XXI

Bernardo descendía del tren en la estación de Francia y se encaminó al hotel Majestic.

No se había valido de ningún Baedecker para informarse sobre la ciudad condal.

Había tenido cierto prejuicio contra España. La frase: “El África principia en los Pirineos”, la había tomado muy en serio, y se sorprendió al atravesar bulevares tan elegantes como el Paseo de Gracia. Enfrente del hotel, ante su vista se destacaba el Tibidabo, y la Atalaya le parecía que indicaba la verdad de la frase de donde ha tomado el nombre, de la leyenda bíblica, cuando Jesús estaba con el demonio en la punta de la montaña y le decía: “Toda esta belleza de la tierra te daré, si te arrodillas y me adoras”. Y, para conquistarle, decía: Tibi dabo.

En el hotel se dejó indicar cualquier pieza, ya que le era igual el piso que podían darle, pues como el Rosa-Cruz le había dicho que esperara en el hotel, que lo iría a buscar para darle el segundo grado y éste seria dado fuera de Barcelona, se dijo:

Para estar un día aquí, me es igual y no exijo confort.

Barcelona era una de las ciudades más hermosas del mundo.

Observó que los catalanes eran un pueblo trabajador y de talento. Entre ellos, había algunos desequilibrados que soñaban con separatismo, olvidando que, ni por la tradición, ni por la historia, ni por razones étnicas, pueden jamás atentar contra la integridad de su patria. Por si esto fuese poco, hasta el mismo móvil egoísta debía impeler a los tales, a no dejarse arrastrar por esas ideas absurdas y antipatrióticas.

Encantadoras encontró las costumbres regionales; las sardanas; las típicas fiestas mayores, con sus clásicos entoldados (envelats), con los que las muchachas, sin distinción de clases, sueñan todo el año, teniendo como único acicate, el firme y decidido deseo de rivalizar entre ellas, con sus mejores galas.

El idioma catalán, tan armonioso y rico, que parece inventado para los cantos épicos, por su melodiosa fuerza, sedujo a Bernardo. Y no podía comprender cómo esos hombres, tan buenos y laboriosos, que al través del lenguaje veía contagiados por aquellos ilusos, a quienes antes aludí, gritaban: “Visca Catalunya!”; y no gritaban:

“¡Viva España!”

La majestuosidad del Mediterráneo llama la atención de todo el que viene a Barcelona, y nos despierta ideas sobre esta gran laguna.

Bernardo se había puesto a meditar sobre la inmensidad del Océano.

El mar es una masa de agua que cubre las dos terceras partes del globo, en íntima conexión con todos sus Océanos, a tal grado, que un médico homeópata de la escuela oficial de México, creía que cuando se botaba un globulito de remedio en la bahía de Vera Cruz se deberían sentir sus efectos en las aguas de Vizcaya.

Así como la superficie de la tierra está poblada de seres, desde el interior de la mina más profunda hasta la cima del Himalaya, el mar, a pesar de los millones de peces que observamos, tiene partes completamente despobladas, grandes, inmensas regiones donde la vida se hace imposible por falta de luz.

Estas partes que se asemejan a un inmenso desierto, son las grandes profundidades y de éstas las hay que son de grandes dimensiones, ya que una comisión de alemanes, sobre un barco de observación, pudieron sondear profundidades de 5.000 a 6.000

metros, que son frecuentes, pero en las que la vida es casi nula o por lo menos incomprensible para nosotros, porque toda vida requiere luz y ésta solo traspasa los primeros 300 metros; mas allá todo es oscuridad y frío, queda siempre alrededor de cero grado.

Los peces y otros animales marinos buscan las aguas poco hondas y aman las proximidades de las costas donde encuentran mas alimentos.

En ciertas regiones del mar, viven verdaderos monstruos y si muchos naturalistas han negado la existencia de la serpiente marítima, han tenido que corregir su juicio al leer la obra del inglés Mitchell Hedges que realmente vio aquellos monstruos.

Hedges vio peces que pesaban 50 quintales.

En el océano Pacífico existen escorpiones marítimos de 9 pulgadas de largo y muy venenosos. En otros mares existe una especie de murciélagos acuáticos cuyo peso también pasa de 40 quintales.

Pero no solo esos monstruos que recuerdan épocas prehistóricas, sino que hay especies marítimas que recuerdan animales domésticos. Así, por ejemplo, en ciertas islas del Pacífico hay vacas marítimas; después hay elefantes y una serie de animales que atacan a los hombres, tan pronto encuentran ocasión para ello.

Durante el verano, esos peces peligrosos que de común viven mar afuera, buscan las costas. Por eso, siempre es un peligro nadar demasiado lejos: nunca se sabe lo que puede acontecer, ni qué se puede encontrar.

Parece que las aguas del Mediterráneo son las más inofensivas. Sin embargo, hay una especie de tiburones que viven aquí cerca y que pueden llegar hasta las aguas de Barcelona; por lo mismo, siempre es recomendable conformarse con los baños de la costa misma y nadar cerca, sin buscar el peligro.

En el Astral existen estos monstruos que el Rosa-Cruz puede evocar.

Bernardo tenía facultades para llevarla varita adivinadora; siendo estudiante en Alemania había descubierto corrientes de agua, en terrenos al parecer secos.

Aquí en Barcelona, vio un sistema completamente nuevo para esas labores provechosas.

Sabemos que desde el centro de la tierra hay corrientes magnéticas que todavía se registran a muchos kilómetros en la atmósfera.

Actualmente, existe una balanza de torsión para explorar el interior de la tierra y descubrir arterias de agua o vetas de metales.

Todos sabemos cuán costoso es a veces buscar una veta argentífera. Los mineros gastan miles y miles inútilmente, cuando tienen la desgracia de dar con bolsones de metal, semejantes o confundibles con una veta cortada; y entonces siguen la dirección a ciegas, y gastan en esos trabajos, muchas veces, toda su fortuna.

Para encontrar agua en Alemania se usaba mucho la vara adivinadora; una especie de barrita de madera o metal que llevaba una persona con facultades especiales, caminando sobre un terreno dado. Si bien es verdad que con este medio se descubrieron muchas veces fuentes de agua y se dio con buenas minas, el resultado no era matemático; dio unas veces resultado; otras veces, no. La balanza nueva, dicen que es un invento absolutamente seguro y que se han encontrado vetas de metal en Escandinavia, en el fondo de un lago profundo y que, además de estar tapado por el hielo tenía una capa de arena en el fondo.

Dice Derstorf, que esta balanza mide por el grado de torsión, a la cual queda sujeta un hilito extraordinariamente delgado de platino-iridio. Por ejemplo: concreciones salinas, en relación con las rocas que las rodean representan una falta de masa. Pues bien; estas concreciones salinas, en comparación con la roca estéril, son mucho menos espesas y producen así una modificación en el campo de gravitación. Al revés: las vetas metálicas representan excesos de masa, en comparación con la roca, y muestran modificaciones en el campo de gravitación.

Parece que el aparato es sencillo y que no lo venden a precio exagerado, de modo que todo minero lo puede adquirir.

Las montañas de la península ibérica encierran grandes tesoros en plata y oro. Los antiguos han explotado minas que hoy ya no se conocen. El inventor tiene, pues, en España, y en la América latina, un gran campo de acción. Pero no solo en la minería;

en la agricultura falta agua, y sabemos que existen por todas partes corrientes subterráneas, difíciles de encontrar hasta ahora.

La balanza de torsión, pues, es un invento de mucha importancia, y pronto sabremos el resultado que ha tenido en las diferentes partes del mundo.

Nuestros antepasados tenían la costumbre de enterrar el dinero para esconderlo de los ladrones y se supone que en muchas murallas de edificios antiguos, se encuentran monedas de oro guardadas. Ahora, con la balanza, se podrá ver al través de los muros, sin destruirlos. Y, con este aviso, damos la voz de alerta a las personas que habitan casas sospechosas; porque, con la balanza alemana, pueden ganar la lotería de Navidad sin jugar.

Tanto en el cuerpo humano como en los instrumentos, solo es cuestión de aumentar la sensibilidad.

El individuo que puede llevar con éxito la varita, no es nada más que un hipersensible.

Un americano que recibió sus enseñanzas en Charlottenburgo, ha hecho un invento notable, al presenta a la Academia un instrumento con el cual se puede medir la millonésima parte de un milímetro, es decir, observar algo con mucha más precisión que con el ultramicroscopio más perfecto. El ultramicroscopio hará una revolución, no solo en la física, sino hasta en la química y biología.

Por de pronto, ha podido medir el crecimiento de una planta durante diez minutos; y se vio que los vegetales no se desarrollan uniformemente, sino a saltos, y que luego decrecen, según la influencia de la luz. Describe el crecimiento de la planta una especie de espiral.

Para los agricultores, es de importancia el invento, porque con el micrómetro se podrá ver la influencia efectiva de los abonos de una manera absolutamente matemática. Asimismo, se acabarán las discusiones sobre la influencia de la luz ultravioleta, porque ahora se vera lo que hay de cierto.

Todo lo que se ha discutido sobre la construcción o constitución del átomo, recibirá una explicación precisa; pues el ultra micrómetro podrá medir objetos mucho más pequeños como los que hemos tenido por átomos.

Como, por influencia del calor, los cuerpos se dilatan y nunca se pudo saber con precisión hasta qué grado; ahora, con el ultra micrómetro, se verá eso admirablemente. Por tal circunstancia dará explicación y nortes nuevos a los químicos, en muchas materias. El aumento de la temperatura se podrá medir en su grado mínimo, lo que aprovechará la meteorología.

Admirables son los sismógrafos, y con ellos podíamos, en Barcelona, saber cuando se verificaba un temblor en el Japón. Pero allí cabían dudas sobre la localización; se sabía que había habido un movimiento sísmico, y no se sabía dónde. Ahora sí:

aplicando el nuevo aparato, se sabrá enseguida el lugar exacto.

Bazzoni, que así se llama el inventor, pudo localizar un camión cargado que venía a muchos kilómetros de distancia.

En mecánica, el resultado fue colosal.

Un eje pulido que servía para un instrumento de precisión y que se creía redondo, resultó una verdadera montaña rusa, donde habían subidas y bajadas enormes.

Medidos de ahora en adelante estos ejes con el ultra micrómetro, y lográndolos realmente redondos, evitando todo roce, toda frotación, nos acercamos al movimiento perpetuo.

En fin, es incalculable el alcance de este nuevo invento y lo mejor es que no resulta caro; cualquiera se lo podrá construir en su laboratorio, puesto que se trata de una combinación de espejos fácil de montar.

Nunca se habían inventado tantas cosas y tan notables como en los últimos meses, y, sin embargo, no se ha dado a todos estos adelantos importancia como antaño se hacía, porque el mundo está ocupado en asuntos políticos, pero como un invento se enlaza con otro, dentro de poco se verán verdaderas maravillas.

Si la humanidad hubiese gastado el dinero que se derrochó en la guerra para matar, en la aplicación de estos inventos, cada uno de los cuales sirve para hacernos la vida más llevadera, ¡qué bien estaríamos! Pero las naciones no aprenden; de nuevo se gastará en máquinas de guerra, y todo el mundo se armará. Sin embargo, los inventos beneficiosos, alguna vez se abren paso. Este último —el ultra micrómetro— tiene una aplicación enorme, para la Quirología.

En los hombres se logra aumentar la sensibilidad, por medio del ejercicio de Tatwas.

Toda realización de fenómenos ocultos, tiene por base el manejo de los Tatwas (véase mi libro el Tatwametro o las Vibraciones del Éter). La vida planetaria no es más que consecuencia de vibración del éter, él es la liga física universal, el vehículo de todas las fuerzas. El éter gobierna la electricidad, el magnetismo, la cohesión y la gravitación. Verdad es que la ciencia oficial, aun no sabe lo que es el éter, pero la orden Rosa-Cruz lo conoce hace siglos y siempre se ha valido de él para realizar sus milagrosas operaciones.

Así como el estudiante de letras deberá principiar por el A B C y el que quiere aprender las matemáticas ha de haber aprendido la tabla de multiplicar, el chela Rosa-Cruz debe ejercitarse en el manejo de los Tatwas.

El conocimiento de los Tatwas es muy antiguo.

Los arqueólogos han podido comprobar ciertos principios y métodos Rosa-Cruz, al hacer sus excavaciones. En Egipto, era costumbre en los sacerdotes escribir reglas instructivas sobre tablillas, para que les sirviesen de guía a los muertos y supieran comportarse al despertar en el más allá. De estas tablillas se ha formado una obra que se llama el “Libro de los Muertos” y que ha dado mucha luz para la magia práctica. Es de advertir, que los hermanos mayores cuidan indefectiblemente de que cuando son tablas demasiado peligrosas las destruyan antes de que los arqueólogos den con ellas. Generalmente las llevan a los centros nuestros. Por el “Libro de los Muertos” se ve cuán adelantados estaban los Egipcios.

El hombre, para sus observaciones, solo puede valerse de sus cinco sentidos para adquirir una convicción, pero la ciencia ha probado que hay animales que no tienen más que dos sentidos y aun hay algunos que solo poseen uno. Si la teoría de Darwin llega a confirmarse y yo no lo dudo que en parte sucederá, el hombre antes carecía de ciertos sentidos que actualmente posee. El hombre de la cueva no puede compararse con un sabio actual. Así, pues, como los sentidos se han ido desarrollando poco a poco en el pasado, para conocer el mundo actual, en otro lapso del porvenir, desarrollaremos otros sentidos, para conocer el mundo invisible.

Los hombres de ciencia, siempre han creído encontrar una identidad del alma con el cerebro, y creen que, mientras más voluminosa o más perfecta y normal sea la masa encefálica, más inteligente tiene que ser el hombre. Esto no siempre es verdad; pues no debe olvidarse que, cuando se hizo la autopsia de los cadáveres de Brummssen y Mommsen, se vio que tenían la masa cefálica completamente reseca.

Últimamente en el Middlesexspital de Londres, se han hecho experiencias muy concluyentes sobre la relación que existe entre el dador de la sangre y el receptor en las transfusiones, pues el enfermero Lee que en veinte casos había prestado su sangre a enfermos graves, pudo decir con certeza matemática si el paciente moriría o viviría, más aún, cuando la persona moría después que llevaba sangre de él, aun estando muy distante, él lo sabía. Esto es una prueba que la sangre en su parte astral no se desune, fenómenos que es completamente desconocido por la medicina.

Dos días hacía que Bernardo regresaba a cada instante al hotel, a enterarse, en la portería, de si alguien había preguntado por él. Pero siempre la misma respuesta: No ha venido nadie, señor.

La situación era desesperante. ¿Qué habría pasado? ¿Se habría olvidado Rasmussen de escribir oportunamente a sus hermanos de aquí para que le dieran el segundo grado o se habría perdido la carta?

Todavía le perseguía la idea de que en todo debía de haber alguna equivocación.

Quizá debió haberle confundido Rasmussen con otro. Esto de insistirle siempre que debía recibir el segundo grado, cuando no había recibido todavía el primero, le preocupaba.

Para conocer el medio, había ido a visitar los centros teosóficos, pero la recepción que le hicieron la última vez, le obligó a no volver más.

Al llegar la tarde del cuarto día, se dijo: Ya mañana no esperaré aquí en balde. Me iré a visitar la montaña de Montserrat.

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