Llave 10

Llave no. 10 de Basilio Valentín.

Sin duda Basilio Valentín como iniciado nos comparte los principios con los cuales podemos alcanzar la Gran Obra del Padre, usando lenguaje alquimista medieval, él formó y alcanzó la piedra filosofal, y así empieza su décima llave: “En nuestra Piedra, compuesta por mí y por aquellos que me han precedido mucho tiempo”.

Nos señala que en ella están todas las propiedades y cualidades del mundo: el calor intenso, necesario para cambiar al gélido Saturno, transmutándolo suavemente en oro, pero de igual manera es frío para atemperar al ardiente Venus, y coagular el Mercurio, transmutándolo también en oro fino. Hace a cada planeta, a cada principio humano y divino, actuar y rendir los frutos para los que está llamado, perfeccionándolos.

En la Piedra Filosofal, que es el Cristo interno, están todas las cualidades y la sapiencia para lograr la gran obra, y en el proceso, darnos el calor espiritual intenso que aleje el frío de la rutina, del cansancio, de la impaciencia en el trabajo interno, y de igual manera, contine el frío que atempera la intensidad de los impulsos que, sin sabiduría y resguardo, pueden desviarnos del sendero. Por ejemplo, es interesante saber de los poderes internos en el ser humano, pero trabajar codiciando su desarrollo sin tomar en cuenta nuestra purificación, puede hacernos buscar allá donde hay confusión y desviarnos.

Basilio Valentín insiste en la necesidad del trabajo arduo y paciente ya que solo así la Piedra alcanzará la perfección:

“De la misma manera, debes tener una paciencia considerable al preparar nuestro Elixir, si quieres que se convierta en todo lo que deseas que se convierta. Ningún fruto puede crecer de una flor que ha sido arrancada antes de tiempo. El que tiene demasiada prisa, no puede perfeccionar nada, pero es casi seguro que estropee lo que tiene entre manos. Acordaos, pues, que, si nuestra Piedra no está suficientemente madura, nada podrá madurar.”

El maestro Samael nos recomienda respecto al trabajo alquimista: “Lo importante es que haya continuidad de propósitos, si se quiere llegar a la meta; que el entusiasmo no sea pasajero, que el entusiasmo persista durante toda la vida.”

Continúa el benedictino Basilio Valentín:

“La Piedra se prepara en un horno vacío, con una triple línea de circunvalación, en una cámara bien cerrada. Se somete a una cocción continua, hasta que se eliminan toda la humedad y las nubes, y el Rey alcanza una estabilidad indestructible, y ya no está expuesto a ningún peligro o daño, porque se ha vuelto invencible.”

El trabajo de alquimia sexual es interno, en matrimonio, en cámara bien cerrada, no solo en el aspecto físico sino también en lo interno, definidos, disciplinados, bravos, y sometiendo la piedra a trabajos y “cocción” o purificación interna constante, purificación y dominio de nuestros impulsos creadores como hombre y mujer hasta alcanzar la perfección y por lo tanto, volver al Rey interno invencible. Ese es el camino.

Y una vez alcanzado… ¿Qué facultades tiene? Basilio Valentín nos lo explica:

“Es la Medicina universal e inmaculada, ya que expulsa lo que es malo, y preserva lo que es bueno, y es el correctivo indefectible de todas las sustancias imperfectas o enfermas.”

El trabajo no termina obteniendo la Piedra, sino que continua para el iniciado y devoto, lo que nos recuerda el tercero entre los tres factores de la revolución de la conciencia: Nacer (trabajo alquimista sexual), morir (eliminando el mercurio seco, los yoes, y el azufre arsenicado, el fuego pasional) y el sacrificio por la humanidad en las siguientes palabras de la Décima llave:

“Quienquiera que obtenga esta Piedra, debe permitir que toda su vida sea una expresión de su gratitud hacia Dios en bondad práctica hacia sus hermanos que sufren, para que después de obtener el mayor regalo terrenal de Dios, pueda heredar la vida eterna.”

La gráfica de esta llave nos representa que el poder sexual creador y que es el origen de todo en el universo, desde una inmensa estrella hasta una humilde flor, desciende lo alto, y contiene los siguientes textos y elementos:

“NATVS SVM EX HERMOGENE.” Soy nacido de Hermógenes (filósofo griego), pero representa a Hermes, el arte hermético. La Piedra nace del mercurio filosofal, las aguas sexuales.

“HYPERION ELEGIT ME.” Hiperión me eligió. Hiperión es un titan de la mitología griega, pero aquí nos representa al sol espiritual en lo alto.

“ABSQ IAMSVPH COGOR INTERIRE.” Sin Iamsoph estoy destinado a perecer. Se dice que es una referencia al Mar Rojo, pero también al poder de Dios que lo dividió a través de Moisés…

Vemos en el interior del triángulo el símbolo del Sol, el hombre; de la Luna, la mujer y del Mercurio que es el aspecto creador sexual que los une.

Lo acompañan algunos textos en hebreo del que no ha sido posible identificar su significado y traducción.

Enviado por: Rubén Soto Orozco. Gnosis por internet en francés.

Llave no. 10 de Basilio Valentín.

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