Leo

Imagen: John Bevis – Leo. 1750.

24 de Julio a 23 de agosto.

La constelación de Leo gobierna el corazón. Leo es el corazón del zodíaco y el trono del Sol. En el corazón yace latente la intuición, como una expresión del Ser y de la espiritualidad, que se manifiesta cuando los pensamientos se aquietan y el intelectualismo cede. El intelectualismo frío, orgulloso, altanero, soberbio, cree conocer la sabiduría y sin embargo embotella a la mente en las percepciones de los sentidos, se abstrae a la lógica y se cierra a las dimensiones superiores minimizando la existencia a una tercera dimensión y alejando a la conciencia del propio Ser interior.

“La intuición es la percepción directa de la verdad, sin el proceso deprimente del raciocinio y de las opiniones o juicios”. Infortunadamente no siempre se obedece la voluntad del Padre y pocas veces se pone atención a las corazonadas por causa de los yoes (el hombre animal), quienes protagonizan batallas fundadas en la razón y sumergen al ser humano en la incertidumbre, el miedo, la ignorancia y la infelicidad… Si se le hiciera caso a la intuición, los problemas y preocupaciones desaparecerían. Mientras el intelecto elabora y argumenta tesis y antítesis interminables, la intuición lo sabe y percibe todo en un instante, su voz es la voz del silencio y quienes la siguen viven sin problemas y en bienaventuranza.

El corazón tiene la sensibilidad para percibir los movimientos sísmicos de cualquier parte del mundo. En el corazón esotérico se encuentra el templo del Íntimo o Dios individual, Él provee de fuerza y anhelos espirituales al ser humano para que despierte su conciencia y retorne al origen de su creación con maestría. Cuando el ser humano atiende a ese llamado, desarrolla una inquietud espiritual y entonces necesita un maestro, cada quien tiene un maestro particular asignado por el Ser, pero no hay maestros en este mundo tridimensional, “cuando el discípulo está preparado, el maestro aparece”. “Cuidaos de los falsos profetas”.

El discípulo no debe dejarse engañar por aquellos que se dicen “maestros”, “guías espirituales”, “seres trascendidos” para poder ser instruido o guiado, es necesario despertar conciencia y evocarlo en los mundos superiores, en el mundo astral.

Es indispensable aprender a salir consciente en cuerpo astral para ser instruido sin peligro de ser desviado o de desarrollar yoes buenos que embotellan a la esencia y hacen creer al individuo que es santo.

“Hay en el Mundo Físico muchos Iniciados de Misterios Menores, buenos y sinceros, más como todavía no se han fusionado con su Maestro Interno, son también "Muertos Vivientes", y en consecuencia, tienen graves y gravísimos errores, que pueden extraviar al estudiante y hasta hacerle caer en el Abismo”.

Para salir conscientemente en cuerpo astral se requiere desarrollar la espiritualidad, serenidad mental y concentración, cualidades que se adquieren mediante la meditación.

Es por ello que la práctica que enseña la sabiduría de leo es la meditación, para desarrollar los anhelos espirituales y hacerse digno de ser guiado por el maestro interior particular.

Los pasos básicos de la meditación son:

1. Concentración perfecta. La concentración es la técnica para aquietar la mente, silenciarla. Controlar las reacciones de la mente ante los sonidos, pensamientos y recuerdos. Concentrar la mente en el maestro interno.

2. Meditación perfecta. Meditar en el maestro interno. El maestro interno no es la mente, ni la emoción o la voluntad. No es la consciencia. El maestro interno es el Ser.

3. Samadhi perfecto. Oír su voz y conversar con él cosas inefables. Si la concentración es intensa, el maestro mostrará las maravillas del cosmos y cosas imposibles de describir con palabras.

Los nacidos bajo la influencia de Leo son como el león: bondadosos, enérgicos y valientes; místicos y autoritarios. Son magnánimos se irritan y encolerizan con facilidad, por eso deben luchar para comprender y eliminar la ira. Suelen sufrir moralmente y padecen de accidentes en las manos y brazos. Leo trae algunos viajes.

El ser humano recibe la influencia de cada uno de los signos zodiacales en determinada parte del organismo, independientemente del signo que domina su personalidad por la fecha de nacimiento; en el caso de Leo, su energía se recibe a través del corazón, es por ello que, al realizar las prácticas, se fortalecen las virtudes, cualidades y facultades de dominio.

La doctrina gnóstica va más allá de supersticiones, creencias, prejuicios y fanatismos, muestra la forma práctica de trabajar directamente con las influencias astrológicas para el despertar de la conciencia.

Así, para desarrollar las cualidades y fortalezas de Leo, se puede realizar la elementoterapia utilizando los elementos que están regidos por este signo, el oro (metal), diamante (piedra), incienso (perfume), girasol (planta), amapola (flor), dorado (color), fuego (elemento), domingo (día), Michael (regente).

Se pueden utilizar los elementos disponibles, invocando al intercesor elemental por medio del Ser y del Cristo para que las energías provenientes de la constelación de leo, que están depositadas en estos elementos, desarrollen y fortalezcan la energía, bondad, valentía y mística, y al mismo tiempo solicitar la comprensión de la ira y el orgullo para poder solicitar a la madre divina que sean eliminados de la psiquis.

Enviado por: Instructora Susana Margarita Rodríguez Licea. San Luis Potosí, S.L.P.

Imagen: John Bevis – Leo. 1750.

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