La Sabiduría del Ser No. 76 Ciencia Arte Filosofía y Mística-Trimestre: enero, febrero y marzo de 2018 Material didáctico para uso interno y exclusivo de estudiantes Del Instituto Cultural Quetzalcóatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. www.samalegnosis.net ? www.samaelgnosis.org www.samelgnosis.us ?www.samelgnosis.net/fr Contenido: El Limbo 3 La Vejez 5 La Muerte en el Bardo Thodol 7 La Muerte y la Ley del Retorno 10 La Personalidad y los Fantasmas 12 La Realidad sobre la Muerte del Cuerpo Físico 15 Celebración del Día de Muertos 17 Procesos en la región de los muertos 19 Arcano Nº 76 El Dispensador 21 Portada elaborada por: Malcon Alvarado. Camazotz, el dios Murciélago. Zona Arqueológica de Copan Honduras. Certificado de reserva de derechos al uso exclusivo. En el género de: Difusiones periódicas. Especie: Difusión vía red de Cómputo. Titular: Instituto Cultural Quetzalcóatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. Titulo “La Sabiduría del Ser” Reserva: 04-2008-032711425000-203 Dirección de Reservas de Derechos. LA MUERTE Y LA DONCELLA. AUTOR: MARIANNE STOKES. AÑO: 1900 El Limbo D ante Alighieri, el florentino autor de “la Divina Comedia”, describe el destino que le espera a las almas después de haber fallecido su mortal cuerpo. Acompañado por su maestro, Virgilio, el poeta recorre el camino involutivo a través de nueve círculos, que conducen a las almas por una continua purificación. El primero de estos nueve infiernos, es llamado por el autor: el Limbo, un lugar donde el bien y el mal no tienen presencia, la antesala del infierno. Solamente personas con consciencia despierta han sido capaces de conocer y relatar las realidades que existen más allá de nuestros cinco sentidos. El Venerable Maestro, Samael Aun Weor, logró, al igual que Dante, visitar y experimentar cada una de las regiones inferiores de la naturaleza para, a su vez, darnos a conocer sus secretos. Existen facultades humanas que permiten el acceso a misterios trascendentes que el alma, aún en su inconsciencia, logra intuir, tales como la “percepción instintiva de las verdades cósmicas”. Esta facultad, perdida en la actualidad, es latente en quienes han logrado destruir de su propia naturaleza interior las bajas pasiones y el conjunto de agregados psicológicos que constituyen el ego. Es posible, mediante la disolución del agregado psicológico, regenerar esta preciosa facultad y entonces verificar, en forma consciente, las leyes que rigen la naturaleza, como la ley del eterno retorno, evolución e involución. A través de los siglos, los seres de conciencia despierta han referido estas leyes, explicando así el destino de las almas cuando el cuerpo muere. La rueda del Samsara, citada por los indostanes, afirma que después de la muerte existe el retorno, y que son 108 vidas las que le son otorgadas al alma para su manifestación y desarrollo en este mundo tridimensional. Al igual que Dante Alighieri, la doctrina describe el mundo dividido en tres regiones: las supradimensiones o cielos, la región física o tridimensional y las regiones inferiores o infiernos. Las almas ascienden o descienden en el también llamado caracol de la existencia, pero en el transcurso de las 108 vidas, el alma nace y muere por ley del eterno retorno inevitablemente. Cuando alguien fallece, le corresponde un nuevo retorno, y mientras se le asigna por la divina ley de la justicia, permanece en el Limbo, esperando. Es común experimentar en el mundo de los sueños situaciones con personas que han fallecido, ya que el mundo astral inferior, o mundo de los sueños es precisamente el Limbo. Al perder el cuerpo físico, el alma, revestida por sus agregados psicológicos, permanece ahí, esperando un nuevo retorno, con la conciencia profundamente dormida. El difunto no reconoce que ha muerto, porque está dormido en su conciencia. Los tibetanos, por su parte, afirman que el alma está unida al cuerpo físico por medio de un cordón llamado el cordón plateado, de la vida o cordón Antakarana. Cuando una persona duerme, su alma sale del cuerpo y visita la región del astral inferior, el cordón Antakarana le permite al cuerpo físico percibir emociones, pensamientos, vivencias que le ocurren en el mundo de los sueños y por la mañana regresar al cuerpo físico, una vez que éste ha sido restaurado durante la noche. Pero cuando alguien fallece, el cordón Antakarana es cortado por seres conscientes que rigen la muerte y, por lo tanto, ya no puede regresar al cuerpo físico, se dice que ha desencarnado. Así que tanto las almas de los muertos como de los vivos, conviven en el mundo astral inferior, en el Limbo, la antesala de los infiernos. Este mundo es tan similar al físico, que el individuo ni vivo, ni muerto, lo reconoce, cree estar despierto, inclusive suele pasar que se habla con los difuntos y al momento de despertar es cuando se descubre que era un sueño. Dante Alighieri menciona que el Limbo es el lugar donde habitan los no bautizados, entendiendo el bautizo como un acuerdo o pacto que realiza el ser humano ante el Ser divinal para trabajar en sí mismo con el agua, el fuego y la sal; es decir, con la energía creadora y el fuego sexual a través del amor. En esta región, Dante encuentra a Homero, Lucano y Ovidio, personajes ilustres en vida, quienes olvidaron dedicarse al sacramento del bautizo. También encontró a los filósofos de antaño, tales como Platón y Aristóteles, famosos por su invaluable aportación a la humanidad y símbolos del no cumplimiento con el sacramento del bautizo, indicando que, mientras no se trabaje con la sal del amor, no es posible acceder a los mundos superiores de conciencia o cielos y mientras no se cumplan las 108 existencias, tampoco se puede entrar a los mundos inferiores…, por lo tanto, permanece en la antesala del Limbo para aguardar una nueva oportunidad de nacer y tener cuerpo físico para trabajar en la auto realización. El Maestro Samael refiere que el Limbo está representado por las grutas y cavernas subterráneas del mundo. Y, ¿A qué se dedican las almas en el Limbo?, a lo mismo que hacía antes de morir, el difunto ignora que ha muerto y continúa sus actividades como si estuviera vivo, con las mismas preocupaciones, temores, deseos, problemas, éxitos y fracasos…, lo común es que se vuelva a nacer sin saber cómo ni cuándo para vivir nuevamente con la consciencia dormida. De tal forma que este mundo físico y el Limbo son prácticamente lo mismo, solamente que el limbo es más sutil, pero en ambos, la consciencia está dormida, soñando que está despierta y perdiendo la oportunidad de vencer las leyes de la naturaleza por medio de la auto realización. La invitación es a despertar conciencia, a realizar la clave de SOL constantemente: Sujeto, Objeto, Lugar. Preguntarse a cada momento ¿Quiénes somos?, ¿Cuál es el objeto? ¿Qué lugar es éste?..., para poder aprender a discernir entre el mundo físico y el mundo de los sueños y, a su vez, ir despertando la consciencia paulatinamente. Es necesario despertar para conocer de verdad lo que es el mundo. “Se hace necesario que despierten para que conozcan de verdad lo que es el Mundo, lo que es el Universo. Mientras ustedes continúen con la Consciencia Dormida, nada sabrán de todas estas cosas. Es urgente, inaplazable, impostergable aniquilar el Ego, reducirlo a cenizas para que la Consciencia despierte. Incuestionablemente, la Consciencia Despierta puede ver, oír, tocar y palpar las grandes realidades del Universo; ¡pero hay que despertar! He dicho yo que se necesita de una didáctica y de una dialéctica para despertar, la he dado en mi libro “La Psicología Revolucionaria” y en “La Gran Rebelión”. Ustedes necesitan estudiar esas obras y trabajar de acuerdo con los axiomas allí concretados, para que un día logren el despertar. Hasta aquí mis queridos amigos. ¡Paz Inverencial!” Samael Aun Weor, Enviado por: Susana M. Rodríguez Licea. Comisión de Eventos del ICQ. IMAGEN: BAJADA DE CRISTO AL LIMBO. AUTOR: SEBASTIANO DEL PIOMBO. AÑO: 1516 La Vejez C uando se ha sabido vivir consciente e inteligentemente, la vejez es una de las etapas más importantes del ser humano, pues es cuando se tiene la sabiduría que da la experiencia de los años vividos. Es en este periodo en el que el consejo de los ancianos puede conducir a los pueblos al éxito espiritual, científico, artístico, material y filosófico, todo esto en perfecto equilibrio. Los primeros cuarenta años de vida nos dan el libro, (el aprendizaje,) los treinta siguientes el comentario (la experiencia, la sabiduría, el buen juicio): Todo hombre sabio, lo es porque sabe observar. A los veinte años un hombre es un pavo real (vanidoso); a los treinta, un león (invencible); a los cuarenta, un camello (previsor); a los cincuenta, una serpiente (astuto); a los sesenta, un perro (gritón); a los setenta, un mono (brinca de árbol en árbol de casa en casa de los hijos), y a los ochenta, solamente una voz y una sombra. El tiempo revela todas las cosas: es un charlatán muy interesante que habla por sí mismo aun cuando no se le esté preguntando nada. No hay nada hecho por la mano del pobre animal intelectual, falsamente llamado hombre, que tarde o temprano el tiempo no destruya. "Fugit irreparabile tempus", el tiempo que huye no puede ser reparado. El tiempo saca a la luz pública todo lo que ahora está oculto y encubre y esconde todo lo que en este momento brilla con esplendor. La vejez es como el amor, no puede ser ocultada aun cuando se disfrace con los ropajes de la juventud. La vejez abate el orgullo de los hombres y los humilla, pero una cosa es ser humilde y otra caer humillado. Cuando la muerte se aproxima, los viejos decepcionados de la vida y los que han sabido vivir encuentran que la vejez no es ya una carga. Las mujeres y los hombres abrigan la esperanza de vivir larga vida y llegar a ser viejos y, sin embargo, a muchos la vejez los asusta. La bendita vejez comienza a los cincuenta y seis años y sigue su proceso que nos conduce a la decrepitud y la muerte. La tragedia más grande de muchos viejos estriba, no en el hecho mismo de ser viejos, sino en la tontería de no querer reconocer que lo son y en la estupidez de creerse jóvenes como si la vejez fuera un delito. Lo mejor que tiene la vejez, es que se encuentra uno muy cerca de la meta. Es en esa etapa de la vida en la cual si no hemos trabajado en la eliminación del ego, del mí mismo, de nuestra falsa personalidad, venimos tristemente a darnos cuenta que el yo psicológico, el mí mismo, el ego, no mejora con los años y la experiencia; al contrario: se complica, se vuelve más difícil, más trabajoso, por ello dice el dicho vulgar: "Genio y figura hasta la sepultura". El yo psicológico de los viejos difíciles se auto consuela dando bellos consejos debido a su incapacidad para dar malos ejemplos. Los viejos saben muy bien que la vejez es un tirano muy terrible que les prohíbe bajo pena de muerte, gozar de los placeres de la loca juventud y prefieren consolarse a sí mismos dando bellos consejos. El yo oculta al yo, el yo esconde una parte de sí mismo y todo se rotula con frases sublimes y bellos consejos. Una parte de mí mismo esconde a otra parte de mí mismo. El yo oculta lo que no le conviene. Está completamente demostrado por la observación y la experiencia que cuando los vicios nos abandonan nos agrada pensar que nosotros fuimos los que los abandonamos. El corazón del animal intelectual no se vuelve mejor con los años, sino peor, siempre se torna de piedra y si en la juventud fuimos codiciosos, embusteros, iracundos, en la vejez lo seremos mucho más. Los viejos viven en el pasado, los viejos son el resultado de muchos ayeres, muchos ancianos ignoran totalmente el momento en que vivimos, los viejos son memoria acumulada. La única forma de llegar a la ancianidad perfecta es disolviendo el yo psicológico. Cuando aprendemos a morir de momento en momento, llegamos a la sublime ancianidad. La vejez tiene un gran sentido de sosiego y libertad para aquellos que ya disolvieron el yo. Cuando las pasiones han muerto en forma radical, total y definitiva, queda uno libre no de un amo, sino de muchos amos. Ancianos inocentes que ya no posean ni siquiera los residuos del yo, son infinitamente felices y viven de instante en instante. El hombre encanecido en la sabiduría, el anciano en el saber, el señor del amor, se convierte de hecho en el faro de luz que guía sabiamente a jóvenes y adultos. El venerable anciano (a) maestro (a) que ha disuelto el yo pluralizado en forma radical y definitiva es la perfecta expresión de la bella sabiduría, del amor divino y del sublime poder, y, por lo tanto, será respetado y venerado por todas las generaciones. Aquello que no tiene nombre, eso que es divinal, eso que es lo real, tiene tres aspectos: sabiduría, amor, verbo. Lo divinal como padre es la sabiduría cósmica, como madre es el amor infinito, como hijo es el verbo. En el buen padre de familia se halla el símbolo de la sabiduría. En la buena madre de hogar se halla el amor, los hijos simbolizan la palabra. Los padres ancianos merecen todo el apoyo de los hijos, ya viejos no pueden trabajar y es justo que los hijos los mantengan, amen y respeten y hagan de ese amor una religión. Quien no sabe amar a su padre, quien no sabe adorar a su madre, marcha por el camino del error. Los hijos no tienen derecho de juzgar a sus padres, nadie es perfecto en este mundo y los que no tenemos determinados defectos en una dirección, los tenemos en otra, todos estamos cortados por las mismas tijeras. Algunos subestiman el amor paterno; otros hasta se ríen del amor paterno. Quienes así se comportan en la vida ni siquiera han entrado por el camino que conduce a lo divino. El hijo ingrato que aborrece a su padre y olvida a su madre es realmente el verdadero perverso que aborrece todo lo que es divinal. La revolución de la conciencia no significa ingratitud, olvidar al padre, subestimar la madre adorable. La revolución de la conciencia es sabiduría, amor y perfecto poder. En el padre se halla el símbolo de la sabiduría y en la madre se encuentra la fuente viva del amor, sin cuya esencia purísima es realmente imposible lograr las más altas realizaciones íntimas. Enviado por: J. Isabel Mauricio Vargas. Instructor gnóstico de Rincón de Romos, Aguascalientes y Loreto, Zacatecas. Fuente: libro Educación Fundamental, Samael Aun Weor IMAGEN: VEJEZ. AUTOR: ALBERT ANKER. AÑO: APROX 1870. La Muerte en el Bardo Thodol E l Libro Tibetano de los Muertos es un texto enigmático que narra de manera detallada los procesos que vive el alma o consciencia del difunto, dirigiendo su enseñanza no solamente para los que mueren, sino también para los que estamos aún con vida y con el anhelo de conocer lo que sucede en el más allá. Estas enseñanzas fueron introducidas en el Tíbet por Padmasambhava, gran maestro tántrico del siglo VIII y fundador del lamaísmo, quien dio su bendición para que permanecieran por siempre en el mundo y que había de revelarse públicamente cuando el tiempo estuviera maduro. Este texto pretende ser una guía para el difunto en la etapa de transición del Bardo, representada simbólicamente por un período de 49 días, en donde el alma o consciencia del difunto confronta sus aciertos y sus errores de la vida que acaba de pasar, concluido este periodo, deberá presentarse ante los tribunales del karma. El juicio final divide a los desencarnados en tres grupos: 1. Los que se reencarnan en forma inmediata o más tarde. 2. Los que ascienden a los estados paradisíacos y celestes. 3. Los que entran al reino mineral (Infierno) Todo el que muere debe experimentar tres Bardos, según se describen en el libro el Bardo Thodol. • El primero: Chikhai Bardo. (El bardo del momento de la muerte). • El segundo: Chonyid Bardo. (La experiencia de la realidad). Cuando las visiones kármicas aparecen. • El tercero el Sidpa Bardo. (La búsqueda del renacimiento). En la primera parte se relatan los acontecimientos que suceden después de la muerte: en los primeros tres días y medio, nuestra consciencia y juicio interno son liberados debido a la descarga eléctrica producida por el rayo de la muerte. Desde el momento en que inician los síntomas de la muerte, el guía debe instruir al moribundo con la lectura del Bardo Thodol, y, cuando éste ha muerto, en presencia del cadáver, le habla al oído, y de forma clara y precisa va narrando lo que está sucediendo en esas regiones misteriosas y desconocidas. El primer síntoma de la llegada de la muerte es la pérdida de los cinco sentidos, y esto va sucediendo cuando el difunto percibe los cuatro sonidos que inspiran terror sagrado: El de la fuerza vital del elemento tierra, un sonido como el derrumbamiento de una montaña; el de la fuerza vital del elemento agua, un sonido semejante al de las olas del océano; el sonido del elemento vital del fuego como un incendio en la selva y el de la fuerza vital del elemento aire, una resonancia como de mil truenos, destellando simultáneamente. Posteriormente el cuerpo se enfría y el principio consciente (Esencia, consciencia, alma) cae en un sopor de sueño, como un desmayo, ya que no le llegan las impresiones, debido a que los sentidos se han disuelto; después viene la fase de transición entre la vida y la muerte, un momento maravilloso y despierta a una luz brillante experimentando dicha y serenidad. Esta luz puede parecer aterradora para aquellos que no la han conocido en vida. Si el moribundo no logra reconocer esta radiante luz, verá la clara luz secundaria y si todavía no la reconoce, experimentará una secuencia de visiones de diversos seres espirituales. Todos los difuntos verán estas luces por fugaces que sean, a excepción de los que puedan liberarse en el primer instante: aquellos que han logrado despertar su consciencia o los que en vida han sido extremadamente malvados, ya que inmediatamente a su muerte ingresan a las profundidades del abismo. El objetivo principal de este libro es que el desencarnado pueda alcanzar la liberación intermedia: la felicidad sin límites entre la muerte y un nuevo nacimiento. Un estado semejante al del Budha en el mundo de los electrones libres o mundo del espíritu puro. Esta no es la liberación final que logra alcanzar el Maestro perfecto. Este acontecimiento sucede a los tres días y medio o cuatro después de la muerte, en la etapa llamada Chonyid Bardo, con la confrontación de la realidad durante el estado intermedio. El fallecido se enfrentará a las divinidades apacibles, y posteriormente a las deidades irritadas, bebedoras de sangre; no deberá identificarse o subyugarse, ni atemorizarse o aterrorizarse; todo lo que pueda sucederle: sonidos, luces, radiaciones, no podrán hacerle daño, ya es imposible morir y todo lo que percibe son formas mentales, si no ha comprendido la enseñanza dada, los fulgores le subyugarán, los rayos le aterrorizarán, los sonidos lo llenarán de miedo y continuará vagando por el Samsara, (recapitulación retrospectiva de la vida que acaba de pasar). El primer rayo del primer día, será de un color azul brillante, llamado luz de la sabiduría de Bhagavan Vairochana, acompañando a esta luz viene la irradiación empañada de los Devas. Si el alma del fallecido logra fundirse con la luz de gracia de Vairochana, penetrará en el reino central de la Densa Concentración. En el segundo día aparece la luz clara, radiante y blanca que sale del corazón de Vajra Satwa, a la par surge el resplandor gris ahumado, proveniente de la fuerza de la cólera, el difunto deberá reconocer el resplandor brillante para alcanzar el reino del este, de la Suprema Dicha. En el tercer día aparece la luz amarilla del elemento tierra, del reino del sur dotado de gloria de Ratna Sambhava, el opuesto es un fulgor azul-amarillo del egoísmo, y nacerá en el reino humano. En el cuarto día surgirá la luz roja brillante del elemento fuego, acompañando a esta luminosidad vendrá un color rojizo oscurecido, causado por el aferramiento, la codicia y los vicios, si se funde con la luminosidad del Buda Amitaba, penetrará al reino del oeste, llamado el Mundo Feliz. Aparecerá en el quinto día el color verde del elemento aire y brillará el Buda Amoga-Siddhi y entrará al reino del norte de las Buenas Acciones Acumuladas. Si el difunto aún no es cogido por los rayos de gracia de los Budas, en el sexto día aparecerán los rayos unidos de las cinco sabidurías o cinco órdenes de Budas. En este día los que estén destinados a la liberación, serán conducidos a conocer la verdad. En el séptimo día las divinidades poseedoras de la sabiduría recibirán al fallecido y si éste logra reconocer a estos seres divinos que vienen a acogerlo, será conducido a los reinos del paraíso. Si el difunto no ha logrado fundirse o integrarse con las luces de la sabiduría, continuará dentro de la rueda de la ignorancia y de la ilusión. Por lo tanto, tras la cesación de las divinidades apacibles aparecerán del octavo al catorceavo día, 58 divinidades irritadas, bebedoras de sangre (Herukas) que no son otra cosa, sino las cinco deidades apacibles bajo un nuevo aspecto. Reconociendo la clara luz en el momento de la muerte, reconocerán también las visiones de las divinidades apacibles y de las irritadas, y renacerán en los planos más altos, y en el próximo retorno encontrarán esta doctrina. Estas divinidades irritadas son producto del miedo, el terror y el temor y reconocerlas se hace más difícil, sin embargo, habiendo meditado en ellas, rindiéndoles homenaje, habiéndolas visto representadas en cuadros e imágenes, después de la muerte las identificará y si se integra con ellas, logrará la liberación intermedia. Posterior a esta etapa, viene la tercera llamada Sidpa Bardo: enfrentarse al terrible viento del karma, ser perseguido por bestias, la nieve, la lluvia, la oscuridad, alucinaciones de ser perseguido por multitudes, sonidos como de montañas que se derrumban, como el mar en plena tempestad, el estallido de un incendio, en estos momentos el moribundo se sentirá desorientado, angustiado, entristecido, agobiado, y querrá tener su cuerpo y lo buscará, pero sólo encontrará sufrimiento, deberá tener resignación y aceptar la realidad. Es el instante en que el buen genio, contará las buenas acciones con piedras blancas, y a su vez el genio malo contará las obras malas mediante piedras negras; sin embargo, aún se puede lograr la liberación intermedia, si se dejan los apegos, la ira, el miedo y el terror; deberá concentrarse en las divinidades protectoras, orar y pedir su auxilio. Debido al deseo de querer tomar un cuerpo, estará expuesto a caer en matrices que no son idóneas para su desarrollo espiritual, como en animales o bestias, en lugares donde se sufre de hambre, en hogares donde no hay religión o faltos de amor, o bien en los mundos inferiores, por lo que se le explicará al difunto cómo elegir un buen germen y rogar a los Maestros de la Muerte. No debe sentir ni atracción ni repulsión hacia alguna matriz, debe refugiarse en la preciosa Trinidad y rogar al Gran Compasivo; el oficiante debe conducirle por el camino que lo lleve a elegir un buen germen para su nuevo renacimiento o retorno. Es importante conocer este texto en vida, encariñarse con él, estudiarlo conscientemente las veces que sea necesario con el fin de que sus palabras y sentido sean perfectamente claros e inolvidables. Vivenciar la muerte es muy semejante al soñar, cuando despertamos consciencia durante el sueño, descubrimos que el dormir es luminoso, esa luminosidad es la luz clara, entenderla sólo es posible conociéndola directamente. Lo importante es desarrollar la lucidez y el desapego al sueño, para ello no debemos identificarnos con los fenómenos, sino integrarnos con la luz clara. Los invitamos a estudiar y practicar la Disciplina de la Yoga del Sueño en nuestra Revista Sabiduría del Ser No. 31. Enviado por: María Guadalupe Licea R. Instructora en San Luis Potosí, S.L.P. GLOSARIO: Bardo: tibetano: bar do. Significa estado intermedio entre la muerte y el renacimiento. Puede entenderse también como un estado de transición, por ejemplo entre la vigilia y el sueño. Thodol: La gran doctrina de liberación por el entendimiento. Fuentes: Doctrina Secreta de Anáhuac. (Samael Aun Weor). Libro Tibetano de los Muertos (Bardo Thodol). Anónimo. IMAGEN: “VISION DES DIVINITÉS SEREINES”. AUTOR: MUSÉE GUIMET. SIGLO XIX La Muerte y la Ley del Retorno E xisten leyes de tipo cósmico, que nos rigen y debido a nuestro sueño de la conciencia es poco lo que sabemos de ellas, pero el hecho de que hayamos perdido las facultades para reconocerlas, no implica esto que dejen de regirnos. Existe una gran diferencia entre reencarnación y retorno; la reencarnación es una palabra muy exigente, ya que indica volver a encarnar al Ser, al íntimo, al espíritu, cosa que nadie de nosotros lo ha hecho. Hoy por hoy, tenemos un Ser, pero no lo tenemos encarnado. La reencarnación es sólo para los grandes iniciados, los que han hecho previamente el trabajo de encarnar a su Ser, a través de trabajos conscientes como: muerte del ego, servicio a la Humanidad y transmutación alquimista. Ejemplo: Jesús, Buda, Quetzalcóatl, Hermes Trismegisto, Zoroastro, Fu Ji, etc. La reencarnación es totalmente consciente y a voluntad, es para individuos que vienen a cumplir una misión, saben a qué vienen, recuerdan sus pasadas existencias a la perfección, no tienen sueños, viven conscientemente en los mundos superiores al momento de que su cuerpo descansa, tienen clarividencia objetiva, clariaudiencia, telepatía, intuición, poder sobre el agua, el fuego, el aire y la tierra. Reencarnan los que no tienen ira, orgullo, pereza, gula, envidia, vanidad, soberbia, mentira, miedo, odios, venganzas, etc., es decir, los que han disuelto totalmente el ego. Es una terrible tragedia que muchos de los que transitamos en este sendero, suponemos que hemos reencarnado y, peor aún, que nos creamos reencarnaciones famosas, esto atrasa horriblemente nuestro camino, pues al creer que ya somos algo, ya no trabajamos para lograrlo. La cruda realidad de los hechos es que nosotros no reencarnamos, más bien, retornamos, que es distinto. Los seres humanos comunes y corrientes (más corrientes que comunes), al tener tantísimos egos, estamos sometidos a la Ley del Retorno, cosechando lo que sembramos en la vida anterior. “El sendero de la vida está formado por las huellas de los cascos del caballo de la muerte”, la Ley del Karma actúa a través de la Ley del Retorno, y si en la vida pasada fuimos malos padres, nos tocarán malos padres en esta nueva existencia, cosecharemos -como bien dice el maestro Jesús- lo mismo que sembramos. En el momento de la muerte proyectamos un diseño de lo que fuimos en la vida, este diseño al que se le llama: electro psíquico, se plasma en las dimensiones superiores de la naturaleza y ahí queda por un tiempo, cuando se nos asigna un nuevo cuerpo físico, sirve de base a los ángeles de la vida para dar forma al cuerpo vital, y este cuerpo será la base para crear el cuerpo físico. De tal forma, que si uno, por ejemplo, practicó el mediumnismo en vidas anteriores, al abrir sus chakras en forma negativa para permitir servir de medio a entidades del más allá, pues en el diseño viene esa actividad; al nacer traemos ya los chakras abiertos, pero en forma negativa, seguramente ya no nos acordamos de la vida pasada, como nos sucede a todos, pero venimos entonces propensos a padecer epilepsia, siendo esto la consecuencia de lo que hicimos en la vida anterior. En este mismo orden de cosas (o mejor dijéramos de desorden), cuando uno abusa de su energía sexual, siendo ésta la fuente de vida, al momento de morir, todos esos abusos se encuentran en el diseño electro psíquico. Por tanto, cuando los ángeles de la vida crean nuestro cuerpo vital, se condensa todo eso que hicimos en la vida anterior, dando como resultado un cuerpo propenso a padecer cáncer. La mentira es lo contrario a la verdad y la verdad es el Ser, es la misma divinidad; entonces cuando uno miente se aleja del Padre interno, hace una falsa conexión con el Ser interior; todo esto lo único que origina es que en la muerte proyectamos ese diseño totalmente dañado. Por tanto, cuando los ángeles de la vida crean nuestro cuerpo vital, lo hacen de acuerdo a ese diseño dañado, y éste resulta en consecuencia en un cuerpo físico deforme. Lo anterior, es caracterizado en el cuento de Pinocho, él cada vez que decía una mentira, la nariz le crecía desproporcionadamente y tenía dos orejas de burro por mandato de su hada madrina, debido a su mala conducta. La célula germinal (la que dará origen a nuestro cuerpo físico) se satura del diseño electro psíquico de lo que hicimos en el pasado, y dispone los genes en tal forma que cosechamos lo que sembramos; es así como la muerte y la vida se conectan por medio de la Ley del Karma, manifestándose a través del retorno, o de volver a tomar un nuevo vehículo físico. Todos quisiéramos saber del pasado, quién fuimos en la vida anterior, qué hicimos, con quién nos casamos, quiénes fueron nuestros hijos, qué profesión tuvimos, qué errores cometimos, etc., y muchas veces recurrimos equivocadamente con charlatanes, hechiceros, con los que leen el tarot, hipnotizadores y mil tonterías más, todo eso raya verdaderamente en la magia negra. No amigos, no hace falta cometer tantas barbaridades, que lo único que hacen es que perdamos el dinero que con tanto esfuerzo ganamos, mejor es hacer caso al Maestro Buda, cuando nos dice: “¿Quieres conocer el pasado?, pues conoce tu presente…”, ya que el presente, lo que estamos viviendo, no es más que el resultado de lo que vivimos en una existencia anterior. Así, también quisiéramos todos, seguramente, saber acerca del futuro, si vamos a tener éxito, si tendremos salud, los solteros si se casarán, los casados si se divorciarán, los jóvenes si tendrán una carrera, los ancianos si los hijos volverán. Y la “burra otra vez al trigo”, ahí vamos otra vez con los charlatanes (con el peligro inminente de caer en las manos de un mago negro) y queremos que nos prediga el futuro; deseamos que nos lean la mano o el café o cincuenta mil tonterías; no amigos, no hace falta tirar el dinero para que alguien, en el mejor de los casos, sólo nos engañe, mejor es nuevamente meditar en lo que nos dice Buda: “Quieres conocer tu futuro?, pues conoce tu presente…”. Claro, porque el presente es lo que determinará nuestro futuro; lo que hacemos por los demás eso cosecharemos, si sembramos rayos, no cosecharemos días de luz templados, no, recogeremos tempestades. Si queremos que en una futura existencia tener un buen padre que nos proteja y que nos guíe, eso mismo hay que hacer con los hijos. Si deseamos conocer la gnosis a temprana edad, pues hay que dar gnosis a los demás. Si anhelamos que nuestra pareja “no nos ponga los cuernos”, pues hay que saberla respetar toda la vida. Prospectemos nuestro futuro, influyamos en lo que más tarde nos tocará vivir, en nuestro próximo retorno, si cambiamos para bien en el presente, así se proyectará nuestra futura existencia, porque uno es el arquitecto de su propio destino. Enviado por: Jenaro Reyes y Lupita Rodríguez. Comisión gnosis por internet. IMAGEN: “EL ÁNGEL DE LA MUERTE”. EVELYN PICKERING DE MORGAN. 1880 La Personalidad y los Fantasmas A preciados amigos, es hora de reflexionar un poco acerca de la realidad de la personalidad humana y de los fantasmas. Existen muchas leyendas acerca de este tema, pero más allá de los mitos, me remito a platicar algunas vivencias experimentadas por un practicante del esoterismo al cual llamaremos con el pseudónimo de Santiago, con el único propósito de aportar un poco de luz a las conciencias sedientas de conocimiento y en base a la sabiduría del Venerable Maestro Samael. Hace algunos años en cierta casa, que hubo de rentar aquel solitario asceta, en unas dos ocasiones, vio a un fantasma subiendo las escaleras en forma apresurada por la madrugada, éste se portó de manera indiferente. Cuando le compartió al dueño de tal vivienda su experiencia, asombrado, le dijo que se trataba de su difunto padre, ya que su descripción coincidía plenamente con la del fantasma, éste había desencarnado en aquella morada hacía algún tiempo. Años después, en otra ciudad y en otra antigua casa, resultó que ésta, estaba habitada por dos personalidades de distintas épocas, una era la de un militar de tiempos de la revolución mexicana, de aspecto agresivo y malvado, quien solía por las noches acercarse a querer ahorcar a los durmientes con sus propias manos. En cierta ocasión, estando en el mundo astral, Santiago vio la personalidad de este difunto con toda la mala intención de querer atacar, pero algo lo detuvo, entonces, aquel noble samaritano, se dio cuenta que la energía sexual transmutada en sí mismo actuaba como un escudo de protección que le impedía a aquel desencarnado acercársele. De hecho, la energía sexual transmutada irradia luz astral que asusta a los tenebrosos. Por tanto, estimados lectores, aquí podemos apreciar otro de los beneficios de la transmutación de la energía creadora. En cuanto a la otra personalidad, que se manifestaba en esa misma casa, se trataba del fantasma de una dama, algunas amistades de Santiago la llegaron a ver en el plano físico, incluso a él mismo en cierta ocasión le tocó verla físicamente subiendo las escaleras a plena luz del sol; tenía pelo largo, curiosamente, no se le veía el rostro, vestía suéter escolar y falda a cuadros, continuamente, se escuchaban ruidos en el día o en la noche, se movían los objetos de la cocina sin causa aparente. Llegando a este punto es preciso aclarar que las personalidades o fantasmas no son peligrosas aunque sí llegan a incomodar a los vivos con su presencia. El buen samaritano preguntando a la encargada de la casa, ésta le platicó que allí había vivido hacía unos pocos años una maestra joven de un Kínder y que había muerto por accidente. En una noche cualquiera, el inquilino vio en el mundo astral el fantasma de la difunta subiendo por las escaleras, se introdujo a la casa y se acostó a un lado de su cuerpo carnal, entonces, físicamente sintió un frío que recorrió todo su costado izquierdo, tuvo que recitar unas oraciones y de nuevo volvió a quemar sahumerios y hacer peticiones a los ángeles tras las cuales aquella personalidad también fue retirada de la casa. La descripción de estas experiencias, que nos proporciona aquel caminante del sendero esotérico, nos remiten a la siguiente conclusión: hay fantasmas ante los cuales nuestra presencia puede ser indiferente, agradable o desagradable, dependiendo si la personalidad está acompañada de ciertos yoes del difunto. El Maestro Samael afirma que cada uno de nosotros tiene una personalidad que nace con el tiempo y muere con el tiempo, no hay mañana para la personalidad, la personalidad se gesta de los cero a los siete años de edad y se fortalece con las experiencias de la vida, es energética, cuando la persona muere, de vez en cuando, se llega a materializar en el mundo físico y se hace visible y tangible ante nuestros propios ojos, eso es lo que llamamos apariciones o fantasmas. Las personalidades o fantasmas se manifiestan a causa del deseo y del apego. Muchas veces no sólo es la personalidad del difunto la que se llega a manifestar en algún sitio, vivienda o cementerio, también algunos de sus agregados psicológicos permanecen en determinados lugares por muchos años a causa de los apegos materiales y de que el difunto jamás trabajó para despertar la conciencia. Esta es la razón por la cual cuando una persona muere, parte de su ego y personalidad suele concurrir a los lugares de sus preferencias, el que fue borracho se va a la cantina, el monje o la monja se va al convento, el empleado ya difunto visita el que fuera su centro de trabajo en vida, los que fueron médicos o enfermeras suelen ir a los hospitales donde ejercieron su profesión, a seguir viendo enfermos, la difunta madre que quería entrañablemente a algún hijo, el yo del apego, junto con su personalidad, se le manifestarán a éste. Ahora bien, hay moribundos que tardan horas, días, semanas para desencarnar, sencillamente porque tienen apego a este mundo, no lo quieren dejar, temen a la muerte porque están apegados a la vida. En otros casos, algunos moribundos tardan en desencarnar y sufren demasiado antes de dejar el cuerpo físico a causa de un ajuste de cuentas por parte de los señores de la justicia divina, para que el moribundo pague parte del karma que generó en la existencia que está por concluir. La muerte para los jóvenes es terrible, espantosa, causa horror, temor. La muerte para un anciano, es un consuelo, un descanso, muchos ancianos cargados de muchos años dicen “ya quiero descansar” haciendo alusión a ya querer desencarnar, abandonar ese cuerpo físico viejo, estropeado por el paso del tiempo que sólo causa pesar, dolor y sufrimiento. Hay personas que recurren al suicidio en algún momento de depresión o de desesperación. El Karma de los suicidas es que van a tener que retornar a una nueva existencia y perderán su cuerpo físico, en contra de su voluntad, posiblemente cuando estén en el mejor momento de su existencia. Los desencarnados tienen plena libertad para asistir a los lugares que quieran ir, si entran a un restaurante saludan a la gente y el sub consciente de ésta les saluda, pueden pedir comida y el dueño le servirá algún suculento platillo con materia mental, el desencarnado pagará con moneda mental. Es por este motivo que los desencarnados no se dan cuenta que ya perdieron el cuerpo físico a causa de sus proyecciones mentales, éstas les impiden darse cuenta que ya están desencarnados, la esperanza de un monje que tiene la conciencia dormida es de ir con Dios, al paraíso y su mente proyecta ángeles con alas y cree que ya está en el paraíso, la esperanza de un codicioso es seguir conservando sus riquezas y propiedades, entonces acude a donde escondió el dinero, o a las propiedades, y así sucesivamente. Los difuntos también tienen gobierno, así como nosotros lo tenemos en el mundo físico, sólo que el gobierno de los difuntos, que están en los mundos inferiores, son los demonios, y el gobierno de los desencarnados, que están en las dimensiones superiores, son los ángeles, pero no se dan cuenta que están gobernados por ángeles o por demonios a causa de que tienen la conciencia dormida. Las llamas, el fuego que arde en los mundos infiernos, en el sentido simbólico, representa el fuego de las bajas pasiones animales de las almas que involucionan en las regiones abismales de la naturaleza, el fuego de la fornicación, el adulterio y de la lujuria. En el sentido físico, el fuego nos viene a recordar a la lava de los volcanes, el olor a azufre es típico de la región mineral sumergida de la naturaleza, por eso se le asocia al mítico diablo de las religiones. Cuando el moribundo desencarna, le sirven de consuelo las plegarias, oraciones y rezos de los ritos religiosos para encaminar su esencia anímica hacia el otro mundo, el mundo de los muertos. ¿Qué continúa después de la muerte del cuerpo físico? La esencia: que es el embrión del alma en un tres por ciento y el ego que la embotella para retornar a un nuevo cuerpo de carne y hueso, hasta cumplir 108 existencias; si no conseguimos despertar conciencia eliminando el ego y crear los vehículos del Ser, nos espera la involución definitiva en los mundos infiernos de la naturaleza. Pues bien, mis estimados amigos, hasta aquí mis letras, y que la sabiduría de vuestros padres internos clarifique vuestro entendimiento, y les dé el impulso necesario para despertar vuestras conciencias. Enviado por: Virgilio Cuautle Roldán, instructor gnóstico de Nochistlán, Zacatecas. Fuentes: Educación Fundamental y Más allá de la Muerte de Samael Aun Weor. IMAGEN: “EL FANTASMA DE CANTERVILLE”. OSCAR WILDE. AÑO 1887 IMAGEN 2: HAMLET Y EL FANTASMA DE SU PADRE. AUTOR: FUSSELLI, HENRY. AÑO: 1796 La Realidad sobre la Muerte del Cuerpo Físico L a muerte es profundamente significativa, lo que está más allá del sepulcro, solamente la gente con consciencia despierta puede saberlo. Se ha mencionado que todo átomo es un trío de materia, energía y conciencia; en el ser humano la materia es el vehículo físico, la energía es la chispa divina y la consciencia es el Alma. La muerte es la defunción, la cesación de todas las funciones orgánicas y para comprender el significado de la muerte, debemos saber que estamos formados por: a) Un cuerpo físico, que, a su vez, está constituido por órganos, células, moléculas y átomos, los cuales están formados por partículas eléctricas. Este cuerpo físico es un vehículo del Alma, que le sirve para su manifestación. b) Un organismo vital, que es el asiento de la vida orgánica y se encarga de todos los procesos químicos, fisiológicos, percepciones, metabolismo y calorías. Así mismo, está relacionado con la memoria, imaginación, voluntad, etc. c) Una personalidad, la cual es un vehículo energético que se forma durante los primeros 7 años de vida y se robustece con el tiempo. Es lo que se conoce coloquialmente como el fantasma del muerto y puede hacerse visible y tangible. d) Un Ego o conjunto de entidades energéticas, viva representación de nuestros defectos psicológicos. e) Un pequeño porcentaje de Alma o consciencia. Cuando fallecemos, el cuerpo físico y el cuerpo vital se desintegran al mismo tiempo, mientras que la personalidad poco a poco va desapareciendo. Lo que continúa más allá del sepulcro es el Yo o conjunto de entidades psicológicas las cuales retornan a un nuevo cuerpo físico. La vida es como una película, cuando ésta termina nos la llevamos a la eternidad y ahí revivimos nuestra propia vida, en forma retrospectiva. Si, por ejemplo morimos a los 80 años, de acuerdo a las escenas vividas, a partir de la edad en que morimos, retrocedemos en el tiempo; para el Ego, nada ha cambiado, el difunto ve la vida como siempre, se sienta a la mesa, pide sus alimentos, y le son servidos subconscientemente por sus familiares que han captado sus ondas mentales, sale a la calle y visita los lugares que acostumbraba, va a su trabajo, etc., con la creencia que todavía cuenta con su cuerpo físico. En el mundo astral, el fallecido continuará viviendo las diferentes edades, hacia atrás, en forma sucesiva, recapitulando en cada escena sus culpas y aciertos. Su aspecto psicológico y su fisonomía van transformándose, de manera que a los diez años, se verá como era en esa edad y cuando haya terminado de revisar su existencia pasada, toda su vida quedará reducida a sumas y restas, operaciones matemáticas, lo cual es muy útil para la consciencia. Los valores o Yoes se atraen y se repelen en la luz astral. Es el momento de presentarse ante los tribunales de la justicia objetiva o cósmica, donde reina la verdad, la Ley y la misericordia; es obvio que la Ley se sustenta en dos columnas que son: La justicia y la misericordia (el rigor y el amor). Debemos saber que los señores de la Ley del Karma depositan esos valores en un próximo cuerpo físico, como un capital cósmico que puede uno conservar, o bien, puede prolongar la vida por más tiempo, o gastarse y acortar la vida. Esos valores son depositados en nuestros tres cerebros: mental, motor y emocional. Si agotamos el capital del centro pensante, es obvio que se contraen enfermedades de tipo nervioso, neurastenia, esquizofrenia, locura o manías. Si abusamos de nuestro centro emocional, se provocan daños al corazón a la psiquis, al sistema nervioso, etc. Si violentamos los valores del centro motor, terminaremos paralíticos o con enfermedades en articulaciones y parálisis; también puede haber desgastes en la espina dorsal, entre otros daños a nuestro organismo humano. Es necesario aprender a equilibrar estos tres cerebros o cinco centros de la máquina humana, no abusar de ellos, si es que queremos una vida más sana y productiva; de esa manera, ahorramos capital que depositan los señores del Karma, y así, también, alargamos nuestra vida. Si se agotan los valores, morimos pronto, si ahorramos, se alarga la vida. Es claro que unas personas tienen más valores que otras, todo de acuerdo al debe y el haber de cada quien. “Lo que yo enseño se basa en la experiencia directa. El cuerpo de doctrina que yo enseño y que han enseñado los auténticos Avataras, no es algo meramente teórico, se trata de algo práctico, de algo que cualquiera puede evidenciar por sí mismo en forma real y precisa. Es claro que quien quiera experimentar esto que estamos diciendo, tiene antes que todo despertar conciencia. Este es un requisito indispensable, pues ningún dormido puede ver, ni oír, ni comprobar nada, sencillamente porque está dormido, sueña profundamente… Enseñamos a salir conscientemente en cuerpo astral para que cada cual se convenza por sí mismo. Enseñamos el sistema de meter el cuerpo físico dentro de la cuarta dimensión, para que cada cual vaya en cuerpo de carne y hueso a experimentar las cosas del Ultra, así, quienes quieran ver, oír y palpar las grandes realidades de los mundos superiores, tendrán que tomarse la molestia de trabajar sobre sí mismos…” Samael Aun Weor. Enviado por: Enviado por J. Antonio Compeán Martínez. Instructor auxiliar. San Luis Potosí, S.L.P. IMAGEN: LA MUERTE DE SENECA. AUTOR: MANUEL DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ. AÑO: 1871 Celebración del Día de Muertos E s el momento de reflexionar sobre la gran tradición que existe actualmente de celebrar el día de muertos en nuestra sociedad. Afortunadamente es una tradición que conmueve e inquieta las esencias para seguir acercándonos a esos misterios de la vida y de la muerte. Toca mencionar que las antiguas culturas veían el proceso de la muerte como algo natural asociado siempre a la vida, no como un sentido de dolor, padecimiento o sufrimiento, sino como un elemento que simboliza el cambio interior. La gran deidad, Mictlantecuhtli, con su atuendo de guerrero, nos invita a la muerte psicológica, su mandil que representa los misterios de la supra sexualidad para que con la fuerza de Coatlicue, la Madre Muerte, podamos rescatar los valores más asombrosos y virtuosos de la consciencia, que se encuentra enfrascada o prisionera dentro del agregado psicológico. Las cactlis o sandalias de Mictlantecuhtli, con canilleras formadas por pequeños huesos, nos indican el camino a seguir, el sendero del cambio constante. Sus ojos, representados en ocasiones con conchas en algunas esculturas o con piedras de obsidiana en otras, nos indican la auto observación para descubrir, en el momento que se haya manifestado, alguna característica psicológica negativa y poder transformarla. Su chimali o arma de batalla, nos señala la decapitación del ego animal, agregado como elemento psicológico a nuestra psiquis. Todos estos símbolos de Mictlantecuhtli se representaban de alguna manera ritualística para conmemorar o celebrar el trabajo del iniciado, sin faltar la presencia de la Madre Divina representada por Coatlicue, cuyo rostro es una calavera que nos invita constantemente a la muerte psicológica. Y todos estos elementos relacionados con la muerte eran utilizados no solo para esa celebración, sino para ritualizar de tal manera que ayudaran a la persona desencarnada a reconocerse y despertar su consciencia después de que ya había fallecido para que se presentara en el Tlalocan paraíso de Tláloc en las dimensiones superiores o cielos, otro camino es una re encarnación o encarnación, es decir, tomar cuerpo físico o bien, bajar a los mundos infiernos, pues son esos tres caminos los que se le presentan al difunto. Algunos elementos iniciáticos fueron cambiados burdamente, dándoles un simbolismo de apetencias de la personalidad que tuvo el individuo en vida. Por ejemplo, si estaba en el altar el pulque de la Diosa Mayauel, símbolo de la transmutación, fue sustituido por el tequila o licor que era del gusto de la persona, algunas prendas de vestir que representaban atributos alcanzados en su camino del despertar de la consciencia, fue cambiado por el traje o la ropa de uso común del difunto. Alimentos como el maíz, que representa la simiente para la auto realización, fue cambiado por la comida que prefería el desencarnado. Por eso bien vale la pena reflexionar y retomar esas costumbres ritualísticas para seguir impulsando el despertar de la consciencia, pues las prácticas antiguas de los aztecas, mayas, etc., nos invitan a despertar de instante en instante, de momento en momento, a morir en lo psicológico para renacer en lo espiritual. Algunos elementos artísticos como el arco, que comúnmente se colocaba en los antiguos altares del día de muertos y que aún se continúa utilizando, representa la puerta de entrada ya sea a los mundos superiores o al inframundo. Siete peldaños es común encontrar en estos altares, como representación de las siete dimensiones que recorre el desencarnado guiado por un perro, entre los aztecas el escuintle, el cual es la representación del deseo dominado, tal como en la mitología griega, Hércules se encuentra con el cancerbero, quien lo guía en el inframundo o mundos infiernos; señalando que al dominar su instinto animal, es éste mismo, el que conduce al discípulo hacia la luz. Un camino de flores muy tradicional, formado por flor de cempasúchil o flor de muerto, se coloca al pie de los altares para que los desencarnados reconozcan el camino hacia ese altar y puedan recibir ese impulso a la consciencia para su despertar. Nos toca seguir el camino amarillo sembrado de flores de cempasúchil, diariamente, que nos conduzca a la profunda meditación de la muerte del ego en esos siete peldaños y entrar por la puerta de la iniciación con la ayuda de la madre muerte Coatlicue, quien inspira a la comprensión y eliminación de los defectos psicológicos. Solamente ella puede reducirlos a polvareda cósmica, siempre y cuando, en profunda meditación, hayamos descubierto y comprendido la psicología del ego que oculta a las virtudes y facultades del ser humano. Exhortamos a la transformación psicológica, a seguir honrando el día de muertos como una práctica de auto observación psicológica día a día y a celebrar nuestra tradición física para que no se pierda y seguir inquietando las consciencias nuevas de los descendientes. Reciban un fraternal saludo. Enviado por: Francisco Ismael Moreno Luna. San Luis Potosí, S.L.P. IMAGEN: MICTLANTEHUCTLI. MUSEO DEL TEMPLO MAYOR. MÉXICO. FOTO: ISMAEL MORENO “La muerte es profundamente significativa. Descubriendo lo que ésta es en sí misma conoceremos el secreto de la vida” Samael Aun Weor Procesos en la región de los muertos E stimado lector que buscas la Sabiduría no sólo para el Saber, sino también para el Ser, antes de entrar de lleno a este enigmático tema de los “Procesos” por los cuales pasa el Alma del difunto en el “más allá”, vamos a tratar de definir primero qué es el “más allá”, como comúnmente le llamamos a la Región de los Muertos. El más allá o región de los muertos es, precisamente, el lugar reservado para que arriben y vivan, por un tiempo limitado, todas las almas desencarnadas. ¿Dónde se encuentra la región de los muertos? Se encuentra tanto en las dimensiones superiores de la naturaleza (Mundo Astral, Mental, Causal, etc.) como en las infra-dimensiones o infierno (en las entrañas de la tierra). Las Almas desencarnadas pertenecen a difuntos que llevaron una vida terrenal llena de virtudes; otros fueron malvados; algunos, inocentes; y uno que otro, equivocados sinceros (todas en diferentes grados); es lógico que la región de los muertos debe tener diferentes departamentos, en donde dichas Almas puedan experimentar su propio proceso, sin mezclarse las almas puras de corazón, los malvados, los inocentes, ni los sinceros equivocados. La Divina Comedia, de Dante Alighieri, narra con lujo de detalles tales regiones: 1.- El infierno para los malvados (9 Círculos para los diferentes grados de maldad). 2.- El Purgatorio, ahí van las almas que se purifican desintegrando hasta las semillas de los Yoes que han disuelto, con la intención de penetrar en regiones más superiores. 3.- El Cielo, paraíso o nirvana, para los puros de corazón (9 cielos con sus correspondientes subdivisiones). En el instante en que el Alma desencarna pasa al mundo astral, mundo de los sueños o de los deseos; la muerte es como un sueño largo; el sueño es como una muerte pequeña. Cuando uno muere pasa lo mismo que cuando uno duerme y sueña, creemos que estamos en el mundo físico y no nos damos cuenta que estamos soñando. Así, también, cuando uno muere, el proceso se lleva a cabo tan natural que ni remotamente nos damos cuenta que ya fallecimos, incluso asistimos a nuestro propio funeral, pensando que se trata del velorio de otra persona y jamás aceptamos que es el nuestro, así continuamos asistiendo a nuestra propia ceremonia luctuosa, acompañando al cuerpo físico hasta el panteón. Enseguida empezamos a experimentar una retrospección, reviviendo toda la existencia que acaba de terminar en una forma regresiva, como una película en reversa, con la finalidad de recordar todas las acciones y experimentar un examen de conciencia preparatorio para el juicio que está a punto de iniciar, y nos permita, sobre todo, comprender y aceptar que la sentencia final que dicten los jueces de las leyes divinas, será lo que hemos cosechado). Tres posibles caminos se abren ante el Alma del difunto: Unas vacaciones en los mundos superiores (para Almas que llevaron una vida de rectitud llena de virtudes). Retorno en forma mediata o inmediata a una nueva matriz, o descender a los mundos infiernos para efectuar el proceso de la muerte segunda, de la que nos habla el evangelio de San Juan en el Apocalipsis. 1.- Quienes logran el ascenso a la región de los mundos superiores, pasan por una temporada de gran felicidad, pues el Alma o esencia sale de entre el Ego, lo abandona temporalmente, y asciende al mundo de la mente superior, donde se goza de una auténtica felicidad. Posteriormente, el Alma o esencia abandona el Mundo Mental para entrar al Mundo Causal; esta región es aún más maravillosa, aquí viven los “Hombres Causales” auténticos hombres verdaderos que están trabajando por la humanidad, los Señores de la Ley Divina, los Principados, los Príncipes que tienen el gobierno de los cuatro elementos. En el Mundo de las Causas resuenan todas las armonías del universo; cada planeta tiene una nota clave como resultado de la unión de todos los sonidos del mismo, obteniéndose una melodía deliciosa en la nota “SI”, produciendo un gozo inefable en las esencias que lo habitan. 2.- Pero, desafortunadamente, las vacaciones siempre terminan y, aquí, no es la excepción; llega el instante en el que el Alma que ha entrado al Mundo Causal, debe regresar, debe retornar inevitablemente, para introducirse nuevamente dentro del Ego, dentro del “Yo”. Posteriormente, esa clase de Almas vienen a impregnar el huevo fecundado para formar un nuevo cuerpo y retornar al mundo físico. 3.- Otro es el camino que aguarda a los que descienden a los mundos infiernos, estas Almas son personas que ya cumplieron el ciclo de manifestaciones, o que fueron demasiado perversos, e involucionan entonces dentro de las entrañas de la tierra. En “La Divina Comedia”, Dante Alighieri ubica los círculos infernales en el interior de la tierra, igual que nuestros antepasados de Anáhuac de la Gran Tenochtitlán, ubicaban su Mictlán o infierno en las entrañas del planeta y ellos consideran forzoso el paso por él. Ahora bien, contrario a muchas sectas y religiones, los sabios de Anáhuac, el cristianismo primitivo, los sufis mahometanos, el gnosticismo universal, etc., ven el infierno no como un lugar de castigo, de penas eternas y sin fin, sino como un lugar de instrucción, de purificación, de aprendizaje e ilustración, aspectos necesarios para la conciencia. Sin embargo, aunque no sea un lugar de castigo, debe haber dolor por la cantidad de Leyes que rigen el interior de la tierra, sobre todo al noveno círculo, donde está el núcleo de una materia terriblemente dura, aquí se sufre lo indecible. Este proceso es espantosamente doloroso, el Ego siente que se rompe en pedazos, que su cuerpo entero se desintegra; pero la justicia y la misericordia siempre trabajan juntas, y una vez cumplido el tiempo y limpiado las culpas, el Alma tiene derecho a quedar libre. Para ello, tendrá que pasar por el proceso de la muerte segunda y, por tanto, sufre un desmayo tremendo; momentos después, la esencia, metida entre el Ego, toma figura infantil, se torna como gnomo o pigmeo (elemental de la tierra) para iniciar con el proceso de la transmigración de las Almas, pasando por los cuatro reinos: mineral, vegetal, animal y, posteriormente, regresar a un cuerpo humano, para volver a iniciar un ciclo completo de 108 vidas y 108 muertes, y así, sucesivamente, por 3000 ciclos. Para comprender los procesos por los cuales pasa el Alma encarnada en el ser humano, es necesario saber que hay varias Leyes implicadas, Leyes cósmicas, divinales, exactas, donde nada ni nadie se escapa de ellas, por ejemplo, la Ley del Karma y del Darma, Ley del Retorno y Recurrencia, Ley de Misericordia y Justicia, Ley de Causa y Efecto, Ley de Evolución e Involución, etc., también es importante tomar nota que la Gran Ley asigna a cada Esencia nuevas oportunidades para su desarrollo interior hasta cumplir 3000 ciclos de 108 vidas, para finalmente entrar al Absoluto como chispa divina auto-realizada o sin auto-realización, con maestría o sin ella. Enviado por: Nelly López Villa. Hermosillo, Sonora IMAGEN: LA ISLA DE LOS MUERTOS. KARL WILHEM DEIFENBAUCH. 1900 Arcano Nº 76 El Dispensador AM: El principio de la humana providencia AT: “Allégate, extranjero, y come de nuestro pan y de la salsa de los míos”. AV: Urano. Letra: S. Nº 4 EG: Pordiosero agradecido; sentimientos hostiles de un pariente; misericordia divina. D: Importancia; celebridad; generosidad; nacimiento; fortuna por empresa bien dirigida; trabajo abundante. R: Genio variable; constancia desfalleciente. “Yo soy la Llama que arde en cada corazón humano y en el núcleo de cada estrella. Yo soy la vida y el dispensador de vida, y sin embargo, es por eso mi sabiduría, la sabiduría de la muerte”. Ritual gnóstico-egipcio. El Dispensador: «Dispensar» implica conceder, otorgar. Dentro de nosotros, en el fondo íntimo de la conciencia individual, el dispensador es nuestro Padre que está en los Cielos. La misericordia divina de nuestro Real Ser es infinita y nos dispensa su gracia y su poder-luz, aún a pesar de haber sido nosotros unos pordioseros, unos miserables pecadores. 7 + 6 = 13, «La Inmortalidad». 1 + 3 = 4, «El Emperador». Esto significa que sin la muerte del «Yo mismo» no podemos encarnar al dispensador, al Emperador, al Ser Intimo. Nuestro Ser Intimo es, pues, el dispensador de vida; él tiene poder para dar y para quitar, en nuestra intimidad él regula la Ley del Trogo-Auto-Egocrátíco Cósmico Común. No debemos olvidar que el intelecto y los Yoes de la auto-suficiencia, del orgullo, de la vanidad y sus afines no nos permiten ser humildes ni reconocer que sin el Ser no somos nada, que quien vale es EL. El Dispensador: El Dispensador en el acto de impartir gracia. Simboliza la virtud humana de misericordia. El Principio de la humana providencia. En la parte central de la lámina vemos al Real Ser Interior asomado a un balcón y otorgando sus dádivas, es decir, impartiendo sus dispensas, su gracia, etc., y dos personajes que se acercan a ÉL en la posición TUA (orar, alabar, adorar). Detrás de él, al fondo, las 2 columnas del templo interior, como símbolos de amor y sabiduría, libertad y orden, misericordia y justicia. Y a su derecha 2 cobras sagradas como símbolo de las 2 almas (la divina y la humana) y de las otras 2 fuerzas primarias (hijo y espíritu santo) que junto con padre forman el Santo Triamasikamno. El Dios Khnemu: Lo vemos entre las aguas de la vida; él es una advocación de Amon-Ra, por eso lo vemos con su cabeza de carnero, representa al Cristo. Lleva sobre su cabeza el emblema de la Verdad-Justicia y entre sus manos un Tcham, el bastón de los patriarcas, símbolo del poder, de dominio. XU, Uben, esplendor, irradiación solar: Arriba vemos a Ra, el Logos Solar, representado en el signo del esplendor y la irradiación solar. Es decir, si despertamos conciencia, podemos recibir los mensajes que vienen de la conciencia superlativa del Ser, su luz, su poder, su fuerza, su ayuda... Además de representar al Sol, al Logos, este símbolo (el círculo con un punto al centro) nos indica en Alquimia el oro, en Astrología al Sol, y en esoterismo al Sagrado Sol Absoluto (donde está nuestra herencia divina). El Logos es la luz de luces, la luz Interior que anhela Pistis Sophía en el desierto de su soledad... Cuando los conquistadores llegaron a América y le preguntaron a los mayas: “¿Cuál es tu Dios?” Ellos respondieron dibujando un Círculo con un punto al centro, y dijeron: “Hunab Ku”, es decir, el Señor, el dador del movimiento y la medida”. Letra Hebrea Nun: NUN quiere decir “Generación, pez, niño”. El vocablo significa “Andrógina Divina, idea y verbo, esencia y existencia”. Despierta aptitud para conocer por asociación de ideas y emociones. (Estudiada Arcano 14, 32, 54) Fonograma Egipcio: Como letra es la “N”. Su símbolo son las ondulaciones de las aguas, nos recuerda a la Diosa Nut, la Divina Madre, el Caos Primigenio, la Mulaprakriti, las aguas puras de la vida, el mercurio de la filosofía secreta. No olvidemos que las aguas mercuriales y el fuego del Kundalini son la base para construir la Piedra Filosofal, la cual debe ser el fundamento de nuestra construcción interior. El símbolo alquimista: Como símbolo alquimista representa la idea de LUZ, DÍA, DIEZ, DIOS; en la Escritura Pasaje del Río aparece representando a la misma letra Hebrea Nun. Letra S: Se relaciona con el número 22 y el planeta Urano. Está simbolizada por un maestro de obras, atributo de edificación. Si es la 1ª letra del nombre en combinación con la A: da sentido místico; con la E: cambios imprevistos; con la I: honores; Con la O: excentricidad; con la U: ideas indefinidas. Planeta Regente: Urano: De los ya estudiados Arcano 31 y 40, 58, 67, transcribimos lo referente a Urano. Ya sabemos que la palabra “Urano”, deviene de Ur (fuego) Anas (agua). Urano, como primer Rey Divino de la primitiva Atlántida es el regente de las glándulas sexuales, es el ASURA-MAYA, es el primer REVELADOR de los misterios de la vida y de la muerte. Urano es quien determina intrínsecamente el primer culto luni-solar de la andrógina IO. Dice la leyenda de los siglos que Urano tuvo 45 hijos de diversas mujeres y 18 con Titea (los Titanes). Cada una de estas cantidades cabalísticas nos da por un lado el 9 de la 9ª ESFERA, en donde se realiza la Gran Obra; y por otro, 18, el de los enemigos ocultos y las fuerzas opositoras de la Luna. Urano, como Asociación Astrológica, nos indica que las dispensas de nuestro Dios Interior llegan hasta nosotros cuando nos polarizamos revolucionariamente con la onda dionisiaca de este planeta que rige los órganos sexuales. Cualidad o virtud: La humildad, la espiritualidad, la castidad. El Defecto: La vanidad, el orgullo, la auto-suficiencia, la materialidad, la fornicación, el adulterio. Prueba Iniciática: Paciencia Infinita, entrega total al Padre que está en secreto. El Reino de los Cielos no es un lugar como suponen los ignorantes ilustrados. El Reino de los Cielos es el Circulo Consciente de la Humanidad Solar que opera sobre los Centros Superiores del Ser. Samael Aun Weor Axioma trascendente: “Allégate, extranjero, come de nuestro pan y de la salsa de los míos”. Interpretado esotéricamente, esto significa que a causa del Ego somos unos «extranjeros», unos proscriptos de lo divinal y que estamos en el deber de allegarnos hasta donde están los suyos, al Círculo Consciente de la Humanidad Solar, para comer el pan de la sabiduría y ensalzarnos con la plenitud de Dios. …”Los miembros inmortales de tal Orden Secreta, aun siendo visibles, resultan invisibles para la humanidad. Estos Hermanos forman el Círculo Consciente de la Humanidad Solar que opera sobre los Centros Superiores del Ser. Los Hermanos de la Orden Superior trabajan intensivamente a través de incontables siglos ayudando a la humanidad. Los Hermanos de la Orden Superior están dotados de Poderes terriblemente divinos. Los Hermanos de la Orden Superior son serpientes emplumadas, águilas del espíritu. Los Niveles del Ser, el Ser mismo, no es del tiempo, nada tiene que ver con la línea Horizontal; se encuentra dentro de nosotros mismos, aquí y ahora, en la Vertical... Resultaría manifiestamente absurdo buscar a nuestro propio Ser fuera de sí mismos... No está de más sentar como corolario lo siguiente; títulos, grados, ascensos, etc., en el mundo físico exterior, en modo alguno originarían exaltación auténtica, revaluación del Ser, el paso a un escalón superior en los Niveles del Ser. Quien aprende a transformar las reacciones mecánicas, de hecho, se mete por el camino vertical. Esto representa un cambio fundamental en el Nivel de Ser, resultado extraordinario de la rebeldía psicológica. Existen 7 Niveles del Ser; hay 7 niveles de hombres, y no podemos negarlo. Primero es el 1er nivel meramente instintivo, el 2º es el nivel exclusivamente emocional y el 3º es intelectual. Más allá de esos 3 niveles, está el 4º Nivel: El del hombre equilibrado, el del hombre que ya equilibró los centros de su máquina orgánica. Pero luego viene el 5º Nivel: el de aquél que ha fabricado un cuerpo astral, que pueden vivir en el Mundo Astral conscientemente. El 6º Nivel es el de aquél que puede vivir en el Mundo de la Mente conscientemente, porque ya fabricó su cuerpo mental. Y el 7º, es el de aquéllos que están establecidos en el Mundo Causal, con cuerpo causal, como hombres causales. Los Hombres de los Niveles 1º, 2º y 3º, constituyen el “Círculo de confusión de lenguas”, la “Torre de Babel”. Esas 3 clases de hombres son los que tienen al mundo en desgracia, los que provocaron la 1ª y 2ª guerras mundiales y los que provocarán la 3ª. Esos 3 niveles de hombres no se entienden entre sí; el nivel instintivo no entiende al intelectual; el emocional no entiende al intelectual; el intelectual no entiende al emocional. Entre esos hombres 1, 2 y 3, hay distintos grados de comprensión, eso es obvio. Entre los hombres Nº 1, 2 y 3, hay mucha clase de gente. Así, pues, vean ustedes lo que significa la comprensión. Y eso es fundamental... P.- Venerable Maestro, haciendo referencia a su plática pasada, sobre el relajamiento y el recuerdo de sí, ¿qué es lo que da el Recuerdo de Sí?: ¿El equilibrio de los 3 cilindros de la máquina humana, estar en recuerdo de sí o es el recuerdo de sí el que equilibra los cilindros de la máquina orgánica? R.- Con la recordación del propio Ser Interior Profundo, se produce, o se coopera, o se ayuda al surgimiento del Ser individual en uno. Obviamente, cuando el Ser surge en uno, equilibra entonces los 5 centros de la máquina orgánica: Intelecto, centro emocional, centro motor, centro instintivo, y el centro sexual. En verdad, viene el equilibrio de los 5 Centros de la máquina. P.- Venerable Maestro: Dice usted que por el Ser, se logra el equilibrio de los centros. Pero entre eso viene el juego de la personalidad y el conflicto de la mente, ¿de qué manera se podría conjurar ese conflicto de la mente, para lograr la expresión verdadera del Ser y del equilibrio en nosotros? R.- Pues cuando se habla de “relajación”, hay que entenderlo íntegramente, porque si vamos a relajar exclusivamente los músculos (que siempre están tensos), no hemos comprendido, integralmente, el proceso de la relajación. Se trata de relajar, no solamente los músculos, nervios del cuerpo, sino también la mente. Cuando la Mente está quieta, cuando la mente está en silencio, cuando ya no proyecta, cuando está en estado receptivo, integral, entonces adviene lo nuevo. Pero mientras exista una mente proyectista y un cuerpo en tensión, no adviene jamás lo nuevo. De manera que, para que la mente pueda no estar en conflicto, durante unos instantes siquiera, debe haber relajación física y mental. Entonces esos conflictos desaparecen por un instante, por un instante surge el Ser en nosotros. Es un momento de vacío que el Ser aprovecha para llenarlo, y entonces adviene lo nuevo. Poco a poco, el Ser (lentamente) va produciendo la unión de todos los centros de la máquina orgánica, van desapareciendo los conflictos entre los 3 cerebros: Intelectual, emocional y Motor. Por segundos, por minutos, podemos recibir mensajes de los mundos superiores. Pero se necesita constancia en el trabajo; ese es el camino a seguir... Elemento de predicción: Promete: Nobleza, consideraciones, importancia, celebridad, generosidad, nacimientos, fortuna por empresas inteligentemente dirigidas, trabajo abundante y genio para hacerlo útil. “Yo soy la llama que arde en cada corazón humano y en el núcleo de cada estrella. Yo soy la vida y el dispensador de vida, y sin embargo, es por eso mi sabiduría, la sabiduría de la muerte”. Samael Aun Weor. Enviado por: Cesar Owen. España Revistas anteriores: http://www.samaelgnosis.net/revista/numeros.html Suscripciones: http://www.samaelgnosis.net/revista/suscripcion.htm La Sabiduría del Ser 2 www.samaelgnosis.net Instituto Cultural Quetzalcóatl - Gnosis La Sabiduría del Ser 1 www.samaelgnosis.net Instituto Cultural Quetzalcóatl - Gnosis La Sabiduría del Ser 22 www.samaelgnosis.net Instituto Cultural Quetzalcóatl - Gnosis