Manco Cápac Hijo del Sol
La gnosis nos enseña que el Cristo no es solamente un personaje histórico que representó un drama en Tierra Santa, sino que es un grado de perfección o iluminación que logran ciertos individuos que eliminan todo su ego, despiertan la conciencia y se fusionan con la divinidad.
Así como fue Cristo el divino maestro Jesús en Tierra Santa, también lo fue Buda en oriente, Zoroastro entre los persas, Krisna entre los indostaníes, Hermes entre los egipcios, Moisés entre los hebreos, Fu-hi entre los chinos, Quetzalcóatl en los antiguos pueblos del México antiguo, también tenemos en Sudamérica a Manco Cápac, el Cristo inca.
Así como el dios Huitzilopochtli envió en peregrinación al pueblo azteca y les dio la señal de fundar la ciudad de Tenochtitlán donde encontraran un águila devorando una serpiente, existe un paralelismo con la cultura inca, pues el dios Inti envió a la pareja divina, formada por Manco Cápac y Mama Ocllo, a fundar la ciudad sagrada que sería el centro del mundo, les dio una barra de oro, símbolo de la energía de la serpiente Kundalini que asciende por la columna espinal del iniciado, y les ordenó que marcharan al norte del lago Titicaca (similar al lago de Texcoco) y allí donde la barra se hundiera completamente en la Tierra sería el lugar donde fundarían Cuzco, su capital.
La palabra Titicaca proviene de titi que significa puma y caca al color gris que indudablemente representa al tigre, a la fiereza y sagacidad que se necesita para enfrentarse a nuestros propios agregados inhumanos. Este extraordinario lago, similar al lago de Texcoco, toma la figura de este animal si la observamos desde las alturas.
Esta pareja divina probó en varios lugares hasta que llegaron a un hermoso valle, acordonado por bellas montañas, donde ante el asombro de la pareja, la barra de oro se hundió completamente. Fue así como supieron donde fundar Cuzco, la capital de su pueblo, lugar donde nacería el gran imperio inca.
Así como Quetzalcóatl enseñó toda la sabiduría y cultura a los pueblos mesoamericanos, Manco Cápac fue el dios civilizador de los incas, pues les enseñó la pesca, la agricultura, cómo construir sus viviendas, su ciencia y su religión, ya que según la leyenda vivían en estado salvaje. Por su parte, Mama Ocllo enseñó a las mujeres las labores domésticas, el tejido para crear vestiduras que los cubriesen de su desnudez, símbolo de su ignorancia.
Es la Divina Madre Kundalini de los indostaníes quien nos auxilia en la desintegración de los defectos que previamente hemos comprendido, debemos sumergirnos en meditación profunda, suplicando, orando, pidiéndole nos elimine tal o cual defecto comprendido.
En su aspecto trascendental divinal subliminal, la serpiente sagrada, trascendiendo a lo meramente fisiológico, anatómico, en su estado étnico, es, como ya dije, nuestro propio Ser, pero derivado.
Manco Cápac, el Cristo inca, representa al Cristo Cósmico, hijo de Inti, el Eterno Padre; es decir, del Dios Inmanifestado, Absoluto, Incognoscible.
Como vemos todas las culturas antiguas nos hablan de nuestros primeros padres. De la divinidad en sus dos aspectos: masculino y femenino. Así como del Cristo, el segundo logos, que es una fuerza que vive y palpita en todo el universo, en todo o que es, ha sido y será, es la energía solar, la fuerza misteriosa y mágica, que mantiene el orden en el universo y la vida de todas las criaturas.
Todos podemos transformarnos en seres superiores si eliminamos nuestros defectos, nacemos en virtudes y poderes, por ejemplo: la desintegración de la lujuria, nos lleva a adquirir castidad, si eliminamos la envidia, nos volvemos caritativos, etc., y si ayudamos a nuestros semejantes no sólo físicamente, sino también en dar una palabra de aliento al que sufre, expresarnos lo mejor posible hacia aquellos que nos hacen daño, o enseñando a otros el conocimiento que nosotros recibimos.
Según antiguos relatos, existió en las tierras incas el Templo del Sol. Se cuenta que este templo era maravilloso, pues su altar era de oro puro y cada gobernante lo adornaba y enriquecía más, hasta que llegaron los conquistadores y se fundió gran cantidad de piezas arqueológicas de oro en los hornos fabricados para obtener el preciado oro.
Manco Capac es un Hijo del Sol, porque se convirtió en un Cristo viviente, en un dios, en un Hombre Solar, que eliminó de sí mismo hasta los mismos gérmenes del ego, despertó su conciencia cósmica y, al igual que otros grandes maestros, después de cumplir su misión en el pueblo inca (al igual que nuestro Señor Quetzalcóatl, entre los aztecas y mayas) se integró con la divinidad.
Enviado por: J. Antonio Compeán Martínez. Instructor auxiliar, San Luis Potosí, S.L.P.
Imagen: Manco Cápac, autor: desconocido; 1230 aproximadamente. Imagen 2: Manco Cápac. Autor: Anónimo. Siglo XIII
"Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino”. 3:13