Libro: El Padre Nuestro una Oración Mágica

Capítulo 9. El Mal

“Y libranos de todo mal”.

Capítulo 9. El Mal

Existe una incesante lucha entre el bien y el mal, en un ajedrez vemos cuadros blancos y negros simbolizando ese combate entre estas potencias y lo encontramos alegorizado en muchos libros sagrados, por ejemplo, en el Popol Vuh, nos muestran a los señores del inframundo Xibalbá (nuestros defectos psicológicos) luchando en el campo de la bola religiosa o juego de pelota (la misma vida) contra los Señores Magos o Ahpú (los valores del espíritu).

El símbolo chino del Yin Yang también lo señala, la luz y las tinieblas en eterno combate. A lo largo del mundo hallamos centenares de alegorías que lo ilustran, como la que encontramos en Hércules luchando contra la Hidra de Lerna.

A veces nos podríamos preguntar por qué se permite que las fuerzas del mal existan, por qué las fuerzas divinas no las desintegran para siempre y listo, nos quitamos los problemas.

La respuesta es: que se necesita el contraste, la lucha para perfeccionarse. Si no tuviéramos tinieblas contra quien combatir, ¿cómo podríamos saber qué es la luz? ¿Cómo lograrían florecer las flores más exóticas de las virtudes del alma? Es precisamente cuando todo se complica, cuando parece que el mundo se nos viene encima, cuando existe la posibilidad más favorable para auto conocernos.

«Cuando surgen ataques contra el Centro Emocional Inferior, se sufre íntegramente; aparecen, en nuestro sendero, en nuestro camino, gentes que nos hieren, que clavan el puñal en el centro Emocional Inferior, sentimos que nos torturan el corazón. Claro, hay tendencia siempre a reaccionar contra aquéllos que en una o en otra forma nos hieren; tenemos esa marcadísima tendencia a la reacción y si reaccionamos, se vigoriza el Centro Emocional inferior, ¡y eso es gravísimo!».

«Sin embargo, cada lucha contra las emociones inferiores tiene ciertas ventajas. Una de ellas es, precisamente, la más importante: es que surge (como resultado del conflicto aquél, contra las emociones, de las palabras que nos hieren) nuestro Ser Individual, producto de la lucha, del esfuerzo. Este Ser individual surge (vigoroso, directo) a la manifestación, y es obvio que unifica todas nuestras funciones. Nuestros centros, que antes marchaban disparatados, unos en contra otros, se integran maravillosamente. Es mediante esa lucha que se hace contra las Emociones Inferiores, es mediante esos super esfuerzos objetivos y centrales (no indirectos ni unilaterales), como se consigue en verdad la individualidad potente y la integración del Ser». (Samael Aun Weor. El Autoconocimiento del Ser).

En otras épocas, cuando todo era más armónico, los aspirantes a la senda interior, para tener un gimnasio psicológico idóneo para descubrirse, en ocasiones hasta tenían que pagar a alguien para que los insultara y así poder descubrir sus defectos; ahora sobran los gimnasios donde se establece la lucha y podemos auto descubrirnos.

Nos dice el maestro de maestros: “¡Ay del mundo por los tropiezos!, porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!" (Mateo 18:7), los obstáculos son necesarios, ya que en ellos el discípulo, si trabaja sobre sí mismo, entonces se fortalece, no obstante, nos advierte que, si bien tienen que existir y pueden aprovecharse, hay que tener cuidado de provocarlos, ya que al ser el origen de ellos nos acarreamos consecuencias negativas (karma).

Hoy en día las fuerzas tenebrosas han alcanzado a penetrar en todos los niveles sociales, en los medios de comunicación, en la cultura, en la ciencia y hasta en la religión. Esto hace que sea muy difícil siquiera darse cuenta de que nos encontramos en el camino siniestro, estamos más negros que el carbón, pero nos creemos las más blancas palomas.

Arillo del campo de la bola religiosa (juego de pelota), donde se sostiene la lucha del bien contra el mal. (Museo de Antropología de Puebla).

Arillo del campo de la bola religiosa (juego de pelota), donde se sostiene la lucha del bien contra el mal. (Museo de Antropología de Puebla).

¿Dónde se encuentra el mal?

Nos imaginamos que el mal sólo se halla en los aquelarres con sus zánganos y brujas de mal agüero, consideramos que la brujería son cosas con muñecos del vudú y hechizos con pócimas extrañas, efectivamente encontramos magia negra y brujería en todo eso antes mencionado, aun así, la maldad está mucho más cerca de lo que imaginamos.

Resulta sorprendente el darnos cuenta de que la magia negra existe en la ciencia cuando la usamos para inventar bombas mortíferas, aviones de alta tecnología, etc., con el único fin de matar a nuestros semejantes, de infundir miedo, de asesinar en muchas ocasiones a seres inocentes; si la magia negra es el uso de fuerzas de la naturaleza en contra del bienestar del ser humano, ¿acaso esto no es magia negra? Por supuesto, y de la peor calidad.

Resulta ridículo que organismos o gobiernos que supuestamente promueven la paz acepten matar gente con métodos sólo por ellos autorizados, pero si usan métodos no autorizados, entonces cometen falta. Matar es matar, las guerras son crueles y despiadadas, no podemos justificar que con tales armas sí se pueda y con otras no, al final eso es asesinar, aun si fuera con un pedazo de madera.

Magia negra la tenemos en los medios de comunicación que, a través de las noticias, películas, series, novelas y programas, nos inducen a que aceptemos un falso orden de las cosas, que aprobemos el adulterio, la sexualidad de tipo inferior, la crueldad y hasta el homicidio, ante el visto bueno de todos; ¿acaso eso no es influir negativamente sobre la humanidad?

Magia negra la encontramos en muchas de las reuniones que hacemos hoy en día, donde dejamos que libremente circule el alcohol, las drogas, los vicios, la promiscuidad, el relajamiento de toda ética y moral, eso nos lleva a cometer muchos errores, entre los cuales resultan hijos no deseados sólo por un momento de placer; ¿acaso eso no es inducirnos al vicio? Siendo este uno de los objetivos principales de la Logia Negra.

Magia negra hay en una mujer o varón cuando cautiva con sus embelesos a otros seres humanos inexpertos, seduciéndolos y conduciéndolos por el camino de la degeneración, sin darse apenas cuenta de que actúa como un hechicero de gran poder, utilizando negativamente las fuerzas magnéticas sexuales con el único propósito de satisfacer sus pasiones animales; ¿acaso eso no es una especie de hipnotismo? El hacerse dueño de la voluntad ajena.

Magia negra existe en nosotros cuando coaccionamos la voluntad de los demás, queriendo que se haga lo que creemos está bien, lleno de defectos psicológicos queremos que el mundo entero marche como nosotros pensamos. Solemos coaccionar la voluntad de los hijos y metiéndoles miedo no permitimos que busquen su propia vocación; ¿acaso eso no es ser carceleros de la voluntad ajena?

Hay magia negra en el intelecto mal usado, de hecho, el peor de los filtros de la magia negra es el intelecto puesto al servicio del mal. Es por las dudas que dejamos sembrar en nuestra mente que muchos abandonamos el camino, quedamos embelesados, seducidos por las palabras bonitas y las teorías fascinantes que nos conducen al fracaso; ¿acaso eso no es encaminar al ser humano a la maldad?

«El estudiante esotérico se defenderá de todos esos malsanos y desviados intelectualismos escuchando la voz de su propio corazón, como explorador de los caminos de la luz, como aspirante de los mundos superiores, y la voz de sus sentimientos y de su propia e íntima divinidad; su Dios interno». (Samael Aun Weor. Logos Mantram Teúrgia).

Existe magia negra, incluso con toda la maldad que tenemos, en el estar empeñados en realizar viajes al espacio, y nos preguntamos: ¿Qué mal puede ser que intentemos conquistar el espacio? A lo que respondemos: El espacio es sagrado, pues allí tiene que existir un orden de tipo superior, existen humanidades en altísimo grado de desarrollo espiritual. Querer conquistar el espacio sin disolver el ego, es tratar de exportar a otros mundos nuestra codicia, asesinatos, envidia, lujuria y maldad; ¿Acaso no es suficiente con querer destruir nuestro mundo?

Al orar y suplicar que nos ayuden a liberarnos del mal, imploramos que se nos proteja de tantas fuerzas negativas que existen hoy en el mundo y que nos conducen al error, que se nos apoye para trascenderlas, para salir bien librados de ellas.

El dragón negro es el símbolo de las fuerzas del mal y el ángel es el símbolo de las fuerzas trascendentales. (Pintura dentro de la Catedral de Puebla, México).

El dragón negro es el símbolo de las fuerzas del mal y el ángel es el símbolo de las fuerzas trascendentales. (Pintura dentro de la Catedral de Puebla, México).

El Mal dentro de Nosotros

El mal se encuentra fuera, pero también lo encontramos en abundancia en nuestro interior, sólo que hemos perdido la capacidad de percibirlo. Recordemos lo que nos dicen tan atinadamente los maestros de la sabiduría oriental al afirmar que tres caminos nos llevan al abismo: La lujuria, la codicia y la ira; como podremos darnos cuenta estos son defectos que corresponden a nuestro mundo interior.

Sócrates por su parte nos confirma, que es dentro de sí mismos donde debemos emprender la más cruenta de las luchas contra el mal: “Las verdaderas batallas se libran en el interior”.

En las diferentes culturas, en sus épocas de esplendor, como lo podemos evidenciar en la cultura egipcia y tibetana, siempre tuvieron el conocimiento de la “Doctrina de los Muchos”, la cual sostiene que no tenemos individualidad, que en realidad somos legión o multiplicidad de errores, tal como lo podemos corroborar cuando el maestro Jesús interroga al endemoniado gadareno: “Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos” (Marcos 5: 8-9). Dentro de cada persona viven muchas personas (Yoes), cada una con sus compromisos e intereses.

Si nos analizamos un poco, descubriremos muchas contradicciones que demuestran que no somos la misma persona ni siquiera media hora. Hemos permitido que con el paso del tiempo el mal se desarrolle en nosotros: “No penséis con ligereza sobre el mal diciéndoos "no vendrá a mí". Igual que un cántaro se llena gota a gota, del mismo modo el necio, acumulándolo poco a poco, se llena de maldad” (Dhammapada 121).

Existen aproximadamente diez mil defectos psicológicos en cada ser humano, cada uno de ellos pone un pensamiento en nuestro centro intelectual y un sentimiento en nuestro centro emocional, a pesar de todo, estamos seguros de que todos los pensamientos y sentimientos son nuestros.

El enemigo más grande es el que hemos dejado desarrollarse en nuestro interior con nuestros vicios y deseos malsanos, por ende, contra quien debemos luchar es consigo mismos, “El que domina su cólera domina a su peor enemigo” (Confucio).

Si analizamos el origen de una gran cantidad de nuestras enfermedades, descubriremos que tienen su origen en la manifestación de estos Yoes-demonios que hemos creado a lo largo de la vida y que alimentamos como si fueran nuestros hijos. No es desconocido para nuestros médicos como repercute, por ejemplo, los corajes en nuestro estómago.

Las emociones negativas que solemos manifestar se convierten en venenos celulares que nos dañan irremediablemente. Un gran susto, una fuerte preocupación mental, una noticia negativa inesperada, puede desencadenar un gran número de malestares orgánicos.

Los divorcios, los conflictos, las discusiones tienen su origen en estos agregados psíquicos; con justa razón, en el Popol Vuh, los mayas nos advierten que los “Señores del Inframundo” (Xibalbá) son los causantes de las enfermedades, guerras, conflictos y muerte. No estaban equivocados, pues esos siniestros personajes los llevamos todos en nuestro interior.

«La raíz de toda amargura es el Yo. La raíz de la ignorancia es el Yo. Nacer es dolor, morir es dolor, vivir es dolor, realmente el Yo es el origen del dolor». (Samael Aun Weor. Supremo Gran Manifiesto Universal del Movimiento Gnóstico).

Representación de los siete dolores que padecía María, que bien puede interpretarse como las siete cabezas de legión o siete pecados capitales. (Ex Convento de San Andrés Calpan).

Representación de los siete dolores que padecía María, que bien puede interpretarse como las siete cabezas de legión o siete pecados capitales. (Ex Convento de San Andrés Calpan).

Séptima petición

En la última petición del Padre Nuestro estamos solicitando ayuda para combatir esas fuerzas tenebrosas que moran tanto fuera como dentro de nosotros. Debemos aceptar que somos infelices criaturas condenadas a la pena de vivir, que somos espantosamente débiles y que requerimos el auxilio de lo divinal.

La lucha contra las fuerzas tenebrosas ha sido representada por el Arcángel Miguel contra Lucifer, la de Horus contra Seth y sus demonios rojos, la de Rama contra Rávana y los Ráxasas; debemos considerar que tales enfrentamientos no son mera mitología o algún relato del pasado, son eventos que tienen que ser vividos aquí y ahora.

Debemos convertirnos en David y luchar contra las fuerzas tenebrosas representadas por Goliat, la lucha es a cada momento de nuestra vida, pues ahí se encuentra la posibilidad de vencerlas.

El enfrentarse a sí mismo, a las propias creaciones negativas psicológicas, está representado en este Bracero Murciélago. (Museo de Antropología de Xalapa).

El enfrentarse a sí mismo, a las propias creaciones negativas psicológicas, está representado en este Bracero Murciélago. (Museo de Antropología de Xalapa).

Amén

Finaliza la oración del Padre Nuestro con la palabra hebrea amén; su traducción más común es: “así sea” o “verdad”. Es una palabra que tiene muchos otros significados como: fiel, confiable, seguro, etc., todos relacionados con lo divinal.

El maestro Jesús en algunas de sus enseñanzas empieza con esa palabra dándole el sentido de “verdad” e inclusive el Apocalipsis lo asocia al mismo maestro Jesús: “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios” (Apocalipsis 3:14).

Podríamos interpretarlo, en este caso, al finalizar esta oración, como la solicitud de que se cumplan, realicen y materialicen nuestras peticiones de acuerdo con la ley divina, pero nunca a nuestra voluntad.

Belilin Belilin

Indudablemente la oración del Padre Nuestro en meditación es una herramienta formidable de defensa contra los tenebrosos que llevamos tanto en nuestro interior como en nuestro exterior, así mismo el maestro Samael nos entrega otra oración que podemos realizar en momentos en los cuales nos sintamos en peligro.

Se relaciona con un canto mántrico donde se invoca a Belilín, el cual se refiere precisamente a nuestro real Ser interior profundo, a nuestro Padre que está en secreto.

«Ahora voy a enseñaros los mantrams más poderosos para defenderos de las potencias de las tinieblas, oídme»:

“Belilin, Belilin, Belilin, ánfora de salvación, quisiera estar junto a ti. El materialismo no tiene fuerza junto a mí. Belilin, Belilin, Belilin”.

«Estos mantrams se los debo al ángel Aroch, al ángel de mando. Con ellos podéis defenderos de las tinieblas y del abismo». (Samael Aun Weor. Lección mántrica).

El Arcángel Miguel (las fuerzas del bien) venciendo a Lucifer (las fuerzas del mal). (Ex Convento de San Andrés Calpan).

El Arcángel Miguel (las fuerzas del bien) venciendo a Lucifer (las fuerzas del mal). (Ex Convento de San Andrés Calpan).

Escuchar práctica en audio:

Descargar: | Belilin |

 


Videoconferencia del curso: "El Padre Nuestro Develado"

9. El Mal.

Descarga: 9. El Mal.

9. El Mal. (audio)

Descargar: Conferencia en mp3