LOS DÍAS DE LA SEMANA (INTRODUCCION)
EL SOL, EDVARD MUNCH, 1900
El culto al fuego acompaña a la humanidad desde sus orígenes. El hombre y el fuego se hallan en relación inseparable. La representación material, física, la tiene en la llama que arde, las galaxias y soles incandescentes. Es la energía albergada en cada átomo, que asombra ahora a los físicos con la teoría de cuerdas energéticas; es el mismo fohat del tercer logos desde la creación del universo.
LA TRINIDAD EN LA TIERRA, JERÓNIMO EZQUERRA, 1700
El padre – madre, la primera y segunda ley, originan la tercera, el fuego del espíritu santo, el Cristo, el Logos Solar, el ejército de la voz depositado en el hombre en la energía creadora, la única capaz de disolver de nuestra psique al obstinado ego, que en nosotros es la personificación del sufrimiento, del miedo, la ansiedad y miseria con la que transitamos sonámbulos por la vida. Solo mediante la encarnación de esta energía universal, puede el hombre tener al cristo en su corazón, volviendo polvareda cósmica al odio, la envidia, el miedo, la lujuria y todos los conflictos, miserias, frustraciones y terrores humanos que marcan nuestra vida cotidiana.
Nuestro fuego es el sol, regente ígneo presente en todos los calendarios antiguos de la humanidad. El sol – crestos, de quien Atahualpa exclamara a Pizarro, el bárbaro salvaje medieval que diezmó al pueblo Inca “Mi Dios es el sol”
Los planetas giran a su alrededor, ejerciendo influencia sobre los aspectos físicos de la tierra, sobre la biología, y sobre todo la fisiología y psicología del ser humano, algo a lo que se aproximarán algún día los científicos de nuestra modernidad, al comprender que todo en el universo es materia – energía, y conciencia.
El sol en su eclíptica u órbita de un año por la esfera celeste, pasa por las doce constelaciones, representadas en los 12 apóstoles del divino salvador del mundo y los 12 signos zodiacales.
A este orden obedecen los calendarios y el orden de los días de la semana de los pueblos antiguos, quienes por milenios observaron la influencia de los astros en la vida del hombre. Calendarios trastocados a lo largo de los siglos por conveniencias, por influencia de la iglesia católica, cálculos matemáticos, entre otros.
Los antiguos observaron la influencia de los astros en la vida cotidiana de las personas. Baste observar la influencia de la luna en la fertilidad de las mujeres, en el clima, en el estado de ánimo. De donde hay personas que se les llama “lunáticas” es decir, que cambian de estado mental y de humor de un instante a otro, que cambian con la luna, con el ciclo lunar.
Se asociaron en la antigüedad, las estaciones y los días de la semana a los astros, y estos mismos con sus Dioses. Observaron por milenios la relación directa entre la posición de los astros, los días de la semana, y las actividades comunes del hombre.
El orden real y el astro regente es de esta forma: el actual domingo corresponde con el día lunes, regido por la luna; el lunes corresponde con el miércoles, planeta Mercurio; el martes actual corresponde con el verdadero día, el viernes, con Venus; el miércoles es en realidad el domingo, regido por el Sol; el viernes actual es en realidad jueves, regido por Júpiter; el sábado es el mismo, gobernado por Saturno.
Este conocimiento fuera de la vida cotidiana de cada uno es vacío, un sinsentido. Cada astro tiene injerencia diferente sobre el planeta tierra y los humanos. No debemos hacer de ello superstición o moda, como el consultar horóscopos o un fetichismo absurdo cual adivinación.
Ni los astros ni las situaciones de la vida están determinados para que nuestra vida sea difícil. Si bien hay influencias positivas, favorables; como también influencias negativas o desfavorables.
Se trata simplemente de aprovechar las mejores circunstancias de cada momento para aprovecharlas en las diferentes actividades de nuestro cotidiano vivir.
Pero, sobre todo con mucho énfasis y atención, no olvidar nunca que es nuestro ego psicológico, representado por la ira, la lujuria, el orgullo, el miedo, la ansiedad, la depresión, el pesimismo, la frustración. Todo esto es lo que atrae hacia nosotros las influencias negativas de los astros.
Sin nuestros defectos psicológicos el universo conspira a nuestro favor para que nuestro trabajo interior y las metas, propósitos y actividades de nuestra vida sean fructíferas
De manera que lo cotidiano de instante en instante, es lo esencial, en la medida en que eliminemos de nuestra mente estos rasgos psicológicos indeseables.
Rafael Merazo
IMAGENES: EL SOL, EDVARD MUNCH, 1900 LA TRINIDAD EN LA TIERRA, JERÓNIMO EZQUERRA, 1700