El Cisne

Hay una fuerza cósmica que dio origen al universo y que lo sostiene firme en su marcha; lo interesante es que el ser humano puede lograr, a través de un trabajo interior, se manifieste en su corazón y por medio de ella transformarse de raíz para lograr las más elevadas estaturas espirituales; esa fuerza es la del amor.

El cisne representa este milagro del amor, ya que el cisne con su actitud de vida nos ejemplifica algunas de sus características; una de estas maravillosas enseñanzas que nos entrega nos dice que para que esta fuerza pueda existir, debe alimentarse con el mismo amor; en forma muy poética el maestro Samael Aun Weor nos explica:

“Observemos el cisne, en sí mismo: Cuando uno de la pareja muere el otro sucumbe de tristeza, porque el amor se alimenta con amor”.

LOHENGRIN”. AUGUST VON HECKEL (1866).

LOHENGRIN”. AUGUST VON HECKEL (1866).

Es por ello por lo que lo vemos flotar sobre las aguas puras de la vida, las mismas que el génesis de todas las culturas y religiones nos afirman que se dio origen al mundo. Dándonos a entender que la fuerza del cariño tiene su fundamento en el sabio uso de las energías que nos trajeron al tapete de la existencia.

Por eso Richard Wagner en su magistral y diamantina obra “El Parsifal”, destaca el momento en que se mata al cisne del lago sagrado y se hace un revuelo por tan tremendo crimen, ya que nos simboliza lo que hacemos nosotros cuando profanamos con nuestros deseos bestiales y adulterios el santuario del matrimonio.

En la India nos dan un ejemplo a seguir, por cuanto se refieren a rendir culto al cisne, ganso o ánsar llamado: “Kala Hamsa”, considerándolo como un ave sagrada, existiendo la posibilidad de la manifestación de la divinidad a través de ella, cuando uno estudia sobre ello, no deja de admirarse ante tal misterio.

En estas líneas encontramos la respuesta a esta incógnita:

“El cisne Kala-Hamsa posado sobre una flor de loto, flota sobre las aguas puras de vida. Kala-Hamsa, significa: "Yo soy Él" "Yo soy Él" "Yo soy Él". En otras palabras, podemos decir; "El Espíritu de Dios flota sobre la haz de las aguas". La divinidad alienta sobre el mar de la eternidad. Dios está dentro de nosotros mismos y ahí lo podemos encontrar. Yo soy Él, Yo soy Él. Yo soy Él”. (Samael Aun Weor).

A pesar de todos estos elementos descritos, tenemos todavía mucho más; así como la paloma en Europa significo al Tercer Logos o Espíritu Santo, lo mismo fue para los mayas el ave majestuosa del quetzal, el buitre sagrado egipcio y no podía ser menos el cisne como símbolo de esta energía recóndita.

Al estudiar los misterios que encierra esta ave del paraíso, nos topamos con la mitología griega, en ese precioso relato que nos habla del origen mismo del universo y al mismo tiempo de la clave para lograr nuestra autorrealización íntima del Ser, encerrado en símbolos, para que, como dice el maestro Jesús: “para el que tenga ojos para ver que vea”.

Aparece entonces Júpiter tonante el padre de todos los dioses, simbolizando al Cristo Cósmico, el fuego sagrado que dio origen al universo es por ello, que transformándose en Cisne (el principio activo masculino de la naturaleza), fecunda a Leda (el principio pasivo femenino), símbolo de las aguas primordiales de la existencia.

LEDA Y EL CISNE. GIANBETTINO CIGNAROLI (SIGLO XVIII).

LEDA Y EL CISNE. GIANBETTINO CIGNAROLI (SIGLO XVIII).

“El cisne de Leda nos recuerda los encantos del amor. El cisne del amor hace fecundas las aguas de la vida. El fuego del amor hace brotar la vida de entre el gran océano. El agua es el habitáculo del fuego. El fuego sexual dormita entre las aguas puras de vida. El fuego y el agua unidos en un trance de amor dieron origen a todo el Universo. Dentro de nuestras aguas seminales alienta el fuego del amor. El fuego del amor hace fecundas las aguas de la vida. El cisne simboliza el amor”. Samael Aun Weor.

Todo esto, nos invita a transitar en el camino del amor, pero no de una forma teórica, especulativa, sino en una forma real, directa, en el campo de los hechos, en el matrimonio, luchando a muerte contra la violencia que gobierna en estos días nuestro corazón, eliminando esa indiferencia que convierte en un témpano de hielo nuestra relación.

Entre los persas se enseñó que jamás debería permitirse apagar el fuego (del amor) en los altares (del hogar), esta misma enseñanza se observa en el culto a la diosa del fuego del hogar (la diosa Vesta) y en forma paralela en el México antiguo nos encontramos un culto prácticamente igual con la diosa del fuego del hogar llamada “La que mora en la casa” (Chantico).

En la edad media se nos habla de los caballeros cisne, custodios del Grial y se llena uno de entusiasmo al saber de los valores que intentan alcanzar; pero eso no está en el pasado, en realidad podemos nosotros ser caballeros cisne o guerreras cisne, lo que necesitamos es incendiar nuestra vida con el fuego del amor, ese es el camino.

Bibliografía: El Milagro del Amor, Samael Aun Weor. Misterios Mayores, Samael Aun Weor.

Enviado por: Jenaro Ismael Reyes Tovar.

 

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