La Venus de Tamtoc

La Venus de Tamtoc

Nos encontramos en la entrada de la enigmática zona arqueológica de Tamtoc, "lugar de las nubes de agua" yacimiento de la cultura huasteca que se encuentra en el municipio de Tamuín, en el estado mexicano de San Luis Potosí.

En la citada entrada nos recibe silenciosamente la bellísima escultura de la mujer escarificada, conocida también como “la Venus de Tamtoc”, encontrada en el sitio, en el año 2005 durante los trabajos de rescate del "Monumento 32" la cual estuvo sumergida en agua por miles de años.

Esta escultura femenina antiquísima, en la zona de La Noria, en Tamtoc, es un descubrimiento sin precedentes, pues no se tenía registro de una escultura tan bien trabajada y detallada en Mesoamérica y de esa antigüedad, así también como siendo del género femenino, lo cual representa un replanteamiento del papel que jugó la mujer en la vida social, política y religiosa de las culturas prehispánicas.

El trabajo en piedra, por su perfección, es equiparable a los de la Grecia antigua, y no se ha visto en ninguna otra escultura en Mesoamérica.

La figura de rasgos femeninos y en tamaño natural, aparece decapitada y está hecha en piedra basáltica, que no existe en la región. Se cree que fue fragmentada con fines rituales, en lugar de sacrificar a un individuo se le sustituyó por el objeto, con la finalidad de propiciar la fertilidad, al haber sido colocada en un depósito de agua, explican los arqueólogos.

En realidad, en tono profético, más bien se trata de representar la corrupción a que sería llevada la mujer en la época actual, por parte del hombre degenerado y el materialismo recalcitrante que utiliza a la mujer para todo tipo de anuncios comerciales sin reparar en el terrible daño que esas actitudes generarían a la humanidad, pues la mujeres el enigmático ser que tiene dentro de sus potestades, no solo crear y formar otro ser humano, sino también, la potestad de generar sociedades exitosas, si sabe usar ese maravilloso poder que posee que es el santo negar.

Por otra parte, es bueno recordar que toda cultura serpentina, utiliza un solo monumento, nicho, estela, pirámide, etc., para representar varias cosas, por lo que no es absurdo asegurar que, el hecho de que la diosa Luna aparezca fragmentada y decapitada; como la Coyolxauhqui azteca y la medusa griega, sea también representación de la muerte de los múltiples defectos que debemos arrancar de nuestro interior, ese yo psicológico, ese ego animal que es múltiple en su constitución y que nos hace sentir, pensar y actuar de manera negativa en casi todo lo que hacemos. Todos tenemos el yo, el ego bien arraigado en nuestro interior.

El haber dejado en agua a la Venus de Tamtoc, simboliza que sólo con el trabajo de la transmutación de la creadora es posible la regeneración, tanto mujeres como hombres y juntos, de la mano, levantarnos del lodo de la tierra.

Una de las características que distinguen a Tamtoc es la notable presencia femenina. A la fecha el 90% de los entierros ahí descubiertos son de mujeres. Además, que están representadas en la mayoría de las figurillas de arcilla y cerámica allí encontradas y que se piensa tenían un alto rango en la división social de la comunidad.

La mujer es la puerta de entrada a la sabiduría, a la belleza, al arte, a la ternura, a la prestancia, al refinamiento, a la inocencia, a la tenacidad, al enigma de las musas, y por lo tanto también a la música, pues de la palabra música que representa el sonido, el verbo que todo lo crea, viene el vocablo musa.

Por ello vemos a las musas portando en sus delicadas manos, la lira de Orfeo, el cincel de Praxíteles, el libro de la ciencia, el cuaderno pautado, el pincel del artista, el pergamino literario, el guion teatral, etc., etc.

Que distinta sería la vida para los varones si supiéramos valorar y respetar a la mujer, sólo aprendiendo a admirar la delicadeza de las flores, aprenderemos a admirar a la mujer como el único ser que puede regenerarnos.

La mujer tiene la misma naturaleza de las flores por eso, al dirigirnos a ellas, debe ser con la mayor delicadeza, sólo así tendríamos una sociedad educada, refinada, respetuosa, solidaria, sensible y por lo tanto humanista.

La Venus de Tamtoc

La Venus de Tamtoc, como se ha dicho, cuenta con escarificaciones a modo de tatuajes en alto relieve, que se observan en los hombros, pechos y muslos de la escultura, los cuales también, hacen alusión a los 52 años del calendario mesoamericano, así también como los ciclos de 104 años del ciclo lunar y solar.

Esas escarificaciones en su cuerpo, además encierran un simbolismo asombroso: las de los hombros hablan de la fuerza espiritual de la mujer para ayudar a regenerar al hombre, las de los pechos indican que es la dadora de luz, de vida y de sabiduría, las de los muslos alegorizan el trabajo con la sexualidad trascendente para conseguir la aniquilación total del ego. La Venus de Tamtoc, aparece desnuda, indicando que es una maestra que se ha despojado totalmente del ego animal.

Así como la vida representa un proceso de gradual y siempre más completa exteriorización, o extraversión, igualmente la muerte del yo es un proceso de interiorización graduativa, en el que la conciencia individual, la esencia, se despoja lentamente de sus inútiles vestimentas, al igual que Ishtar, diosa babilónica del amor y la belleza, de la vida, de la fertilidad que se arranca la vestimenta del yo hasta quedar enteramente desnuda, mismo simbolismo del maestro Jesús, que es despojado de sus falsas vestiduras. Es así como, homólogas a las fuerzas masculinas representadas por el monumento 22 que representa a un hombre inocentemente desnudo, (pues se ha despojado de sus falsas vestiduras), se encuentran en Tamtoc las fuerzas femeninas, representadas por la mujer escarificada, llamada así repito, por las incisiones grabadas que tiene en su cuerpo, muestran su belleza, la cual reitera la educación en base al número.

La Venus de Tamtoc

Es la Madre particular de cada uno de nosotros, es la Madre de nuestro Ser, la Diana Cazadora romana que caza los yoes, la que debe pisotear la luna, al ego lunar, la que nos ayuda a eliminarlo para que resplandezcan en nosotros las virtudes del alma.

Ella nos enseña a expresar todo en forma bella. Hay que saber usar el número tres, ya con la palabra, en el vestir, en el pensamiento, en el actuar. Hay que hacer las cosas bien hechas, con precaución, con belleza, con armonía, con arte, con perfección; y saber crear para tener lo que anhelamos, ya sea en nuestro trabajo interior, en los negocios, en nuestro trabajo con el que nos ganamos la vida, o en cualquier cosa.

El tres es la creación, lo artístico, las tres fuerzas primarias, la producción tanto material como espiritual, la multiplicación, lo bello, permite la realización de nuestros caros anhelos. Poner las bases, crea condiciones favorables, para que se dé el triunfo.

El ternario, el número tres es muy importante. Es la palabra, la plenitud, la naturaleza, la fecundidad, la semilla que aparece en las escarificaciones de la Venus de Tamtoc.

Para crear se necesitan 3 Fuerzas Primarias que vienen de arriba del Padre y existen en toda la creación: Fuerza positiva, fuerza negativa y fuerza neutra.

El hombre es el misterio No. 1, la fuerza positiva; la mujer es el secreto No. 2, la fuerza negativa y el alma desarrollada es el resultado de la unión de ambos por el fuego sagrado del amor, la fuerza neutra. La Venus huasteca seguirá ahí, diciendo mucho con su elocuente silencio, solo audible, para todo aquel que busca la verdad que no se dice con palabras.

Enviado por: Instructor: José Isabel Mauricio Vargas, Rincón de Romos, Ags..

Fotos 1, 2 y 3: La Venus de Tamtoc.

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