Revista “La Sabiduría del Ser” N° 63 Memorias del Congreso “Antropología Gnóstica práctica” Ciencia Arte Filosofía y Mística Trimestre: octubre, noviembre y diciembre de 2014 Material didáctico para uso interno y exclusivo de Estudiantes del Instituto Cultural Quetzalcóatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. www.samaelgnosis.net y www.samaelgnosis.org Inglés: www.samaelgnosis.us Francés: www.samaelgnosis.net/fr Contenido Antropología Gnóstica Práctica Las Siete Cuevas Celestes México Tenochtitlan Xochipilli Coatlicue Chac Mool Huehuetéotl El Tigre Sagrado Ehécatl El Dios Tláloc Arcano Nº 63, La Comunión Portada: Rubén Soto Orozco. ICQ Ensenada Baja California México Esta revista está realizada en honor del XVII Congreso Gnóstico Internacional “Antropología Gnóstica Práctica” realizado en la ciudad de Nochistlán, Zacatecas México en Julio del 2014, de cada artículo encontraras su correspondiente videoconferencia en: www.samaelgnosis.net/congresos/2014/videos Certificado de reserva de Derechos al uso Exclusivo. En el género de: Difusiones periódicas. Especie: Difusión vía red de Cómputo. Titular: Instituto Cultural Quetzalcóatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. Titulo “La Sabiduría del Ser” Reserva: 04-2008-032711425000-203 Dirección de Reservas de Derechos. Antropología Gnóstica Práctica La existencia surge de la gran noche cósmica, a partir de la nada. El germen de los mundos, del universo, del hombre, se depositó en la semilla, en el Iliaster cuando todo lo creado volvió a su origen. La semilla contiene la información de todo lo que fue, es y será. La cosmogonía y el panteón Nahua de los mexicas que habitaron ‘en el ombligo del mundo’, ‘en el medio de la luna’, en la ciudad centro de toda América precolombina: Tenochtitlán, explican los principios del origen del universo y del hombre y expresan además, una Antropología que devela los elementos anímicos presentes en el microcosmos hombre, para que éste pueda trascenderse a sí mismo y recuperar su estado de hombre verdadero. Nos dicen los Nahuas desde la noche de los tiempos, que en el OMEYOCAN, el ombligo del universo, se depositó en el seno de la madre universal el arquetipo de todo lo que ha existido, es la región oscura donde reinan las sombras y el viento (todo es movimiento, la sombra antecede a la gran luz). El hombre como semilla se fue cristalizando desde su iliaster en el Omeyocan, a través de distintas dimensiones hasta la primera raza polar. La cosmogonía Nahua nos habla de los cinco soles y sus cinco Dioses regentes, que corresponden a las cinco humanidades que han existido hasta ahora. Siendo nuestra actual raza los hijos del quinto sol, representado por Tonatiuh (el luminoso, el que calienta). En el caos del viento y la sombra del Omeyocan, Ehécatl, el Dios del viento y del movimiento, puso en acción la creación. Quetzalcóatl, el fuego universal del tercer logos fecundó entonces el caos de la gran madre universal Coatlicue y del uno devino en dos. En la tierra, el sol jaguar dio paso al sol del viento, luego al sol de lluvia de fuego, al sol agua, y a nuestro sol terremoto, narrándonos con ello la creación de la raza polar, la hiperbórea, la lémur, Atlante y nuestra actual raza Aria. El macro cosmos llega hasta el microcosmos hombre a través de Quetzalcóatl, del cristo hombre. Como el maestro mensajero de carne y hueso y como principio interior en la naturaleza del hombre que debe ser despertado, logrado, alcanzado y quien es el mismo hombre iluminado, despierto, el ‘Buda’ de la tradición oriental; el Cristo de los occidentales. A través de la sublimación de la energía creadora se despierta el Kundalini, la Xiucóatl (Serpiente de fuego), que porta Huitzilopochtli, Señor de la guerra, es quien puede destruir a los agregados psicológicos que cargamos dentro. Huitzilopochtli, nuestro Íntimo, luchó en contra de los 400 surianos (ego psicológico múltiple), ellos se alzaron en contra de su madre, el alma divinal del hombre. Huitzilopochtli despierta en el hombre animal, solamente gobernando las aguas de Tláloc. Él rige las aguas espermáticas de vida a través de la sublimación de los átomos solares depositados en las glándulas sexuales, que le permiten al hombre bestia ganar de nuevo su estado angelical. El drama cósmico y el drama crístico son los emblemas esotéricos encerrados en la creación y en los Dioses Nahuas, mismos símbolos sobre los que se erigió imponente la gran Tenochtitlan de los mexicas, desde el cosmos ignoto, hasta el hombre común que transita por una calle cualquiera. Tenochtitlan desde la creación, Tenochtitlan ciudad, Tenochtitlan hombre. Enviado por Rafael Merazo. Colaborador avanzado, El Salvador, San Salvador. Imagen Serpiente, Museo del Templo Mayor y Quetzalcóatl Museo de Antropología e Historia (del Portal www.samaelgnosis.net) Las Siete Cuevas Celestes El origen del ser humano es desconocido con sus sentidos y capacidades actuales. Es indispensable utilizar esos sentidos que están latentes pero que no se usan, así como las técnicas de introspección que enseña la gnosis para conocer nuestro origen y las maravillas de que hablan las grandes culturas y las grandes filosofías. Ni más ni menos, en la historia de México no podían faltar las narraciones de ese mágico lugar de donde venimos, a través de los escritos de los tlacuilos, que sabiamente plasmaron en los códices, precisamente comprendiendo esa ley que dice que “lo divino se humaniza y lo humano se diviniza”. Se cuenta que el gran emperador Moctezuma, conversando con su sabio consejero Tlacaélel, y admirando el esplendor de Tencochtitlan y su inmenso poderío, siente surgir de lo más íntimo de su ser la inquietante necesidad de conocer su origen, así como en un momento dado surge en todos y cada uno de nosotros esa misma inquietud Moctezuma es aconsejado para que a través de ciertas artes y prácticas pudiese conocer ese origen. En aquel tiempo el emperador manda reunir 60 guerreros sabios para que partieran en busca de aquél mítico lugar llamado Aztlán, lugar de las siete cuevas. Llevaban algunos presentes, pues tenían la certeza de que los entregarían a alguien. Aquellos guerreros se encontraron al final de su largo camino a unos guías, quienes los aconsejaron de que se embijaran con ungüentos y elementos especiales, entonces pudieron experimentar fenómenos extraordinarios, de tal forma que con todo y cuerpo pudieron conocer otras dimensiones en la falda del cerro en medio del agua, al que llaman CULHUA-CAN, que quiere decir “cerro tortuoso o de las serpientes”. Ellos experimentaron la llamada ciencia jinas, que les permitió transformar su cuerpo físico en cuerpos de animales como tigres y águilas, en cuya forma pudieron traspasar de una dimensión a otra, primero de ida y más tarde de regreso, pero que muy efectivamente pudieron usar esas técnicas. Es obvio que si nosotros queremos llegar a ese lugar que está representando nuestros estados de conciencia, tenemos que preparar este cuerpo físico e internos con las diferentes prácticas como la auto observación para evitar que las espinas de la crítica diaria nos hagan perder nuestra fuerza anímica, que los pantanos del camino no permitan que nos hundamos, cuya representación son las bajas emociones en las que regularmente se sumerge la conciencia en el diario vivir. Así, aquellos guerreros fueron conducidos desde las faldas de ese cerro hasta la parte superior, en cuyo traslado conocieron antiguos iniciados que sabían de ellos ya sólo por nombre. Ellos se dieron cuenta de que no podían avanzar ligeramente como sus guías y les cuestionaron a los 60: Pues, ¿Qué es lo que comen que los hace estar tan pesados y torpes en estos mundos? Lo que coméis os ha mantenido así, enfermos y con una vida dificultosa. Es claro que la comida actual diaria del ser humano alegoriza la gula, las bajas pasiones, las venganzas y demás estados psicológicos inarmónicos. Los guías presentaron a los sabios ante la madre de Huitzilopochtli, que es una representación de nuestra madre divina interior y que según se describe, ella vestía con harapos, estaba sucia y en mal estado, esperando el regreso de su hijo. Así nuestra madre Divina aguarda el momento en que despertemos la conciencia y lleguemos a las dimensiones superiores para que ella vuelva a revestirse como gran emperatriz y bañe sus cabellos con el agua pura de leche y miel, efectuando su poder para resguardar de toda aberración que guarde su hijo en el alma y en su corazón. Coatlicue, madre de Huitzilopochtli, con aquellos guerreros que regresaban ante su emperador, le envía a éste unos presentes, un manto sagrado como representación de los cuerpos superiores, plumas preciosas de quetzalli como representación de virtudes y facultades, y armas para la guerra como fortalecimiento de la voluntad y la tenacidad y como mensaje principal de que debía centrarse en el trabajo sin distracción alguna para que pronto él pudiera regresar con ella y reinar juntos desde las dimensiones superiores. Se despidieron los 60 sin antes haber dejado un diezmo, así podemos comprender cuál es nuestro origen y cuál nuestra misión en este mundo, así lo entendió el gran emperador Moctezuma, dirigente de la poderosa Tenochtitlan. Por eso repetimos que la gloria de México es extraordinaria, que sus monumentos siempre inspirarán al hombre y que México siempre guiará a las humanidades, que la gran Tenochtitlan continuará porque vive dentro de nosotros y retornaremos a convivir con los grandes maestros, ¡Viva la Gran Tenochtitlan!, ¡Viva el gran Moctezuma!, ¡Viva el gran Huitzilopochtli! Enviado por Francisco Ismael Moreno Luna. Comisión Calmécac. Imagen: Imagen del códice "Historia tolteca-chichimeca" (de Wikipedia) México Tenochtitlan La mítica ciudad de México Tenochtitlan hubo de ser construida por mandato divino para convertirse en la capital del mundo. “La ciudad que está en medio del lago de la Luna” llegó a ser la Tierra prometida del pueblo azteca después de muchos sacrificios. Tal proeza fue concretada no solamente para obedecer a Huitzilopochtli, el Dios de la guerra, sino también para enseñar a las generaciones posteriores el camino que deben seguir para crear en sí mismos el templo de nuestro propio Ser interior. El pueblo azteca salió del lugar de siete cuevas a peregrinar por el mundo en búsqueda de las señales que el Dios Huitzilopochli les había prometido: el sauce blanco, la rana color esmeralda y el pez blanco. Encontrarían además un águila triunfante posada sobre el nopal devorando una serpiente, de ahí proviene el nombre de Tenochtitlan “Lugar del tenochtli, nopal de tuna dura”. Las peregrinaciones, tan acostumbradas hoy en día y que provienen de antaño, representan el peregrinaje que nuestra alma realiza en busca de la auto realización; la esencia avanza cada día con sacrificios, abandonando apegos y enfrentando circunstancias adversas por medio de la auto observación y de la voluntad, hasta que descubre que ha llegado al lugar indicado, que es más bien un estado interior de purificación y méritos del corazón. Serpiente, águila, nopal, piedra filosofal, agua del gran lago…, extraordinarios basamentos esotéricos de la gran Tenochtitlan. La serpiente, símbolo esotérico de la sabiduría y el conocimiento oculto que el águila (tercer logos) debe devorar. La culebra, al ser devorada por el águila, se convierte en serpiente emplumada. Ometecuhtli, el señor (Águila) y Omecihuatl, la señora (Serpiente), se encuentran plenamente manifestados en la serpiente emplumada (Quetzalcoatl), resultado de sacrificios y padecimientos voluntarios representados por las espinas del nopal. El sacerdote Cuauhcoatl (serpiente-águila), reunió en ese entonces a los mexicanos para indicarles que su búsqueda había concluido y que eran merecedores de alcanzar su deseo. En el códice Azcatitlán, se muestran los principios de la civilización mexicana en una imagen donde unos pescadores en canoa pescan entre juncos y aves acuáticas. La fundación de la gran Tenochtitlan es antiquísima. El pueblo mexicano honraba a los Dioses de Anáhuac, los mismos ángeles del cristianismo, principios espirituales de las fuerzas maravillosas de la naturaleza; y siendo apenas “salvajes lacustres” dotados de sencillas armas como la red para pescar y el lanza dardos para cazar aves del lago, convivían con pueblos más urbanos de Colhuacan, Azcapotzalco y Texcoco. Aquellos peregrinos aprendieron a controlar las fuerzas naturales por haber realizado las iniciaciones calificadas del adepto para ser aceptados por los príncipes del fuego, del aire, del agua y de la tierra; es decir, aprendieron a controlar a cada elemento de la naturaleza, primero en su interior, a través de serenidad y paciencia, adaptabilidad a las circunstancias, sacar provecho a las adversidades y aprender a despojarse de los apegos, y después en su exterior; los elementos les obedecieron, se convirtieron en magos, en seres que dominan a la naturaleza con la venia de los Dioses Santos, ante quienes siempre se prosternaron, y entonces la respuesta no se hacía esperar, los mismos dioses contribuyeron a la construcción de la majestuosa ciudad. Gracias al trueque, los mexicanos compraron a los vecinos tierra firme, maderas, tablas y piedras para edificar la ciudad. Con infinita humildad, sencillez y pobreza edificaron el Templo a Huitzilopochtli a unos trescientos metros del zócalo capitalino. Ese Ayahucali o primer adoratorio fue posteriormente reconstruido siete veces y a su alrededor se levantaron palacios, pirámides, santuarios…, en el Teocalli, la casa de Dios se concentró el motivo fundamental de la ciudad, del pueblo y del Estado. Así también en nosotros hemos de construir la ciudad empezando por el primer adoratorio, la primera piedra, que se ubica en el templo corazón, donde radica nuestro Padre que está en secreto, y enseguida ha de construirse el templo siete veces, porque son siete los cuerpos que el ser humano posee: físico, vital, astral, mental, causal, del alma y del Ser. Con gran industria y paciencia, el pueblo anfibio empezó por crear el suelo firme acumulando lodo sobre balsas de juncos, ahondando canales, terraplenando orillas, construyendo calzadas y puentes, adaptando las innumerables islas pequeñas, bancos de arena y fango. Uno de los 20 fundadores, Ocelotl-Tonatiuh, sol de tigres, fue jefe de los místicos guerreros y sacerdotes de la orden de los caballeros tigres, cuyos adeptos pasaban por terribles pruebas antes de aprender a manejar el poder de la imaginación y voluntad para transformarse verdaderamente en tigres. Los caballeros tigres y los caballeros águilas fueron al mismo tiempo guerreros y sacerdotes; guerreros porque luchaban constantemente contra sus propias debilidades y sacerdotes porque siempre se consagraron a la divinidad. Eran muy poderosos, tenían facultades para transformarse a sí mismos como nahuales, entrar y salir de las diferentes dimensiones de la naturaleza, curar a las personas y enseñar la doctrina secreta de Anáhuac. Alrededor del Templo mayor en México Tenochtitlan se construyó el famoso coatepantli o “muro de serpientes”, formado por dos serpientes de fuego o xiuhcóatls. En el interior del recinto donde se levantó el templo mayor, existió un templo circular dedicado al Sol. Orientado hacia el este, su techo permitía que el Sol penetrara en su altar. En el muro interior del fondo de ese templo se hallaba un gigantesco Sol de oro puro, representación visible de la gran deidad invisible, Ipalnemohuani. Entre las cámaras secretas de este templo de misterios existió el Tzinacalli (la casa del murciélago), espacioso salón con aspecto interior de sombría caverna donde los Caballeros Ocelotl (tigre) y Caballeros Cuauhcoatl (águila) realizaban prodigios como sanaciones y ayuda a la humanidad. También se encontraba el templo dedicado a Xochiquétzal que, aunque pequeño, lucía tapices bordados, plumas preciosas y adornos de oro. A su templo acudían las personas para confesar sus pecados y ofrendar su corazón en auto-sacrificio (esos eran los sacrificios humanos). El diseño y estructura del Templo mayor de la ciudad de México Tenochtitlan es semejante al templo de Salomón. En él están incluidos diversos adoratorios. Tal como es afuera es adentro; por eso en nuestro templo interior hemos de construir adoratorios a cada una de las partes de nuestro Ser. Resulta extraordinario saber que el pueblo azteca no solamente se ocupó de establecerse en un lugar para vivir, sino que ese lugar fuera construido en piedra para que a pesar del paso del tiempo, generaciones como nosotros tengamos acceso a la sabiduría que con su imponente silencio devela los misterios de la auto realización íntima del Ser. Para que comprendamos que ahora nosotros como verdaderos caballeros y damas tigres y águilas fundemos el templo de Dios vivo en nuestro interior luchando contra los enemigos ocultos de nuestra propia psicología y enfrentando todo tipo de adversidades y desavenencias… Guerreros: ¡A la batalla! Susana M. Rodríguez Licea. Comisión Calmecac, San Luis Potosí, S.L.P. Imagen: Fundación de México-Tenochtitlan. Códice Durán, s. XVI (de Wikipedia) Serpiente Templo Mayor (del portal www.samaelgnosis.net) Xochipilli En el Museo Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México se encuentra la extraordinaria escultura de Xochipilli que fue encontrada en Tlamanalco, al pie del volcán Popocatépetl, hacia el siglo XVI. Los nahuas, para transmitirnos su filosofía sólo contaban con la escritura ideográfica, motivo por el cual tenían que tallar muchas esculturas para hablar en cada una de ellas, de los atributos de la divinidad: de la pareja divina, del Padre y Madre interior, de los Dioses y de los hombres. Motivo por el cual encontramos a este Dios sentado sobre un cubo de basalto bellamente tallado, representación de la Piedra Filosofal de los Alkimistas, es la piedra cúbica perfecta de los grandes iniciados, de los Reyes y de los Dioses. Sabiduría es amor y Xochipilli vive en el mundo del amor, de la música, de la belleza, su rostro tiene presencia infantil, inefable y sublime, su semblante se muestra impasible, pero su corazón rebosa de alegría. El gran simbolismo de esta bella pieza arqueológica nos señala la importancia del amor en todos los actos de nuestra vida: en la comprensión de nuestros defectos; en saber perdonar las ofensas y los errores de la pareja, los agravios de los hijos, el rigor de los padres, etc., y el amor que debemos sentir por nuestros padres internos, por la divinidad, hacia la naturaleza y hacia nuestros semejantes. En la coraza con fleco que termina en garras felinas (símbolo del fuego y de sabiduría) y sobre la cual, en el pecho, ostenta dos soles con dos medias lunas, alegoriza la dualidad, a la pareja divina, a las fuerzas masculinas y femeninas; el Padre que está en secreto es el Sol, el Eterno Principio Masculino y la Madre Divina es el Eterno Principio Femenino que se puede representar con la Luna. Las pulseras y rodilleras vienen a indicar los logros de nuestra alma, la victoria sobre el ego. En sus rodillas vemos una flor de seis pétalos que forma la Estrella de Salomón: tres de ellos forman el triángulo con el vértice hacia arriba, es emblema del fuego y otro triángulo invertido formado por otros tres pétalos, representa al elemento agua. En su pierna derecha aparece una flor con seis semillas, en donde esa semilla es la simiente humana la cual debemos de transformar en energía creadora para que surjan las virtudes o los poderes. De la flor de su pierna izquierda emana el fuego sexual del amor unido a la espiritualidad En Tarot y Cábala el número seis, es la Indecisión, el estudiante o el discípulo se encuentra en una encrucijada entre el amor y el deseo, a un lado se encuentra la mujer común y del otro la iniciada, la Madre Divina; indica éste número que debemos buscar el equilibrio, la amorosidad en el matrimonio, no podemos esperar la pareja ideal sin luchar por conseguirla, tenemos la que nos corresponde, la que nos asigna la Ley Divina, de acuerdo a nuestro nivel de Ser: para lograr comprensión debemos saber comprender, para ganar respeto, tendremos que respetar, para exigir fidelidad habremos de ser fieles, etc. En el hogar debe reinar siempre la comprensión entre el hombre y la mujer, no debe esperar el hombre que la mujer sea perfecta, ni la mujer tampoco puede esperar que el hombre lo sea, hay que aceptar las cosas como son y tomar la casa como una escuela donde podemos auto-descubrirnos, comprender que los defectos son los factores de discordia, por ejemplo: la ira, el apego a la pareja, el temor de perderla, los celos, el orgullo, el resentimiento y otros más. Saber que uno puede cambiar, que puede transformarse si se lo propone, para lo cual debemos eliminar nuestros errores, ser más reflexivos, hay que aprender a dispensar los errores del ser amado, ésta es la doctrina de Xochipilli. Xochipilli: de Xochitl, flor y pilli, principal, Dios de la agricultura, de las flores, de la música, del canto, de la poesía y de la danza. “Flores y cantos son lo más elevado que hay en la tierra para penetrar en los ámbitos de la verdad”, enseñaban los Tlamatinime (antiguos iniciados) en los Calmécac (Centros de enseñanza superior). Las flores son emblema de la naturaleza y así mismo de las virtudes o poderes del alma, es lo que necesitamos para conocer la verdad, para penetrar en la sabiduría oculta y se refiere también a cultivar el amor, la belleza, el arte, la armonía, la alegría, etc. Cuando el ser humano cayó en degeneración, perdió sus poderes, sus sentidos internos se fueron deteriorando y conforme el ego se ha vigorizado a través de los siglos, las facultades humanas han ido desapareciendo. La danza sagrada y el Drama Cósmico sabiamente combinados con la música, sirvieron para transmitir a los neófitos, tremendos conocimientos arcaicos de tipo cosmogenético, psico-biológico, físico-químico, además de otras ciencias. Debemos mencionar también la escultura, la cual fue grandiosa en otros tiempos, los seres alegóricos cincelados en la roca viva, como la que estamos estudiando en esta ocasión, referente a Xochipilli, nos revelan la sabiduría de aquellos grandes iniciados aztecas y mayas. El arte objetivo iba dirigido a organizar, equilibrar y armonizar a los tres cerebros del ser humano, armonizarse con el medio ambiente que le rodea y con el Cosmos infinito. En estos tiempos modernos todo aliento de espiritualidad se ha perdido, ya nada saben los artistas sobre la Ley del Siete, desconocen el Arte Regio de la naturaleza, el teatro, la pintura, la escultura, la música, todo ha sido profanado miserablemente, todo lo hemos prostituido. Xochiquetzalli: Flor hermosa, alma gemela de Xochipilli, Diosa del amor, es el eterno principio femenino, expresado en la mujer, el pensamiento más bello del creador hecho carne. Vive en Tamoanchán, el lugar de las aguas universales de vida, lugar paradisiaco, alfombrado de flores, de ríos, de fuentes azules, donde crece el Xochitlicacan, árbol mágico, dice la sabiduría de los nahuas que basta que los enamorados se cobijen bajo sus ramas y toquen sus flores para que sean eternamente felices. La representaban joven y hermosa, su Templo se encontraba dentro del Templo mayor de Tenochtitlan y asistían mujeres enfermas o embarazadas, después de tomar un baño lustral, lo cual se refiere a hacer consciencia de sus principales defectos, iban a confesarle sus pecados y pedirle perdón y ayuda. En las fiestas a Xochipilli se ofrendaba con danzas y cantos acompañados de teponaztli y tambores, ovación de flores recién cortadas y panes con miel de abejas en los cuales se ponía una mariposa de obsidiana símbolo del alma del creyente. En algunas celebraciones, los Tlamatinime cerraban la ceremonia con la siguiente oración: “Señor por quien vivimos, dueño del cerca y del lejos, con alegría te damos gracias por nuestro Señor Quetzalcóatl, quien con el sacrificio de su sangre y penitencia hizo que entrara en nosotros tu vida. Haznos fuertes como él, haznos alegres como él, haznos justos como él. Aun en estos tiempos de degeneración y perversión, los Dioses escuchan nuestros ruegos, cuando somos sinceros y devotos, ellos viven en nuestra consciencia, pidamos lo que más necesitemos con la esperanza de ser atendidos, recordando que todo favor hay que pagarlo con el bien que hacemos a los demás de manera consciente y desinteresada. Enviado por: María Guadalupe Licea Rivera. San Luis Potosí, S.L.P. Imagen: Xochipilli. Coatlicue En el Museo Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México se encuentra un antiguo monolito representativo de la Diosa Coatlicue, reina de los infiernos aztecas, tercer desdoblamiento de nuestra madre divina interior: terror de amor y ley, con un extraordinario significado científico, artístico, místico y filosófico. En la parte superior de la escultura se aprecia una gran cabeza bicéfala de serpiente de cascabel, misma que nos recuerda al águila, al león y al tigre bicéfalos; la doble cabeza de estos animales representan al andrógino divino, recordemos que la divinidad es andrógina, es decir, varón y varona a la vez. La doble cabeza de estos animales también nos recuerda a los dos mercurios de la alquimia, el masculino y el femenino, es decir, a la energía creadora tanto masculina como femenina. Dicho de otro modo y en lenguaje alquimista alegoriza a los dos elixires: el blanco y el rojo. Esta extraordinaria escultura mexicana nos viene a recordar a Ometecutli-Omecíhuatl, el señor y la señora de la dualidad. La lengua bífida del rostro de Coatlicue representa al verbo de fuego, la palabra creadora; escrito está en el Génesis hebraico que Dios creó el universo por medio del verbo. En el pecho de Coatlicue resalta en alto relieve la figura de papalote o mariposa, que forman sus flácidos senos que cuelgan hacia abajo en actitud de dar vida y amor. La mariposa simboliza al alma humana transformada del nivel animal a ser celestial que abandonó la crisálida vuela a las alturas a integrarse con el Ser, este proceso es llamado “nacimiento segundo” mencionado por Jesús el Cristo. Dicen los códices de Anáhuac que Quetzatcóatl el Cristo, se convirtió en Mariposa y ascendió así en esa forma al espacio, donde se transformó en el lucero vespertino de Venus. En el pecho de Coatlicue podemos apreciar un collar de cuero, adornado de dos corazones, en medio de cuatro manos que se abren hacia fuera en actitud de dar amor. Los dos corazones, uno de Omecíhuatl (la señora del amor), el otro de Ometecutli (el señor de la ley), con claridad meridiana alegorizan en su propio contenido, las fuerzas de la misericordia y de la justicia respectivamente. Antiguas tradiciones milenarias afirman que las ánforas en forma de corazones contienen la sangre de Quetzalcóatl, misma que representa a la simiente humana sabiamente transmutada o sangre del cristo y depositada en el templo corazón del iniciado. Los corazones purificados por el amor del hombre y la mujer durante la transmutación sexual, son el símbolo maravilloso del refinamiento del cuerpo y el Alma. Las cuatro manos abiertas hacia fuera, dos a la derecha y dos a la izquierda, son las de la Pareja Divina, que después de sublimar sus Energías Sexuales hacia su propio corazón, pueden dar amor por los cuatro rumbos del Universo. A la altura del ombligo de este extraordinario monolito, resalta un cráneo humano, símbolo de la muerte del ego animal que todos cargamos en el fondo de nuestra psiquis; si nos ponemos a reflexionar profundamente en Coatlicue y en el Tzompantli, “Muro de las Calaveras”, o en las calaveras talladas en piedra encontradas en un nicho oculto dentro de la gran pirámide de Cholula, es claro que nuestros antepasados mexicanos rindieron culto a la muerte, pero este culto iba más allá de la muerte del cuerpo físico, el culto era para honrar a aquellos grandes maestros e iniciados que habían muerto en sí mismos, tal es el extraordinario simbolismo que venimos a encontrar en la Coyolxauhqui desmembrada, tallada en alto relieve en una gran roca redonda en el centro histórico de la ciudad de México. Continuando con la explicación de la escultura de Coatlicue, sus brazos están pegados contra el cuerpo con los antebrazos flexionados debajo de sus manos, que terminan en manos convertidas en cabezas de preciosas serpientes, de fauces abiertas e incisivos superiores como garras. Las manos de la bendita diosa muerte a cada lado del cuerpo de Coatlicue son los dos guardianes del templo del Dios vivo, son los cordones ganglionares semi físicos, smietéricos del caduceo del dios mercurio, emblema de la medicina actual. Estas dos serpientes nos recuerdan a los ofidios guardianes de los templos de Luxor en Egipto, las serpientes guardianas del templo de la Sierra Nevada de Santa Martha Colombia, hoy metido dentro de la cuarta dimensión de la naturaleza, a las sierpes guardianas del templo de Chichen-Itzá de Yucatán, etc. En los hombros y codos de la escultura de Coatlicue podemos apreciar garras de Tigre y ojos de Águila, esto nos remite al saludo de la garra que realizaban los caballeros tigres y águilas al penetrar a los templos sagrados de las 7 órdenes de Anáhuac y tal como se ven en el Sagrado Corazón de Jesús, diciendo: “A mí se llega por el corazón”. Por otra parte si ponemos atención en la falda de la escultura de Coatlicue veremos que está formada por serpientes portadoras del fuego sagrado, viva representación del trabajo a realizar para la creación de los cuerpos solares, estos cuerpos existenciales superiores del ser nos permiten viajar por los distintos cielos de Anáhuac. Las piernas adornadas con caracteres de fuego, cascabeles y otros adornos, y terminadas en garras de águila, son los atributos que se consiguen con los tres factores de la Revolución de la Consciencia. En los dorsos de los pies de Coatlicue, vemos dos ojos en cada uno, mirando hacia lo alto, hacia el cielo, hacia arriba, en actitud suplicante. Es que nuestra esencia anímica, (Pistis Sophía) nuestra propia alma atrapada en la materia del cuerpo y de la mente lunar que la envuelven, tiene que suplicar con supremo arrepentimiento a nuestra bendita Diosa Madre Muerte Coatlicue el perdón. Nuestra alma es perdonada cuando ya no es capaz de delinquir, esto último sólo es posible con la muerte total de nuestros agregados psíquicos. En medio de las piernas sobresale un “órgano sexual masculino” cuyo glande o cabeza asume la figura de la serpiente cascabel, emblema fálico de la potencia supra-sexual de los grandes iniciados y maestros aztecas y que alegoriza a aquellos que han encarnado a su Real Ser Interno. Adoremos con fe a Coatlicue y ella decapitará a nuestros defectos y liberará nuestra alma para que se transforme en mariposa. Instructor. Virgilio Cuautle Roldán. Nochistlán, Zac. Imagen: Coatlicue Museo de Antropología e Historia (del portal www.samaelgnosis.net) Chac Mool La enseñanza entregada en la figura que en la actualidad han llamado como el Gran Jaguar Rojo o Chac Mool se extendió en un gran número de culturas, inclusive estuvo presente en toda la cultura maya, y se puso de manifiesto en la gloriosa Chichén Itzá. “Fue tallado por los místicos aztecas, mayas, tarascos, etc., para perpetuar la sabiduría que ellos recibieron como herencia secreta de sus antepasados”. Samael Aun Weor Es maravilloso el poder encontrar reunido en un solo símbolo las más sabias enseñanzas de los antiguos sabios, que aplicadas en nuestra vida, nos podrán llevar a transitar por la senda que ha de conducirnos a lo divinal. Es en el templo de los Guerreros, en la majestuosa Chichén Itzá, donde podemos apreciar este Chac Mool, entre las dos columnas Jakin y Boaz símbolo del varón y mujer, realizadas con dos serpientes en la insólita posición de cabeza, indicándonos que para subir primero debemos bajar y ahí en medio está con el semblante sereno mostrándonos lo que es la comprensión creadora que debemos cultivar en la relación del matrimonio para entrar a los más grandes misterios, dádiva sólo entregada a los guerreros que combaten contra sus propias pasiones. En Tula, Hidalgo, México, símbolo de las tierras de las mil y una noches, donde nuestro Señor Quetzalcóatl difundiera sus enseñanzas sagradas, encontramos este precioso Chac Mool, un ser humano semi acostado, con los pies en la actitud que los místicos aztecas, egipcios y aún más, el mismísimo maestro Jesús utilizara para desdoblarse conscientemente en cuerpo astral. Una mariposa en su pecho idéntica a los monolitos denominados Atlantes de Tula, nos indica la necesidad de encarnar al alma humana a través de la muerte del Yo psicológico; es precisamente la región que en cábala se llamar Tiphereth, y la mariposa que fue en su momento un gusano, es el símbolo del alma que podemos encarnar si nos liberamos de las cadenas del dolor. Sus brazaletes nos indican que el trabajo que se realiza por auto realizarse es litúrgico, es decir, que debe ir acompañado de la más alta espiritualidad; el mismo acto amoroso debe ir unido a lo divinal. Su mitra nos invita a encarnar el conocimiento propio, a no depender de ideas ajenas, a que hagamos carne y sangre cada enseñanza gnóstica recibida. El recipiente en la región del plexo solar es una tremenda realidad, es ahí donde tenemos un depósito de energía solar que podemos y debemos llevar a cada uno de los chakras o centros magnéticos, para ponerlos en actividad. En la actitud del primer impulso para levantarse mirando al horizonte, nos muestra que debemos levantarnos del lodo de la tierra y encaminarnos a la luz del Padre interno. Se han logrado encontrar varios ejemplares decapitados, para indicarnos con claridad la necesidad de morir en sí mismos, de lograr la desintegración de nuestros miles de defectos psicológicos, y es por ello que aparecen de esta forma para mostrarnos el camino a seguir. En el Templo Mayor, en la Gran Tenochtitlan, centro actual de la ciudad de México, podemos apreciar un Chac Mool frente al adoratorio de Tláloc (el Dios de las Aguas). Es inquietante la relación que nuestros maestros del pasado colocaron entre Tláloc y Chac Mool, queriéndonos decir que el trabajo con las aguas puras de la vida (o energía sexual), debe ser vigilado con suma atención y de acuerdo a la Ley divina. Los colores Azul y Rojo son los colores de la Alquimia, el magnetismo masculino y el magnetismo femenino manejados con arte y belleza dentro del hogar; es así como podremos entrar en el adoratorio del Dios Tláloc, es decir, podremos entrar en el ámbito de la transformación de las aguas internas. Sin duda alguna, la sabiduría plasmada en roca por nuestros antepasados es sólo accesible por el corazón tranquilo y a pesar de que no tiene límites, ni orillas jamás; podríamos destacar dos elementos muy importantes: 1.- Las salidas astrales conscientes simbolizadas por la posición de sus pies, esotéricamente representada por el Mantram FARAON, posición en la cual colocando nuestra cabeza hacia el norte, podemos y debemos recuperar esa preciosa facultad para investigar en ese mundo paralelo de la quinta dimensión los grandes misterios de la vida y de la muerte. 2.- El depósito de energía solar, simbolizado por el recipiente situado en el complejo nervioso denominado “Plexo Solar”, lugar donde está situado el chakra (centro magnético) umbilical llamado en el mundo oriental como Manipura. Es posible llevar tal fuerza extraordinaria a los distintos chakras para activarlos. A través del Mantram Suira extraemos la energía del plexo solar y la llevamos al entrecejo para el despertar de la clarividencia, el Mantram Suera a la laringe creadora, Suora al corazón, Suura al mismo chacra del plexo solar y Suara a los chacras pulmonares para el recuerdo de vidas pasadas. “El Chac Mool de México Azteca es maravilloso. Realmente el Chac Mool existió; fue un adepto Encarnado, uno de los grandes iniciados de la poderosa civilización serpentina del antiguo México y de la Gran Tenochtitlan.” (SAW) “El Chac Mool fue venerado por el México serpentino. Dos castas guerreras lo adoraban. El Chac Mool era llevado en grandes procesiones y entraba en los templos aztecas adorado por las multitudes. A él también se le hacían rogativas pidiéndole lluvias para la tierra. Este gran Maestro ayuda a los que le invocan. Podrían hacerse amuletos con la figura del Chac Mool para cargarlos al cuello en forma de medallón, o pequeñas esculturas del Chac Mool”. (SAW) Para finalizar este artículo nos dirigimos en relajación física y mental decimos: “Venerable Maestro Chac Mool, te llamamos con nuestra alma y corazón, y desde lo más profundo de nuestro ser te pedimos nos des fortaleza espiritual para ser un auténtico guerrero en la lucha contra mis propios defectos. Así Sea”. Instructora: María Guadalupe Rodríguez Licea. Comisión cursos por Internet y Painalli. Imagen: Chac Mool Museo del Templo Mayor (del portal www.samaelgnosis.net) Huehuetéotl El absoluto tiene tres aspectos: EL AIN. EL AIN SOPH. El AIN. El espacio abstracto es la causa causorum de todo lo que es, ha sido y será. El AIN SOPH. La Kábala (Ciencia de los números) llama a esta primera emanación espiritual el Inefable Anciano de los Días. El AIN SOPH AUR. Cada universo del espacio infinito posee su propio Sol central y la suma de tales Soles espirituales constituye el Ain Soph Aur. Del Ain Soph emana toda la creación, pero la creación no es igual ni en esencia ni en potencia a Ain Soph. El Ain Soph por medio de su luz increada, irradia de sí mismo a una inteligencia, a un poder que, si originalmente participa de la perfección e infinitud de su creador, por derivarse de Él tiene un aspecto finito. Esta primera emanación del Ain Soph, EL INEFABLE ANCIANO DE LOS DÍAS, es el Ser de nuestro Ser, el Padre Madre en nosotros. Los Nahuas le llamaban Huehuetéotl, el Padre de los Dioses y de los hombres, el Dios Viejo, la primera y la última síntesis de nuestro Ser. En el fondo de la Conciencia de todo hombre y de toda mujer vive el ANCIANO DE LOS DÍAS, nuestro Huehuetéotl interior. El ANCIANO DE LOS DÍAS es la bondad de las bondades, la misericordia infinita, lo oculto de lo oculto. El Ain Soph, no pudiendo expresarse en el ilimitado plano físico, se expresa por medio de sus Diez Sephirotes (partes de nuestro Real Ser): Más allá del ÍNTIMO está el CRISTO, más allá del Cristo, está el INEFABLE ANCIANO DE LOS DÍAS, más allá del INEFABLE ANCIANO DE LOS DÍAS, está el AIN SOPH o el Absoluto. El Absoluto es el Ser de todos los Seres, él es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será. Él se expresa como movimiento y reposo abstractos absolutos. Él es la causa del Espíritu y de la materia, pero no es lo uno ni lo otro. Está más allá del pensamiento y del acto, está más allá del sonido, del silencio y de los sentidos. El absoluto está más allá del tiempo, del número, de la medida, del peso, de la cualidad, de la forma, del fuego, de la luz. Como ya mencionamos anteriormente, la primera emanación del Absoluto es el ANCIANO DE LOS DÍAS. No es solamente un ídolo como la mayoría lo concibe, esta representación de los antiguos aztecas al que siempre adoraron, se le llama Dios Viejo del fuego, porque es la representación de lo único que perdura, esa energía que a todo da vida; es el fuego interior, sagrado y cósmico. Huehuetéotl se encuentra como un verdadero Maestro en las dimensiones superiores de la Naturaleza. Relacionado con el aspecto sexual del Ser humano. Es un Dios tan antiguo, muy similar a AGNI, el deiduso Védico del fuego. Huehuetéotl nos enseña a dominar nuestros fuegos internos, símbolo de nuestras pasiones sexuales animales; además de los estados iracundos que destruyen la capacidad de amar, en el Ser humano; nos motiva a cultivar la paciencia y a utilizar nuestras energías creadoras con inteligencia y prudencia. La gnosis nos enseña que poseemos cinco centros de energía a través de los cuales se manifiestan nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, instintos, sexo, etc. Al empezar el día estos cinco centros son cargados de energía, estando listos para usarse; lamentablemente abusamos en el uso de estos centros, provocando un desequilibrio en nuestro cuerpo físico. Cada uno de nuestros pensamientos va gastando la energía del centro intelectual, hasta agotar su carga inicial. Cuando esta carga se agota totalmente, el centro intelectual le roba al centro sexual para poder seguir funcionando. Así mismo, cada una de nuestras palabras y de nuestros movimientos van gastando la energía del centro motor, tomando energía del centro sexual para seguir trabajando. Cada una de nuestras emociones en el diario vivir agotan la energía del centro emocional, y a su vez éste acude al centro sexual. El centro sexual para trabajar, como ha sido saqueado durante todo el día, tiene que trabajar con los excedentes de los otros centros. Conclusión: no trabajan con su propia energía y nada nuevo se puede crear. Si queremos empezar un cambio, en qué orden debemos trabajar, ¿en cuál centro? Es claro y manifiesto que debemos empezar nuestro trabajo interno con los centros Intelectual y Emocional. La raíz del problema humano es de tipo psicológico, originado por nuestras formas equivocadas de pensar, sentir y actuar. La mente está inconsciente por el yo, y ésta obedece a la programación que le hemos dado, si no cambiamos nuestras formas equivocadas de pensar, es claro que estas sagradas enseñanzas terminarán por confundirnos. Tenemos que trabajar también con el centro emocional, pues sabemos que las emociones negativas no nos van a permitir un cambio de fondo. Solamente cambiando nuestra forma de pensar y sentir, estaremos listos para trabajar con los misterios sexuales. Estos misterios son sagrados, por eso nunca se entregaron ni se entregan públicamente a la humanidad. Solo se enseñan en escuelas secretas de misterios y a iniciados que han pasado ciertos procesos de introducción al conocimiento; pero como estamos en los tiempos del fin, al Maestro Samael, Avatara de la era de Acuario, por órdenes de la Logia Blanca le es permitido descorrer el velo del templo y entregar a la humanidad el séptimo sello, o sea, los misterios del sexo. Huehuetéotl, como individuo sagrado, es un Rey angélico, alguien que se auto realizó íntimamente, bajo cuya rectoría trabajan trillonadas de salamandras (criaturas del fuego); estos Maestros relacionados con los elementos radican en el mundo causal. Las salamandras del fuego se encuentran hacia el sur, para poder dirigirnos a ellas es necesario a través de la meditación y oración, pedirle a Huehuetéotl autorización y esto se hará de acuerdo con la ley, nunca nuestra voluntad. Los Dioses elementales de la naturaleza, en el caso de Huehuetéotl asisten a las personas a condición de una conducta recta. Solamente eliminando el ego animal, se pueden dominar y realizar prodigios con los elementales de la naturaleza. Huehuetéotl es el fuego que anima a la naturaleza, la energía que todo lo sustenta, entre los cristianos primitivos es INRI, en la India PRANA, energía vital o crística, en el caso del Budismo Zen. Este fuego se encuentra en toda la naturaleza, es también el fuego sagrado que radica en el cosmos, es por eso que se menciona que Huehuetéotl fue el último en llegar a la asamblea de los Dioses, ya que este fuego sagrado nunca desaparece, se encuentra latente en todo lo que nos rodea, siendo la misma vida; existimos por el advenimiento del fuego, dejamos de existir cuando el fuego abandona la forma. En esos momentos de quietud mental, de meditación, es necesario recordar que sin paz no se puede lograr nada nuevo y entonces debemos escudriñar en la mente para descubrir las causas del conflicto, investigar el factor que anula la paz dentro y fuera de nosotros. Las acciones inteligentes son resultado del silencio mental. El silencio mental se convierte en la sabiduría e intuición que se necesita para resolver los conflictos y conseguir el recto pensamiento. Enviado: Enviado por Rigoberto Loza González. Instructor en Pénjamo, Gto. Imágenes: Dios Huehuetéotl Museo de Antropología de Historia (del portal www.samaelgnosis.net) El Tigre Sagrado Estimados amigos, dice Don Mariano José de Larra, ilustre escritor español: “Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas”… Inicio con esta frase, porque hoy vamos a hablar de un tema que requiere que seamos reflexivos, analíticos; en realidad de verdad, los seres humanos durante muchísimos años la hemos pasado reaccionando ante todo aquello que se sale de nuestros propios conceptos, creencias y opiniones que tenemos sobre tal o cual cosa, y con esa manera de ser, reaccionaria antes que analítica, nos hemos privado de comprender la enseñanza trascendental que se encuentra en todos los LIBROS SAGRADOS tras un gran simbolismo. El Tigre o Jaguar representa algo maravilloso, si comprendemos su enseñanza y la llevamos a la práctica, nos ayuda enormemente para nuestra propia transformación. El jaguar maya o Tigre americano, es, indudablemente, el mismo XOLOTL o Lucifer nahua, en toda Meso América representa lo mismo. Traducido a la época actual del cristianismo, es el mismo Lucifer (luz y fe). Hemos de saber que Luz y Fe es la reflexión, la sombra de nuestra conciencia dentro de nosotros, aquí y ahora. La conciencia, eso más digno que tenemos los seres humanos dentro de nosotros mismos y que bien podemos llamarle Dios dentro de nosotros, se desdobla a sí mismo, y ese desdoblamiento es, precisamente, el XOLOTL nahua, el Lucifer cristiano, el jaguar maya. De manera que quienes piensan que Lucifer es el enemigo del Eterno, están muy equivocados. Y quienes lo pintan dogmáticamente como un demonio terrible, sentado en un trono de ignominia y blasfemia, con un tridente de hierro en su mano derecha dominando al mundo, están también equivocados. Realmente el XOLOTL, el Lucifer, el jaguar, el tigre, a quien representan es al Lucifer particular, individual. Cada cual tiene el suyo en el fondo mismo de su conciencia, y de acuerdo al grado de purificación en la eliminación de los agregados psicológicos así lo verá. Entre más errores, defectos y vicios tengamos, más horrible y espantoso será. Entre más limpios y puros seamos, pues más radiante será. XOLOTL o Lucifer, el jaguar, no es otra cosa que la reflexión de Dios dentro de nosotros, y aquellos que lo maldicen se pronuncian contra su cósmica reflexión, censuran al Dios vivo manifestado en la materia y reniegan de la siempre incomprensible sabiduría, revelándose por igual en los contrarios luz y tinieblas. Si un árbol tiene sombra ¿por qué ha de extrañarnos que él, Dios, tenga su propia sombra?... Palpablemente, éstos son el Inmanifestado y el Manifestado, el virginal y el caído en la generación animal. Incuestionablemente, sólo sobre Lucifer, jamás sobre el Dios, recae la vergüenza de la generación humana. Aquél perdió su estado elevado virginal cuando comió el fruto prohibido, es decir, cuando violó la Ley de Dios. Con la muerte de nuestros egos, el Lucifer nahua, el jaguar maya, “El Divino Daimon” de Sócrates, reconquista el estado virginal. Hoy por hoy, nuestra naturaleza interior es, ciertamente, impura, material, grosera, motivo por el cual recibe el nombre de Diablo. La piedra de la Gran Obra es el Lucifer nahua, jaguar maya. Sobre esta piedra maestra, ubicada en el fondo mismo nuestro, el Kabir Jesús edificó su iglesia; se hace necesario comprender que cada uno de nosotros tiene su Lucifer particular, individual, reflexión completa de su conciencia, de su Dios interior. Esta dualidad terriblemente simbólica, la encontramos en todas las culturas antiguas como: Bel y el dragón, Quetzalcóatl y Xolotl, Apolo y Pitón, Krishna y Kaliya, Osiris y Tifón, Miguel y el dragón rojo, San Jorge y su dragón, siempre son el Dios particular divinal en cada uno de nosotros y su doble proyectado en nuestra psiquis para nuestro bien. Lucifer, el jaguar, el tigre, es el que nos da la auto-independencia, los poderes que divinizan. Él es el que nos pone las pruebas, sin las cuales es imposible que surja en nosotros una verdadera transformación. De manera que Lucifer sirve de escalera para bajar y escalera para subir. Cuando uno con la fuerza de la voluntad lo vence, cuando vence la tentación, asciende un grado más por la espalda de Lucifer. Así se va: ascendiendo por la espalda de Lucifer hasta llegar un día a ser puro y limpio, en pensamiento, palabra y obra, como esos grandes Maestros que ha tenido la humanidad: Jesús, Buda, Krishna, Quetzalcóatl, etc., etc. "La tentación es fuego. El triunfo sobre la tentación es Luz." Eliminar los elementos indeseables que cargamos dentro es urgente, inaplazable, impostergable. En modo alguno sería posible extirpar nuestros agregados psíquicos, esos íntimos defectos que en su conjunto constituyen al Yo, sin el auxilio de esa Partícula Divina o Mónada interior recordada por el hacha, signo del rayo que el Hombre-Tigre asume con entera claridad. El tigre sagrado, representación maravillosa de la sabiduría del Ser, con su fuerza elemental, tiene el poder de colocar el cuerpo humano en estado de Jinas, ese poder de penetrar en la cuarta dimensión o mundo paralelo que cita Alberto Einstein. El ejemplo más evidente que conservamos de la existencia de la cuarta coordenada lo tenemos en esas desapariciones misteriosas de personas, barcos y aviones en el famoso Triángulo de las Bermudas, que viene a ser una especie de puerta de entrada a la cuarta dimensión. Con el fin de hacer investigaciones en la cuarta vertical, los caballeros tigres del México azteca ponían su cuerpo físico en estado de Jinas con ayuda de la fuerza elemental del tigre. Ahora nos explicamos por qué los Yoguis del Indostán se sientan a meditar sentados sobre una piel de tigre. Cuentan los aztecas que la primera raza humana fue devorada por los tigres (símbolo felino de la sabiduría). Jesús decía: “En paciencia poseeréis vuestra Alma”, ese conjunto de poderes, virtudes, dones, facultades, leyes que deberíamos tener. Es bueno aclarar que esto de encarnar el Alma, significa en el fondo ser asimilados, devorados por el Tigre de Sabiduría. Necesitamos que el Tigre de Sabiduría nos devore. Este Tigre es el Íntimo, nuestro Real Ser. En Yucatán existía el templo de los tigres. Quetzalcóatl, con sus garras de tigre, atrapa al corazón humano. “Los corazones entre garras felinas simbolizan la "muerte del iniciador". Transformado en tigre, Quetzalcóatl sube, desgarrando el corazón de quien lo despierta, hasta matar en él, todas las ilusiones de la personalidad, a todo apego por las cosas que lo atan a la Tierra”. “Realmente, son necesarias la sagacidad y la fiereza del tigre para matar a la personalidad humana y hacer que resplandezca en el hombre el Dragón de Sabiduría de Siete Serpientes, símbolo del decapitado”. “Quetzalcóatl es el Dios interno de los aztecas. Sus garras felinas se clavan en el corazón del iniciado para devorarlo. El neófito recibe la cruz de la iniciación en el templo del corazón. A las realizaciones cósmicas se llega por el camino del corazón, no por el camino del intelecto”. En todos los templos de misterios de América no falta el culto al tigre. La orden de los caballeros tigres fue muy sagrada en el México azteca. Cuando una humana persona no fabrica alma, es lógico que se pierde, rueda al abismo. Nosotros debemos asimilar la sabiduría del tigre para que logremos una verdadera transformación interior para después, proyectarla al exterior. Dice el Maestro Samael Aun Weor: “La mejor forma de ayudar a los demás es cambiando uno mismo”. Enviado por José Isabel Mauricio Vargas. Instructor de Rincón de Romos, Ags. y Loreto Zac. Imágenes: Caballero Tigre. Cacaxtla y Tigre Alado. Museo de Antropología e Historia (del portal www.samaelgnosis.net) Ehécatl Uno de los Dioses principales del panteón azteca es sin duda Ehécatl, Dios del aire, del viento, de la noche. Deidad invisible e impalpable, es uno de los Reyes angélicos del Mundo espiritual de la Naturaleza y es indudable que bajo su dirección trabajan en nuestro planeta Tierra billonadas y trillonadas de Silfos aéreos. Estas criaturas del aire parecen niños pequeños muy hermosos con rostros sonrosados como la aurora. Ehécatl es un Ángel precioso y espíritu del movimiento y como tal regula todas las actividades del movimiento cósmico. Así, el aliento que emana de su boca, es equivalente a la vida, al soplo vital. Ehécatl es el hálito divino, el principio vital, el poder del verbo creador, indicándonos el deber y cuidado que debemos tener al hacer uso del verbo. Es un Deva de la naturaleza, un Malachin del mundo causal, un genio del movimiento cósmico. Los aztecas lo invocaban encendiendo tres velas de cera virgen en el altar del templo. Ehécatl enseña a salir en cuerpo astral, ayuda en los pequeños y grandes viajes, etc. Si se lo suplicamos él nos retira una vieja enfermedad, un mal vecino, etc. Pero Ehécatl exige pago por sus dádivas. El que le demanda algo tiene que hacer desinteresadas y buenas obras entre los hombres sin distinción de raza, credo o clase. Cuentan las tradiciones nahuas que cuando NANAHUATZIN Y TECCIZECATL se arrojaron al fuego para convertirse en el Sol y la Luna respectivamente, quedaron inmóviles hasta que Ehécatl sopló con fuerza sobre ellos. Al principio sólo se movió el Sol pero cuando el astro se puso en el ocaso, también se movió la luna. Los Dioses de la antigua Gran Tenochtitlan no fueron jamás ídolos. Los aztecas rindieron culto a los ángeles, a los Elohim, a los Prayápatis. Los Dioses de Anáhuac son los mismos ángeles del cristianismo, los Elohim de los hebreos, los prayápatis del Indostán. ICONOGRAFÍA Los nahuas lo representaban con máscara de muerte y cráneo enormemente grande o desnudo, con boca de labios alargados de la cual sale el viento. Su representación antropomorfa está caracterizada por una máscara bucal roja y en forma de pico de ave que lleva en su rostro y que utilizaba para limpiar el camino anticipando la llegada de Tláloc, Dios de la lluvia; lleva casi siempre un sombrero de forma cónica en el que a veces un ojo sobre el fondo negro simula el cielo estrellado. Entre sus adornos destacan las conchas (collar y orejeras) y los caracoles, cuya espiral alude al movimiento del viento; en su pecho lleva el pectoral de Quetzalcóatl, un caracol que partido a la mitad deja ver la espiral a través de la cual fluye el resonar de la voz divina. Existen diversas representaciones de Ehécatl en las que se ve acompañado de otros Dioses; tal es el caso de Tezcatlipoca, que comparte con él la misión de construir el Cosmos, o Xólotl su hermano gemelo, Dios de la vegetación que en los ritos cosmogónicos viaja con Ehécatl al inframundo y lo ayuda a rescatar los huesos de la antigua humanidad. También se le ve adosado a Mictlantecutli, Dioses de la muerte y el Inframundo. Esto nos muestra sus variadas actividades y lo confirman como uno de los Dioses primordiales aztecas. Sin embargo Ehécatl, como otras deidades, Tlaloc, Xiutecutli, Xochipili, etc., no suman Dioses sino leyes, fuerzas, atributos, efluvios, pensamientos de Dios, pero ninguno de ellos es el Verdadero Dios IPALNEMOHUANI. Los templos dedicados a Ehécatl normalmente tenían forma circular para oponer menor resistencia al viento y ayudar a la circulación de éste. A veces se le asociaba a los cuatro puntos cardinales pues el viento viene y va en todas direcciones. Cuando el viento soplaba desde el Oriente, donde está el Tlalocán, lo llamaban TLALOCAYOTL. Es un viento tranquilo que emitía su voz tranquila entre los árboles. Cuando soplaba desde el norte donde está el Mictlán, el Infierno, lo llamaban MICTLAN-PAEHÉCATL, era un viento que traía los lamentos de las almas que penaban en el Inframundo. Volteaba las canoas que navegaban y acarreaba enfermedades. CIHUATLAMPA- EHÉCATL: era el viento que venía del poniente, donde habitaban las mujeres que morían de parto. Era muy frío, pero esclarecía el cielo y ayudaba a las canoas a navegar. Al viento del sur le llamaban HUIZTLAMPA-EHÉCATL.-“El que viene de un lugar invadido de espinas”. Era el viento que soplaba con mayor fuerza y emitía el ruido de las calaveras, porque traía consigo la muerte. Arrancaba los árboles, derribaba las casas, y levantaba grandes olas de agua. El viento, por ser invisible, requiere de una representación metafórica. Algunos dicen que los EHÉCATL-TOTONTLI, son los “vientecillos”, pero más bien son las múltiples partículas de energía que constituyen el aire, mismas que le dan movimiento. Se producen por millares y forman culebras de aire, ráfagas, vendavales, borrascas, golpes de viento, trombas, según cuántos sean y con qué intensidad actúen. Se les rinde culto mediante pequeñas estatuillas con cara de niños que se colocaban en los santuarios de los montes, casi siempre ubicados en las cimas. La luz, el calor, la electricidad y el magnetismo, no son más que formas de movimiento vibratorio, éste es una fuerza universal que según se cristaliza en la creación, se convierte en una sustancia llamada éter que a su vez se modifica en estado ígneo dando origen al fuego, en estado gaseoso o aire, en estado líquido o agua y en estado pétreo y da origen a la Tierra. Los Tatwas son el alma de los elementos, y el del aire recibe el nombre de Vayú. En horas o días de huracanes y brisa, las ondas etéricas del aire están en agitación y vibración. Vayú se relaciona con todo lo que sea velocidad, movimiento, navegación aérea; cuando vibra éste tatwa la gente goza hablando mal del prójimo. Los accidentes de aviación ocurren en éste período. Los suicidas son estimulados por éste Tatwa. Vayú favorece los negocios sencillos y cortos así como los trabajos intelectuales. Instructor auxiliar: José Antonio Compeán Martínez. San Luis Potosí, S.L.P. Imagen: Ehécatl Museo de Antropología e Historia (del portal www.samaelgnosis.net) El Dios Tláloc Fue llamado Cocijo entre los zapotecas, Chaac entre los mayas y Tláloc entre los aztecas, nombre cuyo significado ya de por si nos entrega una gran enseñanza “El Vino que bebe la Tierra”, el símbolo del agua que da la vida, que hacer florecer toda la creación, que fertiliza y al mismo tiempo es la fuerza que todo lo sostiene. Tláloc es la lluvia, es el rayo, es la energía creadora del ser humano, es uno y es todo, y al mismo tiempo es un ángel preciosísimo, un Deva –como se diría en el mundo oriental–, un maestro de perfecciones que tiene mucha más realidad que cualquiera de nosotros, un Malachim hablando en lenguaje hebreo, es decir, un ángel del mundo de las causas naturales. Realidades desconocidas para el vano intelecto son encerradas en los mitos, códices, estelas, monolitos sagrados y vasijas milenarias dedicadas al Dios Tláloc. Sólo el arte, dirigido a la conciencia es el que puede ayudarnos a entender estos misterios, por ello que tomamos como cimiento este poema náhuatl para introducirnos en sus arcanos: "El Dios Tláloc residía en un gran palacio con cuatro aposentos, y en medio de la casa había un patio con cuatro enormes barreños llenos de agua. El primero es del agua que llueve a su tiempo y fecundiza a la tierra para que de buenos frutos. El segundo es del agua que hace anublarse a las mieses y hace perder los frutos. El tercero es del agua que hace helar y secar a las plantas. El cuarto es del agua que produce sequía y esterilidad..." Por un lado este precioso poema nos alude a cómo está organizada la naturaleza, indicándonos que no es algo muerto o meramente mecánico, que todo tiene alma. Las lluvias, las sequías, las inundaciones y el granizo están sujetas a principios inteligentes más allá del bien y del mal. Al mismo tiempo estas fuerzas elementales están supeditadas a la ley del Karma, pues sólo cosechamos lo mismo que sembramos. Con asombro místico, encontraremos en este poema la misma enseñanza que Jesús nos hablara en la parábola del Sembrador. La semilla de la parábola de Jesús significa la enseñanza Gnóstica, que con gran profundidad nos comenta el maestro Samael: que parte de la simiente cayó junto al camino y vinieron las aves mundanales y se la tragaron. Parte cayó entre pedregales; o sea, discusiones, teorías y ansiedades, donde no había gente reflexiva, profunda; no resistió la prueba del fuego y se secó ante la luz del sol, no tenía raíz. Y parte cayó entre espinos, entre hermanitos que se hieren unos a otros con la calumnia, la chismografía y etc. Crecieron los aguijones y las ahogaron. Afortunadamente no se perdió la labor del sembrador porque parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cual a ciento, cual a sesenta y cual a treinta por uno. En definitiva los cuatro recipientes con que el Dios azteca Tláloc, dios de las lluvias, riega la tierra ayudado de sus ministros, pudiera significar lo mismo: "El primero, es el del agua que llueve a su tiempo y fecundiza la tierra para que dé buenos frutos" es la enseñanza gnóstica que llega a personas maduras anímicamente hablando y hacen buen uso de ella, trabajan en forma sincera auto conociéndose, eliminado sus defectos, trasmutando sus energías y sirviendo desinteresadamente a la humanidad; es obvio que en tales condiciones, fecundiza nuestra tierra filosófica y da buenos frutos en nuestro interior, floreciendo las virtudes del alma. "El segundo es el del agua que hace anublarse las mieses y hacer perderse los frutos". En este caso la Gnosis no da frutos, no tomamos con la seriedad debida la enseñanza gnóstica, estamos demasiado identificados con los placeres del mundo, con lo ilusorio de esta sociedad actual, queremos que la Gnosis se adapte a nuestra carcomida forma de vivir equivocada. "El tercero, es el del agua que hace helar y secar las plantas"... se trata de los que ya teniendo la Gnosis en nuestras manos, seguimos haciendo críticas, calumnias, levantando falsos, bien dice el maestro Moria: “La murmuración nos separa del auténtico esoterismo”. "El Cuarto es el del agua que produce sequía y esterilidad"... este recipiente de agua correspondería a cuando la Enseñanza Gnóstica llega a nosotros pero somos gente superficial; no hace raíces en nosotros la enseñanza, pues en lugar de vivir la gnosis, nos la pasamos queriendo demostrarle a alguien nuestra consabida superioridad, discutiendo, llenándonos de teorías y no practicamos nada, obviamente viene la prueba del Fuego (Serenidad y dulzura de carácter) y fracasamos en todo. "Tiene el Dios a su servicio a muchos ministros -los elementales del agua-, pequeños de cuerpo, los cuales moran en cada uno de los aposentos, cada uno según su color, pues son azules como el cielo, blancos, amarillos o rojos... Ellos, con grandes regaderos y con palos en las manos, van a regar sobre la tierra cuando el supremo Dios de la lluvia ordena... Y cuando truena, es que resquebrajan sus cántaros, y si algún rayo cae, es que un fragmento de las vasijas rotas viene sobre la tierra..." Nuevamente nos habla este poema de realidades del alma de la naturaleza y del trabajo que habrá que hacerse para cumplir con nuestra misión. Nos dice este poema con los colores, cómo ha de llevarse a cabo nuestro trabajo con las aguas internas, primero es oscuro, luego debe tornarse blanco, más tarde amarillo y por último rojo, son los mismos colores de la alquimia por los que ha de pasar el candidato a la luz. Por otro lado, esos ministros de Tláloc, llamados los Tlaloques son realmente las criaturas elementales que viven en la cuarta dimensión, llamados en otros tiempos sirenas, titanes, ondinas, nereidas y decenas de nombres más. Que la degeneración en que estamos, haya hecho que perdamos nuestras facultades para percibirlos, pues no quiere decir que no existan. Estos existen, y están bajo el mandato del Maestro Tláloc y Tláloc bajo las órdenes de la Ley del Karma. Es necesario darse cuenta que la naturaleza es algo vivo, que cada río, lago, nube, lluvia, tiene detrás sus principios anímicos rigiéndolos. En ellos no hay crueldad, somos nosotros los inconscientes los que atentamos contra la naturaleza, los que hacemos nuestras casas en los lechos de los ríos, los que estamos destruyendo nuestra casa, nuestra Madre Tierra. ESPOSA DE TLÁLOC: Los maestros aztecas no adoraban ídolos, sino que simbolizaban principios, fuerzas cósmicas, realidades del espíritu. Y si ponían a Tláloc como símbolo de la lluvia, no podrían olvidarse del complemento, del equilibrio y aparece como su esposa y no menos importante Chalchihuitlicue. “Esmeralda, cosa preciosa; la que tiene falda de esmeraldas. Es la diosa del agua terrestre y esposa de Tláloc. Los Nahuas la representaban joven y hermosa, con tiara de oro, enaguas y manto con borlas de Quetzalli; en el jeroglífico que adorna su falda, en la cara interna superior de los muslos, aparece una preciosa ninfa de bífida lengua, símbolo de luz. Los Maestros la invocaban en verano, cuando los ríos se secaban por la sequía. Sobre el altar del templo ponían un montón de sal marina y devotamente impetraban su auxilio.” (Samael Aun Weor) No en vano, entre los hebreos llamaron a la divinidad Elohim, cuya correcta traducción es Diosas y Dioses. La diosa de los ríos, lagos y aguas subterráneas, es su alma divina, su Walkiria, su Bella Helena. TLALOCÁN: El paraíso de Tláloc es en realidad una región en el mundo paralelo de la quinta dimensión, muy semejante al paraíso de Maitreya del mundo oriental, o al cielo de las distintas religiones. La sabiduría que nos entregan en estos mitos es extraordinaria, pues entremezclan, las realidades de los estados postmortem con el trabajo interior. Los que mueren ahogados y los que son alcanzados por un rayo van al paraíso de Tláloc; es una forma de decirnos que se trata de quienes trabajan en la muerte de sus defectos ayudados con la trasmutación de sus aguas internas o con el fuego sagrado (rayo) del eterno principio femenino divinal. Claro, que aquellos que logran erradicar la lujuria, el orgullo, la gula, la pereza, entran a estados de conciencia superiores, simbolizados por el Tlalocán, es decir, viven en plenitud y llenos de felicidad. “Este Dios tenía adoratorios en el Templo Mayor y en las cumbres de las altas montañas del valle de Tenochtitlan. Nunca faltó el fuego en sus altares. Los Maestros lo invocaban para agradecerle la abundancia de las cosechas, para pedirle lluvia en las grandes sequías o para que deshiciera las nubes de granizo. En las grandes tempestades usted también, si lo desea, puede invocarlo, mas debe hacerlo con fe y reverencia.” (SAW) Los maestros regentes de la naturaleza son conocidos como Malachim, pues viven en el mundo de las causas naturales y existe un mantram extraordinario que meditar en él es como tocar las puertas de esta región. Nosotros los gnósticos rendimos culto en nuestro corazón a estos maestros, cerramos nuestros ojos, relajamos nuestro cuerpo y vocalizamos el mantram Aloah Va Dath tres veces. Repetimos llenos de infinita fe: Padre mío, Dios mío, Señor mío, tú que eres mi verdadero Ser, te suplicamos en el nombre de nuestro Señor Quetzalcóatl y por la misericordia de Ipalnemohuani (aquel por quien vivimos) nos invoques, aquí y ahora, al Venerable Maestro: Tláloc, Tláloc, Tláloc. Venerable Maestro Tláloc, venid hacia aquí, concurrid a nuestro llamado. Maestro Tláloc, te hemos llamado, te hemos invocado, para suplicarte ayuda. Bendice nuestros hogares, ilumina nuestro camino hacia la verdad, danos comprensión para entender y vivir la Gnosis. “Los Nahuas lo representaban siempre en la "casa de la luna". La luna es el símbolo del agua, de la feminidad, de la fertilidad. El rostro cubierto con la máscara sagrada a través de la que asoman sus ojos azules: La máscara simboliza que lo divino está oculto, que hay que buscarlo en el corazón de cada uno. Brazos y piernas desnudos con brazaletes de oro en las pantorrillas y cactlis azules: Los brazaletes son símbolo de que todo cuanto hagamos debe unirse a lo místico y las sandalias son el símbolo de la humildad. Largos cabellos caídos sobre la espalda: símbolo de la castidad, entendiéndose en la gnosis no como el celibato, sino como la correcta sublimación de nuestras energías en el matrimonio. Diadema de oro adornada con plumas blancas, verdes y rojas y collar de cuentas de jade: el completo dominio de la mente, acabar con las cárceles del entendimiento, las teorías, los preconceptos, las hipótesis, las creencias y que sólo se manifiesten las plumas blancas, verdes y rojas del espíritu. Túnica azul sobre la cual una malla termina sus rombos en flores, son las vestiduras sagradas, los cuerpos solares que debe fabricar el estudiante para que se manifieste el Ser. En la mano izquierda, escudo azul sobre el que se abren los cuatro pétalos de una hermosa flor roja: el escudo es el trabajo con la auto observación, la flor de cuatro pétalos es el cuarto camino o camino recto y el símbolo del chakra muladara o fundamental. En la mano derecha, los símbolos del granizo y del rayo en oro, pintados de rojo” (SAW): es el símbolo del Kundalini o fuego sagrado, que debemos aprender a manejar para acabar con el Yo. ¡Los Dioses Toltecas y de Anáhuac nos vigilan, los Dioses Mayas no han muerto, Quetzalcóatl no se va a rendir, ante la corrupción de esta época perversa! (Samael Aun Weor). Instructor: Jenaro Ismael Reyes Tovar. Comisión de Internet.. Imagen: Tláloc Museo del Templo Mayor (del portal www.samaelgnosis.net) Arcano Nº 63, La Comunión AM: El principio de la Unidad en la diversidad. AT: “Da simiente al que quiere sembrar y no tiene, y consejo al que quiere acertar y no sabe”. AV: Marte. Letra: H. Nº 9 EG: Comparta su alegría; viva el dolor de los demás; no se aniquile con egoísmos. D: Afectos, ternura, intimidad, afinidad, protección mutua, lucha por ideales comunes. R: Frialdad afectiva, reconciliación pospuesta. La Comunión es la unidad en la misma fe, compartir las mismas ideas, pensamientos y voliciones, es decir implica una participación en común de diversas acciones, ya sea de alegría o dolor o bien, el trato íntimo entre esposos, familiares, amigos o hermanos de la Senda Gnóstica. El término “comunión” deviene de las palabras “común” y “unión”. El adjetivo “común”, refiérase a algo que se extiende o pertenece a varios; en tanto que “unión” es la acción de unir, y por añadidura se asocia con la concordia, con la alianza, con el casamiento o matrimonio, y de manera global, con todo lo creado, pues, de acuerdo a la Gnosis, “no hay nada que esté separado (o que no comulgue entre sí) en esta inmensa Creación”, y de allí la frase esotérica: “La variedad es la unidad”, o esta otra: “La Divinidad es una unidad múltiple perfecta”... Por lo tanto, este Arcano contiene en sí mismo el principio de la unidad en la diversidad. Así pues, debemos, observar, comprender y eliminar de nosotros el egoísmo que ha creado la aborrecible “herejía de la separatividad”, y él y sus diversas facetas, son los que nos impiden, entre otros, toda posible comunión con eso que es lo Real, con eso que llamamos “verdad”. Necesitamos de la unión con Dios, volvernos a unir a lo Divinal, pero como ya dijimos, los distintos agregados psíquicos, en especial el del egoísmo, dado que NO COMULGAN entre sí, no nos permiten la unidad psicológica, la individualidad definida; son la causa de nuestras dificultades y amarguras, combaten entre sí, luchan por la supremacía, quieren controlar los centros de la máquina orgánica, y cuando uno de ellos lo consigue, se auto-considera el único, el amo, el señor, pero esta situación no dura mucho, ni siquiera media hora, porque seguidamente otro YO cualquiera lo desplaza, y así sucesivamente hasta la saciedad. Caso contrario, el SER tiende siempre hacia la concordia, hacia la alianza, hacia la unidad de la vida libre en su movimiento, hacia la comunión con todo lo que existe, que es de donde se deriva la armonía, la belleza, la libertad y la felicidad. ¿Cómo sabe uno que una persona posee un conocimiento, o mejor dicho, que posee realmente la comprensión? Voy a decirles: De la unión del ser y del saber deviene la comprensión. Es, dijéramos, la comprensión el medio que conecta al Ser y al el saber. Una persona puede tener conocimientos, pero si no ha logrado, pues, unir a esos conocimientos con el saber, pues no tendrá comprensión. ¿Y cómo sabe uno que una persona tiene los conocimientos, pero no posee la comprensión? Muy Fácil: El que solamente tiene los conocimientos, no hace sino repetirlos, memorizarlos; pero si se le exige a una persona (que tiene esos conocimientos memorizados) que los exponga de las más diversas formas, y desde distintos ángulos, en forma espontánea y natural, no podrá hacerlo; se contentará con repetir, más o menos, lo que tiene acumulado en la memoria y eso es todo. Pero quien posee la comprensión, puede hablar sobre cualquier parte de la Doctrina en forma consciente y explicarla desde los más diversos ángulos. ¿Por qué? Porque tiene la comprensión, porque ha llegado a ella y esta comprensión resulta, como ya les dije, de la unión del Ser y del Saber; eso es claro. Así pues, hay necesidad de unir el conocimiento (lo que uno aprende), unirlo con el Ser. Pero, ¿cómo se podría llegar a esa unión? Mediante la fuerza del anhelo, mediante la inspiración. Sólo así se podría unir al Ser y al saber. Cuando uno es comprensivo, cuando uno comprende la enseñanza, pues puede trabajar, verdaderamente, en forma consciente; hacer esfuerzos conscientes para llegar a fabricar la Piedra Filosofal; eso es obvio. Por otra parte, como se sabe, el Ser tiene 49 partes fundamentales, pero en el fondo esa variedad es unidad, realmente todos los seres somos uno en el Mundo del Logos Solar, del Cristo Cósmico. Durante el Samadhí, durante el Éxtasis, durante el Satori, la Esencia en el Vacío Iluminador, percibe las cosas en sí, tal como son y no como aparentemente son. Las percepciones que la Esencia tenga en el Vacío, serán transmitidas entonces, a la humana Personalidad. Quiero que sepan, que en esos instantes la humana persona pasa por un estado psíquico interesante: El centro emocional y el centro del movimiento, se fusionan con el centro intelectual. Entonces la mente, en estado receptivo, capta aquellas vibraciones que la esencia le envía. Y cuando el Éxtasis ha pasado, conservamos así, en nuestra memoria, el recuerdo de todo que hemos vivido en esa región inefable. Recordad que “la herejía de la separatividad, es la peor de las herejías”, y allí pasamos más allá de esa herejía. Pero como quiera que nuestra conciencia, en tales momentos, se siente realmente siendo el ave, el cuadrúpedo, el árbol, el Sol, la Luna, el bólido de fuego, etc., etc., tememos a la aniquilación y el terror suele hacernos perder el éxtasis. Mas si no sentimos terror, entonces, tal Vacío, ampliando cada vez más y más nuestra Conciencia, nos lleva, por último, hasta al Sagrado Absoluto Solar. Allí, convertidos en Divinidades inefables, conocemos la verdad completa sobre este Universo y sobre todos los Universos. Jesús él Cristo dijo: “Conoced la Verdad y ella os harán libres”... La Comunión: Simboliza la Virtud humana de compartir. El Principio de la unidad en la diversidad. Vemos en el centro de la lámina el signo SEPS, persona sagrada. Las suma kabalística del Arcano 63 (6 + 3 = 9) Nos señala la 9ª esfera, el Sexo, que es donde el eremita gnóstico y su esposa-sacerdotisa trabajan en perfecta comunión para labrar los receptáculos que le permitan la Auto-Realización de su Ser Interior y por tanto, la unión con Dios. Así pues, lo único que poseemos dentro es la “Bestia”, el Ego Animal. Hay algo más decente que tenemos, eso sí, me refiero a la Esencia, es lo más aristocrático que tenemos dentro. Pero esta Esencia está embotellada entre todo ese conjunto de Yoes pendencieros y gritones; esta Esencia se procesa de acuerdo con su propio condicionamiento. Ése es el estado en que nos encontramos. El “animal intelectual” no es Hombre, pero cree serlo; tiene dentro de su interior la semilla que desarrollada le transforma en Hombre. Se necesita hacer una revolución de la semilla misma, para convertirnos en Hombres. BA, EL INCENSARIO: El incensario entre las aguas de la vida, como símbolo de ofrenda, de transmutación, de sublimación, de elevación interior. El incensario con sus resinas además de lo que implica su aspecto osmático y psicosomático, también representa lo esencial del pensamiento, del sentimiento, que se elevan en la oración. SBA, TUA, Estrella del Amanecer, rezar: Estrella de Venus, la Estrella de la Aurora, como símbolo de la fuerza del amor que todo lo concilia, lo une, lo armoniza. También es un símbolo usado para indicar “rezar”, es decir, la oración consciente en la Meditación Profunda para sumergirnos en el Ser Interior profundo, en el Vacío Iluminador y la Gran Realidad. Por otra parte, como la pentalfa, que simboliza al hombre realizado. Letra hebrea Aleph: Aleph: Quiere decir “Buey-Guía, Jefe”. El vocablo se compone de “Dios-Boca”, esto es: “Verbo Divino”. Es la unidad y la unicidad, lo uno y lo único, el principio creador, la natura-naturante: El Padre. El hombre como unidad colectiva. Despierta en el ser humano aptitud para comprender, considerar y resolver problemas, dominar pasiones. (Estudiada en Arcano 1 y 41). Fonograma egipcio: Se relaciona con la letra “A”. El águila representa al Ser; como símbolo del Logos, participa en muchos mitos de la creación en diferentes culturas indicando el fuego fecundador de las aguas genesiacas. El águila del Espíritu caza en los terrenos purgatoriales para arrebatar el alma hacia las esferas del fuego universal. Ganimedes, transformado en águila fue llevado al Olimpo. El águila se traga a la serpiente cual Saturno-Cronos para convertirnos en Dioses. (Estudiado en Arcano 1 y 41). El símbolo alquimista: No lo hemos conseguido como símbolo alquimista, pero en la escritura Pasaje del Rio aparece representando a la misma letra Hebrea Aleph. Letra H: Se relaciona con el número 9 y el Planeta Marte. Está simbolizada por un fanal, atributo de luminosidad. Como letra predominante comunica al nombre: Aptitud para servir, deseo de hacerlo y capacidad para que el servicio prestado produzca resultados satisfactorios a ambas partes. Planeta regente: MARTE; Samael, Señor de la fuerza, es su Rector, él es el 5º de los 7 Espíritus ante el trono del cordero, la 5ª Voz. Éste es el imperio omnipotente de la fuerza y del mago. Es el Dios de la guerra (guerra que debemos librar contra nosotros mismos, contra la naturaleza, contra todo para alcanzar la liberación final; como decían los aztecas: “La Guerra Florida o la Guerra que hace florecer al Corazón”. La fuerza marciana del Cristo Rojo, del Cristo de la gran rebelión, asimilada en la Esencia, nos permite luchar con denuedo, tenazmente, incansablemente hasta vencer en las pruebas iniciáticas. Además, el metal de Marte es el hierro, lo que nos recuerda las 3 purificaciones por el Hierro y por el Fuego por las que debe pasar el Adepto y todo aspirante a la Luz. El planeta Marte, como asociación astrológica, sugiere que para lograr la exacta COMUNIÓN con nuestro Ser Íntimo necesitamos fuerza interior y voluntad de hierro, para emprender la lucha contra el horrendo egoísmo, o sea, contra la herejía de la separitividad. Cualidad o virtud: Altruismo, el servicio a los demás, etc. El defecto: Egoísmo. Prueba iniciática: Contrarrestar la herejía de la separatividad y sacrificio por la humanidad. El Misionero Gnóstico debe dar. ¿Qué va a dar? SABIDURÍA y AMOR a sus semejantes. Eso va a dar, va a asistir, va a auxiliar, pero con Amor. Samael Aun Weor Axioma trascendente: “Da simiente al que quiere sembrar y no tiene, y consejo al que quiere acertar y no sabe”. El axioma trascendente de este arcano menor, sintetiza el modus operandi, indica cómo debe proceder el estudiante gnóstico que aspira o anhela la comunión con su Padre-Madre interior. En anteriores cartas ya hemos visto cómo para avanzar en este camino hay que pagar, esotéricamente, el precio del avance. Se nos ha enseñado también lo que es el sacrificio, el amor por la humanidad. Enseñando al que no sabe, levantando la antorcha del verbo para iluminar al mundo cumplimos a cabalidad con este axioma. Porque llevando el conocimiento, expandiendo la doctrina, “damos consejo al que quiere acertar y no sabe” y preparamos a otros para que se conviertan en sembradores: “Da simiente al que quiere sembrar y no tiene”... Trabajando uno por los demás, también es recompensado. Aunque uno renuncie a los frutos de la acción, siempre es recompensado. Trabajando por los demás podemos cancelar el karma viejo que traemos de vidas anteriores. He conocido a muchas personas enfermas que viven auto-encerradas en sí mismas, quejándose siempre de sus dolores. No se puede platicar con esas gentes, porque una y otra vez, siempre le salen a uno con su misma canción psicológica... Quieren sanarse, no hay médico que los cure, ni el “Médico Chino”, ¿por qué? Porque nunca han pensado en hacerle servicios a nadie; jamás han pensado en sanar a otros o en cooperar siquiera para los remedios de algún enfermo que no puede; o de alcanzar un vaso de agua al sediento o un plato de comida al hambriento. Sin embargo, quieren sanar y no piensan en otra cosa sino en sus consabidas enfermedades. He visto a muchos que sufren problemas diversos de la vida, económicos, por ejemplo. Aquellos que tienen problemas económicos, incuestionablemente causaron daño económico a muchas gentes (en el pasado) y ahora cosechan lo mismo que sembraron, “toman de su propio chocolate”. Mas sin embargo, se quejan, protestan y blasfeman, y quieren mejorar la situación económica, pero no remedian el mal que hicieron, no forman parte de alguna cooperativa, no son capaces de partir su pan para darle la mitad al hambriento; no son capaces de quitarse una camisa para vestir a un desnudo; no son capaces de dar un consuelo a nadie, pero quieren mejorar económicamente y nos solicitan servicios: Que les ayudemos en el trabajo de cambiar su situación, pero ellos no se preocupan por servir a nadie, son parásitos que existen bajo el Sol. De esa forma, ¿cómo se podría mejorar económicamente? Toda causa trae su efecto. El Karma es el efecto de una causa anterior. Si se quiere anular el efecto, hay que empezar por anular la causa que lo produjo. Y se anula la causa con inteligencia, sabiendo anularla. Con todas estas cosas se van a encontrar ustedes en el camino: Muchos que quieren que ustedes los curen, pero jamás se preocupan ellos por curar a nadie; muchos que tienen gravísimos problemas económicos, pero nunca piensan en cooperar en alguna forma con alguien, etc. Cada cual tiene sus problemas. Los problemas los crea el ego, y nada más que el Ego, desdichadamente. Uno puede anular todos los problemas si no tiene Ego; si no tiene uno Ego, no hay problemas. ¿Por qué? Porque no hay quien reaccione dentro de la mente de uno, no hay un revanchista que complique la situación, no hay nadie que odie en nosotros, o a través de nosotros. Entonces no hay problemas, los problemas los crea el Ego y nada más que el Ego. Hay, pues, que hacer mucho bien para pagar nuestras deudas viejas. Con el capital de buenas obras, podemos pagar el Karma viejo sin necesidad de sufrir; no hay necesidad de amargarnos la vida. Uno dice en la oración del Padre Nuestro: “Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”... Si uno no perdona a sus deudores, a sus enemigos, ¿con qué derecho pide uno al Padre que lo perdone? ¿Qué derecho le asiste, para pedir perdón, cuando no es capaz de dar perdón? ¿Con qué derecho pide piedad, cuando no es capaz de dar piedad? ¿Con qué derecho pide caridad, si no es capaz de darla? Y así son todos: Piden, pero no dan; y eso es gravísimo. El misionero gnóstico debe dar. ¿Qué va a dar? SABIDURÍA y AMOR a sus semejantes. Eso va a dar, va a asistir, va a auxiliar, pero con Amor. Elemento de predicción: Promete: Afectos, ternura, intimidad, afinidad, correspondencias, protección mutua; lucha por ideales comunes. Artículo adaptado de Cesar Owen, España. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Revistas anteriores: www.samaelgnosis.net/revista Instituto Cultural Quetzalcóatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. www.samaelgnosis.net y www.samaelgnosis.org