El Cuervo

“San Antonio Abad y San Pablo”. Diego Velázquez (1634). Un cuervo lleva diariamente una hogaza de pan a San Pablo.

“San Antonio Abad y San Pablo”. Diego Velázquez (1634). Un cuervo lleva diariamente una hogaza de pan a San Pablo.

El cuervo es uno de los animales que en cierta forma puede causar temor para los que nos creemos supersticiones, sin embargo, si lo estudiamos a fondo nos daremos cuenta que, desde la antigüedad tenía ciertas atribuciones que a través de los siglos nos hemos olvidado de ellas.

Los antiguos egipcios, por ejemplo, aborrecían las ratas; y es obvio que estas se encuentran en estado de franca Involución. Otro es el caso de los cuervos, y estos, aunque se alimentan de la muerte por el hecho de desenvolverse en el rayo de Saturno, poseen ciertos poderes maravillosos que indican evolución.

Ya el enigmático y poderoso doctor Fausto (citado por Goethe en su obra del mismo nombre), venerabilísimo maestro, quien vivía agradable y confortablemente como persona muy acomodada, concedía a los animales un papel oculto y gustaba rodearse de ellos porque los asociaba a sus prodigios.

Los cuervos tienen ciertas facultades que se relacionan con Saturno, el planeta que rige todos los aspectos de la muerte. En su aspecto físico como elementales, son clarividentes y saben con exactitud cuando alguien va a morir, este tipo de aves cumplen una misión muy importante que es la de limpiar la naturaleza de toda podredumbre.

Todo esto nos invita a reflexionar sobre los poderes de la naturaleza que están latentes, esperando que los conozcamos para poder ayudarnos.

En el aspecto interno el cuervo nos invita a la eliminación de nuestros agregados psicológicos pues, así como existe el aspecto externo está el interno.

Odín dios de la mitología nórdica. Johannes Gehrts (1888). Los cuervos Hugin (pensamiento) y Munin (memoria) se encargan de informar lo que sucede en el mundo.

Odín dios de la mitología nórdica. Johannes Gehrts (1888). Los cuervos Hugin (pensamiento) y Munin (memoria) se encargan de informar lo que sucede en el mundo.

Si nos trasladamos a la catedral de Notre Dame de París, nos encontramos que existe una leyenda en la cual en tiempos antiquísimos había un cuervo el cual se consideraba como el único que sabía de un depósito sagrado en el que había sido escondida la Piedra Filosofal, su mirada se dirigía hacia uno de los pilares de la inmensa catedral y sobre esa piedra había un diablo, esta leyenda está relacionada con ciertos aspectos alquímicos, pues en la antigüedad tenían todo este conocimiento y lo dejaron plasmado de una forma velada.

También lo menciona Fulcanelli en su obra denominada “El misterio de las catedrales” en donde tiene una frase muy acertada que dice: “El principal secreto de la Gran Obra es la capacidad de matar al vivo Ego y devolver a la vida al muerto Ser”.

Retornando a la catedral de Notre Dame, también encontramos la figura de una mujer que sostiene un escudo con la imagen de un cuervo grabado.

Ahora bien, ¿Qué representa el cuervo en este conocimiento alquímico velado?

El cuervo de la putrefacción es la muerte, indicándonos que necesitamos eliminar los defectos de tipo psicológico, para blanquear el diablo que se encuentra sobre la piedra, al escuchar la palabra diablo no debemos irnos con la creencia que son demonios que tratan de atacarnos; el diablo en este caso nos representa la sombra de nuestro Ser, de esa parte interna que ha sido ennegrecida por los defectos de tipo psicológico que tenemos que blanquear.

Esto de la eliminación de los defectos no es algo que se realice de la noche a la mañana, se necesita de mucha voluntad, tenacidad, paciencia, pues cada uno de nuestros defectos tiene infinidad de ramificaciones, es como si cada uno de esos defectos fuera un árbol, el cual jamás ha sido podado, no podemos decir que ya lo eliminamos de raíz de un día a otro, se requiere de que empecemos de hojita por hojita, hasta que al fin lleguemos por lo menos a ver las ramas, para posteriormente ver el tronco y poder ir quitando ese grueso tronco para poder llegar a la raíz, así que como podremos darnos cuenta que no es tan fácil, pero es posible.

Por eso la frase de los alquimistas que dice: “quema tus libros y blanquea el latón”, el latón ya se sabe que está compuesto por cobre y el cobre está relacionado con Venus, la estrella de la mañana, es decir que eliminando de raíz esos defectos entonces podemos ir quitando esa sombra ennegrecida a través de trabajar internamente con amor, con desinterés.

Conforme se van eliminando esos defectos se va puliendo la piedra, se le va dando forma como dijeran los antiguos alquimistas y es entonces cuando se habla de los cuatro colores de la alquimia representados por cuatro animales empezando por el negro con el cuervo, el blanco con la paloma blanca, el amarillo con el águila amarilla y el rojo con el faisán rojo.

En las escrituras sagradas encontramos la famosa Arca de Noé en donde manda a un cuervo a buscar tierra y no regresa, indicándonos que la podredumbre no debe volver a nuestro interior, manda una paloma blanca y esta regresa con una rama de olivo, indicándonos que se ha logrado un triunfo interno.

También encontramos estos colores representados entre los reyes magos, que son simbólicos.

Pero si nos vamos a las culturas encontramos que entre los mayas por ejemplo sabían que la naturaleza no es algo mecánico, que está regida por principios inteligentes superiores, y una de sus deidades principales es el dios Chaac, asociado al agua y sobre todo a la lluvia. Su pueblo lo invocaba para obtener buenas cosechas y se decía que este dios moraba en las cuevas o cenotes, las cuales también eran la entrada al inframundo. Lo representaron como un hombre viejo con nariz larga y curva, cargando un hacha que representa el trueno o rayo.

Pero en un aspecto interno ellos sabían que si el agua es el símbolo de la vida para el planeta, dentro de nosotros el agua es la energía que nos trajo a la existencia y con la representación de su nariz inclinada hacia arriba nos indicaban que es un símbolo de que la energía debe ser transmutada a un nivel superior, por eso le dieron cuatro aspectos relacionados también con los cuatro puntos cardinales, cada uno caracterizado con los cuatro colores de la alquimia medieval tal como lo hemos venido platicando, que son los niveles de purificación en el proceso del desarrollo interior, negro, blanco, amarillo y rojo:

Todo este conocimiento alquímico iniciando desde el cuervo nos invita a la sabia utilización de nuestra energía creadora para poder avanzar internamente

Y es que utilizando correctamente esta energía podremos comprender aquella frase que existe en el interior de la basílica ojival de Notre-Dame de Lépine (Marne) un pozo milagroso, llamado Pozo de la Santa Virgen y en la mitad del coro de Notre-Dame de Limoux (Ande), un pozo análogo cuya agua cura, según dicen, todas las enfermedades y en el que puede verse esta inscripción:

Omnis qui bibit hanc aquam, si fidem addit, salvus erit (Cuantos beban de esta agua, si además tienen fe, gozarán de buena salud).

Enviado por: María Guadalupe Rodríguez Licea. Comisión ICQ por Internet.

Bibliografía: Samael Aun Weor (Tarot y Cábala, Mirando al Misterio, La Piedra Filosofal). Fulcanelli (Los misterios de las Catedrales).

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