Leyendas Egipcias

El Poder Secreto de Ra

 

Ra el resplandeciente se elevó sobre la bruma que cubría las aguas. Nun, el espíritu de las aguas flotaba sobre él.

Ra era todopoderoso y su poder provenía de su Nombre Secreto. Esto le daba el poder de crear tan sólo llamándolo por su nombre.

Él dijo: "Soy Kephara en la mañana, Ra a medio día y Tum al anochecer". Y el sol se elevó por el Este y viajó por el cielo para ocultarse por el Oeste.

Así creó Él el primer día.

Él entonces llamó Shu el que controla los vientos, Tefnut la que provoca la lluvia. "Geb" dijo él y la tierra se elevó por sobre el mar. Nut fue nombrada y se extendió su cuerpo por el cielo de un horizonte al otro para formar el arco que mantiene las estrellas y el camino  del sol y la luna. Hapi él llamó por último y el río Nilo fluyó por Egipto trayendo la vida a la tierra.

Él nombró todas las cosas sobre la tierra y finalmente nombró Hombre y Mujer y ellos se multiplicaron para vivir en prosperidad en las orillas del Nilo.

Sekmet

Sekhmet la Diosa de la Venganza y Hathor la Diosa del Amor Cuando Ra se elevó sobre la bruma , él creó el día y la noche y Apophis el Dragón de la maldad se formó en las tinieblas de la noche vaporosa y trató de arruinar todo lo que era brillo y bondad. Apophis era enemigo de la sabia regencia de Ra como Faraón y como Ra envejecía, Apophis tocó el corazón de los habitantes de Egipto y muchos siguieron sus falsas promesas de poder y se rebelaron en contra de Ra.

Ra convocó a consejo a sus hijos, Shu, Tefnut, Geb, Nut y Hapi. Él también convocó a Nun quien rige el espíritu de las primeras aguas. Y él les preguntó que debía hacer con la maldad entre la gente de Egipto.

"Ellos se reúnen en el alto Egipto para hacer aún más maldad mientras nosotros nos reunimos aquí", él dijo. "¿Debo acaso destruirlos a todos con una mirada incinerante de mi ojo que todo lo ve?"

Nun, la más anciana habló primero: "Faraón, no vuelvas tu ojo contra Egipto pues destruirías toda criatura y toda cosa. Destruye sólo a los hombres y mujeres perversos y salva a los buenos".

Ra asentó con la cabeza y pronunció la palabra Sekhmet y una poderosa leona saltó al centro del consejo. Ella caminó alrededor y finalmente se detuvo enfrente del trono de Ra. Por un largo tiempo Sekhmet vio el rostro de Ra, entonces ella contrajo su cola, dio la vuelta y saltó fura del círculo del consejo para dirigirse al Alto Egipto.

Las poderosas fauces y garras de Sekhmet destrozaron a los hacedores de maldad en el Alto Egipto hasta que el Nilo se tornó rojo con su sangre. Su hambre era insaciable y cada día ella acechaba a los hombres y mujeres del Alto Egipto y se escondía por la noche lamiendo sus garras y soñando con las nuevas presas de la mañana siguiente.

Pero Ra no quería destruir a la humanidad, solamente a los hacedores de maldad. Él decidió engañar a Sekhmet para detener su carnicería pero dijo: "No habré de humillarla pues ella ha hecho cuanto le he ordenado, pero le daré un poder aún mayor sobre los hombres para que no permanezca en deshonra". Pero primero él debía atraparla.

Para atrapar a Sekhmet él envió mensajeros a la isla Elefantina de la Primera Catarata del Nilo pidiéndoles que trajesen ocre rojo.

Él envió el ocre a los sacerdotes del Templo del Sol, el Templo de Ra en Heliópolis. Le ordenó a los sacerdotes y a toda la corte real que fabricaran cerveza y la mezclaran con el ocre rojo para que se tornara roja como sangre.

"Rápido, traigan la cerveza roja como sangre a el Alto Egipto y derramen la cerveza en la tierra para atrapar a Sekhmet", ordenó Ra.

Cuando Sekhmet salió la mañana siguiente para continuar su acecho a los perversos, ella no vio a hombre alguno, sino vio lo que parecían piscinas de sangre esparcidas por la tierra.

Sintiéndose sedienta bebió la sangre hasta que se embriagó y quedó indefensa. Y Ra la llamó, "Ven, mi preciosa", y ella recorrió el Nilo hacia Heliópolis.

Ra se encontró con ella y colocó su mano sobre su cabeza, "Sekhmet, tú has venido en paz, que la paz y un nuevo nombre sean contigo. No serás más Sekhmet la destructora, serás Hathor la Dama del Amor. Ya no reinarás sobre los hombres por el terror sino por la pasión del Amor. Pues el Amor es aún más fuerte que el odio y el terror, y todos los hombres caerán en debilidad con el amor y estarán en tu poder".

"Y yo decreto que en el primer día de cada año las sacerdotisas del Amor mezclen el ocre de Elefantina y la cerveza de Heliópolis en un gran festival en honor a Hathor".

Y la maldad de Apophis fue detenida y el agridulce regalo del amor fue concedido a la humanidad.

Rubén Soto Orozco. Comisión Internet en inglés y francés.

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