Libro: La Flauta Mágica y la Iniciación

Capítulo 2. El Amor y el Deseo

Primer Acto. Escena 2

En un Salón con Jeroglíficos.  La Flauta Mágica. Mozart

En estos días en que ya no somos capaces de distinguir el bien y el mal, es muy fácil confundir el elixir divino del amor con el veneno del deseo; cuando supuestamente estamos enamorados juraríamos con lágrimas de sangre que amamos, pero pasan unos cuantos años o hasta sólo algunos meses y los juramentos de amor son olvidados, para que en su lugar aparezca el adulterio, el engaño y la desilusión.

Todo aspirante a la verdad, debe aprender a distinguir entre estos polos opuestos, y para ello debemos destruir de nuestra mente y corazón muchos “supuestos mentales” que la sociedad nos va imponiendo a través de la falsa educación y la mala utilización de los medios de comunicación.

«Aun cuando parezca exagerado afirmar que de un millón de parejas que se crean enamoradas, tan sólo puede haber una sola realmente enamorada, eso es así. Es raro hallar en la vida una pareja realmente enamorada. Existen millones de parejas apasionadas, pero enamoradas es muy difícil encontrarlas.» (Samael Aun Weor. Matrimonio Divorcio y Tantrismo)

En una habitación con jeroglíficos del palacio de Sarastro (el sacerdote solar), entra en escena Monostatos, un sirviente del templo del sol; pero lamentablemente contrario a todo lo que representa estos santuarios de luz. Es lascivo y sólo busca aprovecharse de Pamina, la hija de la Reina de la Noche, quien se encuentra en estos dominios de Sarastro, con el único fin de sacarla del camino equivocado.

Quiere aprovecharse de la situación y pretende abusar de Pamina; es pues la representación de la pasión animal y bestial, que se enciende en nuestros corazones y que ciega nuestra mente, incapacitándonos a hacer lo correcto y llevándonos a cometer toda clase de barbaridades que más tarde nos conducen al sufrimiento.

Es la representación también del común de los seres humanos que actualmente vivimos en el mundo, muy diferentes al príncipe Tamino que es la encarnación del aspirante a la luz, que encamina toda su voluntad y fe para seguir la senda de la rectitud, Monostatos ni siquiera es como el pajarero Papageno, que es la representación del ser humano que no busca el camino, pero no comete delito alguno en contra de los demás.

Krishna en el Bhagavad Gita nos habla de tres aspectos o cualidades llamados gunas, y asombrosamente encontramos una relación estrecha en los tres personajes de la Flauta Mágica. La armonía o guna Satwa la relacionaríamos con Tamino, la emoción y pasión de la guna Rayas con Monostatos, y la pereza e indiferencia de la guna Tamas con Papageno.

«Cuando el conocimiento brilla a través de los sentidos se debe considerar que predomina Sattwa. Cuando prevalecen la codicia, la actividad, el concepto de nuevas empresas, la intranquilidad, y el deseo, entonces ¡Oh Bharata!, predomina el Rayas. Y cuando predomina el Tamas, ¡Oh Kounteya!, prevalece la oscuridad mental, la inercia, la inadvertencia y la alucinación.» (Bhagavad Gita)

Monostatos es la representación de nosotros, los que nos dejamos llevar por el odio, el rencor, la lascivia, somos la inmensa mayoría de seres humanos que actualmente poblamos la Tierra. Pero el que sea un sirviente del templo del Sol, es el símbolo del falso aspirante que –por ejemplo- abandona a su pareja, dizque porque no es afín a sus altos estudios esotéricos, o del viejo zorro aprovechado que seduce a una ingenua joven, con el propósito de ayudarla a que avance en su camino “espiritual”; somos todos aquellos que nos dejamos llevar por la pasión animal. Pamina se desmaya, y Monostatos ordena que se vayan todos, que la dejen solo con ella.

Monostatos y Papageno

En ese momento aparece Papageno y se asoma por la ventana. Monostatos tiene la piel de color negro, cosa que Papageno, en su ignorancia y retiro en el bosque nunca ha visto, mientras que Papageno como está cubierto todo de plumas se ve realmente muy extraño, cosa que a Monostatos le parece una verdadera aparición fantasmal.

Los dos creen que el otro es el mismo demonio, se piden piedad y tratan de asustarse. Los dos al mismo tiempo dicen: «¡Uh! ¡Seguro que es el diablo! ¡Ten compasión! ¡Perdóname la vida! ¡Uh! ¡Uh! ¡Uh!»

Es muy común que personas que encajamos en Monostatos (la gente iracunda, lujuriosa) o en Papageno (la gente sin aspiraciones espirituales), juzguemos a los demás por la apariencia, sin sentido. Reflejando en el prójimo lo mismo que nosotros manifestamos.

«Sencillamente hemos proyectado, sobre nuestra víctima, nuestros mismísimos defectos psicológicos. Posiblemente hemos visto, en esa persona, el defecto más grave que tenemos y a nadie le gusta verse así, dijéramos, tan escarnecido. La cruda realidad de los hechos es que tal persona se ha convertido en el espejo donde nosotros nos vemos a sí mismos, tal cual somos.» (Samael Aun Weor. Porqué Juzgamos a los demás)

Se necesita de eliminar en nosotros esa pésima tendencia de juzgar a los demás, nunca lograremos un significativo avance en el auto descubrimiento, mientras estemos acostumbrados a ver en nuestros semejantes la maldad que realmente llevamos dentro.

Se aleja Monostatos y Papageno se queda con Pamina. Papageno se asegura que esa bella mujer sea Pamina, y la compara con un retrato, intercambian algunas palabras para asegurarse de quienes son; le hace ver que, por orden de su madre la Reina de la Noche, un príncipe la rescatará y aún más que se ha enamorado perdidamente de ella, con solo ver su retrato. Pamina se emociona profundamente, pues siempre ha intuido que el amor es lo más exaltado que existe en todo el mundo.

Papageno no tiene una Papagena

La princesa Pamina le pregunta al pajarero Papageno, si tiene alguna mujer que lo espere en su hogar y desesperado contesta que no tiene una amiga, menos una mujer, que está tan desesperado que se arrancaría las plumas. Éste es el mismo estado en que se encuentra un gran número de estudiantes que anhelan avanzar en los estudios al auto descubrimiento.

Lamentablemente uno suele buscar en lugares equivocados. Es absurdo andar buscando pareja colocando anuncios en revistas, redes sociales, como si fuéramos una mercancía a la venta; hay que saber esperar, bien dice el axioma: “Matrimonio y mortaja del cielo baja”.

«Ahora están de moda las revistas con anuncios amorosos. Son chistosísimos dichos anuncios. "Mujer blanca, tanta estatura, tanto de capital, ojos de tal o cual color, peso tanto, religión tal, etc., desea casarse con un caballero que tenga tantos años, tanto de capital, tal color, tal estatura, etc., etc., etc. "Caballero de tal culto, tal edad, tal color, etc., desea contraer matrimonio con una mujer que mida tal estatura, que tenga tal color, tal capital, etc. Todo esto es realmente chistoso y horrible. Todo esto es prostitución con el visto bueno, de las autoridades y de la sociedad. El resultado de todo esto es dolor, matrimonios absurdos, prostitución y divorcio.» (Samael Aun Weor. Matrimonio Divorcio y Tantrismo)

También dice el dicho popular “A Dios rogando y con el mazo dando”, por lo que hay que tener paciencia y trabajar sobre sí mismo y ayudando a los demás para que por ley aparezca la pareja.

Existe una ley cósmica que dice: “El nivel del Ser atrae al nivel del Ser”, si somos unos diablos, no podríamos esperar un ángel bajado del cielo; para una diabla habrá un diablo, y para un diablo, lo único que queda es una diabla. Por lo que, si un soltero aspira a alguien con más espiritualidad, pues debe uno primero lograr en su interior esa espiritualidad. Lo demás lo hará la citada ley cósmica.

Bien claro deja la Flauta Mágica en la voz de Pamina: «¡Paciencia, amigo! ¡También de ti se cuidará el cielo!», afirmando contundentemente que es la ley divina quien tiene reservado alguien para cada quién, que no debe uno desesperarse, que lo que tiene que hacer es ponerse a trabajar intensamente, porque si por la ley de causa y efecto (Karma) de vidas pasadas, no nos ha llegado la pareja, pues no es desesperándonos como lograremos que venga, sino poniendo peso en el platillo de la balanza cósmica, haciendo buenas obras por montones, ayudando a los demás, siendo servicial, caritativo, tratando de ver el dolor ajeno y buscando remediarlo, es como lograremos que la balanza se incline a nuestro favor.

El Amor, puerta a la divinidad

Papageno y Pamina.  La Flauta Mágica. Mozart

Entonan Pamina y Papageno un emotivo y sensible canto a lo inefable y extraordinario que es la fuerza maravillosa del amor, y de lo que puede lograrse si logramos que se manifieste en nuestros corazones, abriéndose las puertas mismas de lo divino.

«A los hombres que sienten el amor nunca les falta un buen corazón. Compartir los dulces impulsos es el primer deber de las mujeres. Alegrémonos del amor, únicamente por él vivimos. El amor endulza todas las penas; todas las criaturas lo alaban. Él da sabor a nuestros días, actúa en el ciclo de la Naturaleza. Su excelsa finalidad es bien clara, no hay nada más noble que una mujer y un hombre. El hombre y la mujer, la mujer y el hombre alcanzan la esfera de la divinidad.»

Empiezan aclarando que para que pueda florecer en nosotros esa efusión o emanación de la conciencia llamada amor, debemos ante todo tener un buen corazón, tradúzcase esto como estar ajeno a las emociones negativas como la ira, celos, intolerancia y orgullo. Mientras existan esos defectos psicológicos manifestándose existirá de todo en nosotros, como apasionamientos, apegos o dependencia psicológica, pero no amor.

«Escrito está que si todos los seres humanos sin diferencia de raza, sexo, casta o color, abandonaran siquiera por un minuto sus resentimientos, sus venganzas, sus guerras, sus odios, y se amaran entrañablemente, hasta el veneno de las víboras desaparecería. Y es que el amor es una fuerza cósmica, una fuerza que surge del vórtice de todo núcleo atómico, una fuerza que surge del vórtice de cualquier sistema solar, una fuerza que surge del centro de cualquier galaxia, una fuerza extraordinaria que debidamente utilizada puede realizar prodigios y maravillas como aquellos que realizara el divino rabí de Galilea a su paso por la tierra; Así es el amor.» (Samael Aun Weor. El Amor)

El trabajo que hay que realizar para conquistarlo, está en comprender a fondo esos elementos indeseables para poderlos destruir, sólo así se llega a tener un buen corazón.

Se destaca después al amor como un atributo femenino y eso es indudable, pues el amor es una dádiva de la Madre Divina, que tiene su exponente en toda mujer. Por ello lo pone como el primer deber, pues es la fuerza que todo lo puede transformar.

«Dios tiene dos aspectos: Sabiduría y Amor. Dios como Sabiduría es Padre. Dios como Amor es Madre». (Samael Aun Weor. Libro Amarillo)

La mujer es la viva representación de la madre cósmica. Las fuerzas divinas del Eterno Femenino, pueden expresarse en toda mujer que así trabaje en sí misma para que fluya esta energía divinal, que trae aparejado virtudes como la comprensión, la dulzura, la ternura y el amor.

El amor es una fuerza que emana de los mundos superiores, y para que se pueda manifestar en uno, debe estar preparado. Hay que convertirse en un vehículo perfecto para que las fuerzas maravillosas del amor puedan penetrar en uno, eso solo lo logramos destruyendo las cárceles del amor, que son el odio, los deseos de venganza, la ira, los resentimientos, etc.

«El amor comienza por un destello de simpatía, se substancializa con la fuerza del cariño y se sintetiza en adoración» (Samael Aun Weor)

Cada defecto encarcela una parte de la fuerza maravillosa del amor, destruyendo aquel, se manifiesta entonces el amor de manera espontánea y natural. El amor transforma la manera de ver el mundo; lo que parece imposible se hace posible si uno aprendiera a amar.

«Si todos los seres humanos viviéramos enamorados, hasta el mismo veneno de las víboras desparecería» (Samael Aun Weor)

No hay nada que pueda oponerse ante la majestad del amor. La clave suprema de todo poder mágico se encuentra en un matrimonio que se saben amar. En aprender a combinar las fuerzas magnéticas masculinas, con las fuerzas magnéticas femeninas, ahí es donde se forma la cruz, y de ella surge todo lo que es, ha sido y será.

«El amor, único camino de salvación». (Samael Aun Weor. Matrimonio Perfecto)

La puerta que nos puede permitir ingresar a la esfera de lo divinal, se encuentra en el amor que pueden desarrollar un hombre y una mujer. No existe cosa más grande en el mundo que el amor verdadero.

«El Matrimonio Perfecto es la unión de dos seres: uno que ama más, y otro que ama mejor. El Amor es la mejor religión asequible al género humano». (Samael Aun Weor)