Complejo: Las Monjas
La zona sagrada de Chichén Itzá está envuelta en un ambiente sagrado y misterioso, sobresale en cada uno de los edificios el dios del agua maya, denominado Chaac, con un aspecto inconfundible de venerable anciano para indicarnos que el camino interno debe ir aparejado de la adquisición de la sabiduría. Su enorme nariz tan característica, nos muestra que en el poder del prana o energía vital, está uno de los secretos para la transmutación de las aguas puras de la vida. Es por ello, que en sus orejeras que, si bien nos indican el aprender a escuchar la palabra del eterno, nos sorprende hallar un órgano creador masculino, indicio de la fertilidad, pero también señalando el uso correcto de la sexualidad, diciéndonos lo sagrado que debería de ser.
El mismo nombre de Chichen Itzá nos refiere a la realización de ese trabajo: “En la boca del pozo de los brujos del agua”, claro que brujo no es la palabra adecuada, más bien es mago, o sea el que es capaz de influir sobre su naturaleza interior. Todos debemos de convertirnos en Itzaes o magos del agua, es decir, aprender a transmutar nuestras energías sexuales, ya como soltero o como casado y es en esta zona donde nos dan todas las claves en un ambiente de misterio y espiritualidad.
En uno de sus edificios de este complejo arquitectónico, vemos una gran maravilla: doce figuras de Chaac plasmados en todo el edificio, pero formando un Chaac gigantesco entre todos ellos; primero nos indica como el Padre que está en secreto, está formado por muchas partes, y entre ellas son precisamente doce principales, los cuales estuvieron representados por los doce apóstoles en el drama cósmico que personificó el maestro Jesús. Un Chaac gigantesco (el Ser) formado por 12 Chaac más pequeños (las doce potestades).
Nos indica también el sacrificio por la humanidad, pues el doce es el número del apostolado, el servir a nuestros semejantes sin distinción alguna, solo por el hecho de servir y eso es todo.
Un gran sacerdote se encuentra en la parte superior de la puerta, sentado al estilo oriental, en una actitud de contemplación, de meditación, mostrándonos que se requiere del silencio mental para comprender y eliminar todos nuestros defectos psicológicos. Sus brazos están al estilo de los sarcófagos egipcios, las manos cruzadas en el pecho, indicando la muerte en el Señor (la destrucción del ego), la puerta es una gran boca, tipo fauces del monstruo de la tierra, que debe devorar todo lo inmundo, símbolo de la gran madre interna que desintegra los defectos cuando los hemos comprendido. Lo rodea un semi círculo de plumas mostrándonos el camino a la espiritualidad y rematan símbolos del agua.
Un gran mensaje nos entrega, pero más allá de las palabras, con estos grabados tan preciosos, va dirigido a lo más profundo de la conciencia, nos invita a trabajar en la transformación de las aguas puras de la vida, a convertirnos en Itzaes o magos del agua, a transformar consciente y positivamente la energía que nos trajo al tapete de la existencia, a dejar la morbosidad, la pasión bestial y ver en el amor la puerta de salvación.
Enviado por: Jenaro Reyes y Lupita Rodríguez comisión de Cursos por Internet
Nota: El conjunto arquitectónico denominado “Las Monjas”, lleva sólo su nombre, ya que la cantidad de habitaciones existentes, se les hizo semejante, a los españoles, como a un convento de Monjas. Nada que ver con todo el contenido de esta sagrada zona.