El pez
En la mitología Sumeria, Caldea y Babilónica existió Oannes, mitad pez y mitad humano, este pez impartía conocimiento a los seres humanos y se dice, existió antes del diluvio universal.
Cuentan también que tenía la misión de estabilizar las actividades del cielo y la tierra después del diluvio universal y así les enseñó temas sobre la ciencia, el arte, filosofía y mística.
Apkallu Babilonia. Augustus Knapp, Representa la salida del mar del ser anfibio (Apkallu) llamado OANNES o UAN. El primero de los mensajeros «divino» que vino a «instruir» a los primeros hombres en Babilonia.
Estas mitologías nos invitan a investigar en esos planos superiores tanto la realidad de éstas como las enseñanzas que nos dejan; A propósito de esto nos menciona el Maestro Samael que cualquier persona puede tener un desdoblamiento astral, salir de su cuerpo (el alma puede desdoblarse y salir de su cuerpo físico), para trasladarse a cualquier rincón del universo con el propósito de ver, oír y palpar aquello que más le interese.
Nos narra el maestro que en profunda meditación realizó un viaje en las insondables aguas del Atlántico, muy lejos de la tierra firme, él y su esposa entraron en contacto con los hombres peces de tamaño semejante a los humanos, unos más grandes, otros de mediano tamaño y otros más chicos, hallaron en el fondo del mar la ciudad de los peces, es obvio que esta ciudad no es de tipo físico, ni corresponde al mundo de tres dimensiones. Viven en una ciudad situada en la cuarta dimensión.
Tienen sus casas, templos, tiendas, restaurantes, calles y otras cosas en ese espacio etérico, nosotros habitamos el mundo tridimensional y hemos degenerado los sentidos, ya no somos capaces de ver la cuarta dimensión, mientras que los hombres peces poseen la vista etérica con la que están familiarizados y pueden vivir tanto en el físico como en el mundo vital simultáneamente, pueden vivir como hombres en el plano físico y en las aguas son peces. Se puede decir que tienen una doble vida, como hombres y como peces.
Un Rey muy sabio y muy venerable gobierna a estas criaturas. Este anciano Rey es muy amado por sus súbditos. Es un ser inefable de las dinastías solares.
Los hombres peces vivieron entre los mares profundos del planeta Venus, fueron traídos a la Tierra en naves cósmicas por los venusinos y depositados en el fondo de nuestros mares. Antes de la tercera guerra vendrán naves cósmicas para rescatarlos y llevarlos nuevamente a ese Planeta, su mundo de origen.
Matsya, ser anfibio encarnación de Vishnú. 1820
En el zodiaco humano tenemos al signo de Piscis representado por dos peces enlazados: uno hacia arriba y otro hacia abajo unidos por el guion que simbolizan las dos almas: humana y divina unidas por el Íntimo, el pez es el símbolo viviente del cristianismo esotérico primitivo
El objetivo en este mundo es lograr la felicidad y llegar al Nirvana, para llegar a él se requiere de trabajar con los tres factores de la Revolución de la Conciencia, los cuales son:
Nacer: Formar al auténtico hombre o mujer aprovechando nuestra energía creadora.
Morir: Desintegrar los defectos de tipo psicológico.
Sacrificio por la humanidad: Ayudar a nuestros semejantes.
En la Gnosis tenemos las claves para lograr estos tres principios.
El nirvana está más allá del amor y aquello que está más allá del amor es la felicidad absoluta.
No olvidemos orar a nuestro padre interior. El Padre nuestro es una oración que dejó El Cristo. Esta oración se hace en profunda meditación, adorando esa estrella inefable de la cual salió nuestro Ser o nuestro íntimo y así aprenderemos a hablar con nuestro padre que está en secreto.
Te recomendamos para ampliar un poco más este tema leer la revista “Sabiduría del Ser” No. 08, “La conciencia del pez” una leyenda referente a este tema.
“… y esto nos recuerda al pez Oannes y al profeta Jonás, vomitado por un pez. El pez simboliza al Íntimo”. Samael Aun Weor.
Enviado por: Instructora: María Guadalupe Licea.