente – formando surcos, canales y estrías... En tanto se forman estas estrías, será preciso continuar calentando y destilando.

Una vez que las estrías desaparecen, es necesario terminar con el fuego a fin de impedir que cierta mucosidad o flema, pueda ascender y mezclarse con la sustancia etérica. Para ello, se rectifica la sustancia obtenida hasta que a ésta se le considera pura de toda otra injerencia, lo cual se obtiene ordinariamente, en la séptima destilación...

Las estrías se evaporan en cada destilación y se necesita separar constantemente el alcohol o espíritu destilado de la flema. Para conocer esto, es bastante gustar o probar la sustancia que ha sido quemada y caldeada con espíritu de vino.

La extracción de este espíritu, alcohol, sustancia etérica o esencia de las Plantas, se obtiene haciendo la recolección primeramente de una gran cantidad de jugos, pues aunque la producción sea poca, su virtud no es menos potencial. Se puede llenar, hasta un barril entero y se guardará, a semejanza del vino, en un lugar subterráneo hasta que se acabe su fermentación y entonces se procede a destilar el jugo en cuestión, tal como se ha dicho, separando el espíritu de la flema.

La flema, sin embargo, podrá serle también destilada y conservada, porque tiene igualmente virtudes notables. Lo que se obtiene entonces y que es como agua común en comparación con el espíritu de que hemos hablado será también destilado por el método ordinario.

El Tártaro, en fin, que se adhiere a las diferentes partes del barril, la sal vegetal, podrá ser extraído bajo la forma fija o volátil, lo que le dará nuevas virtudes admirables...

Hasta aquí habla nuestro colaborador. Nosotros añadimos que toda Planta crece y se desarrolla dentro de los elementos, de tal manera que poco a poco va acumulando lo que hemos dado en llamar Sustancia Crística o Cristónica, que es el Arcano poderosísimo que le extraemos. Como el Sol puede estar astrológicamente, ya en buena, ya en mala posición, es preciso tener esto en cuenta en el instante mismo de sembrarla, es decir, cuando se opera la gestación o coito. Luego, al brotar desde la madre tierra, tenemos el nacimiento, y es entonces cuando formalizamos su Horóscopo para catalogar después su verdadero valor intrínseco... Más tarde, se corta y se cosecha cuando toda su savia y todo su poder están en apogeo, extrayéndole esa Sustancia etérica y volátil (Sustancia cristónica) en el momento astrológico preciso. Sin embargo, aun es necesario apartar por los medios espagíricos las malas influencias que hayan introducido en la Planta otros Astros no convenientes al objeto perseguido, y unidas en este sistema Alquimia y Astrología, podemos obtener los mismos milagrosos remedios de los Antiguos.

Tanto en el momento de su cosecha, debemos ajustarnos también al Bioritmo, pues la Planta, a semejanza de los demás seres, tiene su ritmo perenne e indudable...

Aun más. Para concretar un preparado cualquiera, no hay que olvidar que cada uno de nuestros órganos corresponde a un Signo del Zodíaco y a un Planeta distinto. De este modo, si atendemos a la curación de un órgano determinado, es forzoso estudiar si coinciden Ritmo, Planeta, Zodíaco y Tattwa, pues cada Planta tiene también su Tattwa respectivo.

Y he aquí que toda Planta es una Sensitiva... Por eso dijimos en nuestra Novela Rosa – Cruz: Dios o Cristo, duerme en la Piedra. Despierta luego en la Planta. Se mueve en el Animal. Piensa en el Hombre y ama en el Ángel. De esto deducimos, que a cada Piedra hay que tratarla como una Planta. A cada planta como un Animal. Cada Animal como a Ser Humano y todo Ser Humano como Ángeles o Dioses...

Si para esta Alquimia sagrada somos malos e impuros, nuestra propia impureza se transmitirá a la Planta como ser sensitivo e inferior y ya no producirá remedios eficaces. Nosotros hemos guardado con toda pulcritud esta regla conociendo su máxima influencia...

Como podemos observar, esto requiere una vieja práctica y atención, conocimiento, voluntad y amor al Sistema para que todo sea hecho de manera consciente, a fin de que el éxito corone la obra. Así, diremos que el Espagirismo Gnóstico – Rosa Cruz es infalible y un día llegará a imponerse como la Medicina más Santa y más Sagrada del porvenir...

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