Sinceridad (sacca)

PINTURA:LA SINCERIDAD DE DIÓGENES, GIOVANNI BATTISTA LANGETI, 1640.

PINTURA:LA SINCERIDAD DE DIÓGENES, GIOVANNI BATTISTA LANGETI, 1640.

Muchas cualidades en la vida del ser humano lo acompañan desde que nace hasta la muerte; bien sabemos que el rayo de la muerte, esa tensión de altísimo voltaje, provoca el desprendimiento del alma del cuerpo físico y a todos ha de llegarnos ese momento.

Mientras tanto el ser humano, en lo más profundo de su ser, anhela la autorrealización, lamentablemente el estado de inconsciencia en el que llevó su vida, estuvo teñida de un auto engaño, causa del sueño y la ignorancia, las cuales sirvieron para manifestar el obstinado ego, alejándolo de la sinceridad y llevándolo a una vida de actuaciones, según los diferentes agregados psicológicos que, como actores de una obra de teatro, movieron a la persona como a un títere, lo más lamentable es saber que, a pesar de que el ser humano intuía la perversidad del ego con la que era manipulado, dejóse llevar en pensamiento, sentimiento y emociones por esos agregados psíquicos.

Bien bastaba un poco de auto observación para descubrir a todos esos actores en las obras de teatro presentadas en la mente o en el mundo astral, de las emociones, o en el mundo físico, llevando a consecuencias desagradables, en otras un tanto funestas e incluso enfermedades.

Algunas esencias, presintiendo toda esa vorágine de dominio del ego sobre la personalidad y recompensas fútiles, revelándose ante todo ello, ha querido comprender al ego y toda su multiplicidad de secuaces psicológicos; para deshacerse de ellos, ha creído que la única manera de escapar al poder de tal o cual yo es observarlo cada vez con más claridad, con el propósito de comprenderlo, para volverse consciente del mismo.

Piensan esas gentes que, si uno se separa eventualmente de este o aquél yo, aunque sea por el grosor del filo de un cuchillo, de esta manera dicen, el yo separado por la consciencia, parece como una planta cortada.

Hacerse consciente de aquel yo, según ellos significa separarlo de nuestra psiquis y condenarlo a muerte.

Incuestionablemente tal concepto, aparentemente muy convincente, falla en la práctica.

El yo que mediante el cuchillo de la consciencia ha sido cortado de nuestra personalidad, arrojado de casa como oveja negra, continúa en el espacio psicológico, se convierte en demonio tentado insiste en regresar a casa, no se resigna tan fácilmente, de ninguna manera quiere comer el pan amargo del destierro, busca una oportunidad y, al menor descuido de la guardia, se acomoda nuevamente en nuestra psiquis. lo más grave es que dentro del yo desterrado, se encuentra siempre embotellada, cierto porcentaje de esencia, de consciencia.

Todos los que así piensan, jamás han logrado disolver ninguno de sus yoes. Jeropas, el tiempo, los devora, la vida se les termina, la guadaña de Saturno corta su cordón plateado y son alcanzados por la muerte, habiendo encontrado solamente un destino fracasado.

Por mucho que se intente evadir la cuestión esa del Kundalini, el problema es muy grave, en realidad el hijo ingrato no progresa jamás en el trabajo esotérico sobre sí mismo.

Lamentablemente, el hijo ingrato es aquel que desprecia a Isis, la divina madre cósmica particular, individual.

Nuestra divina madre Isis, es una de las partes autónomas de nuestro Ser, pero derivado, a quien, con profunda devoción, podemos suplicar, descorra el velo de la ignorancia de nuestros ojos, para reconocer con sinceridad, nuestra realidad. Kundalini es una palabra compuesta, Kunda viene a recordarnos al abominable órgano Kundartiguador; “lini” en un término atlante que significa fin.

Kundalini quiere decir, fin del abominable órgano Kundartiguador.

Si usamos el antídoto de la claridad en pensamiento, sentimiento y emoción, y con la plegaria a nuestra madre divina Kundalini, con el poder de la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, puede desarrollarse en nosotros la esmeralda preciosa de la sinceridad.

Cuando la serpiente sube, es Kundalini, resplandece el perfume delicioso de la sinceridad; cuando baja, es el abominable órgano Kundartiguador que se oculta y agazapa como actores tenebrosos entre las sombras, ocultando la verdad.

Mediante el tantrismo blanco, la serpiente asciende victoriosa por el canal medular espinal, despertando los poderes que divinizan, que enaltecen y que permiten al ser humano la sinceridad en el trabajo y la sinceridad con los seres que le rodean.

Ella, la serpiente Kundalini, es la única capaz de liberar la consciencia, desintegrando los agregados psicológicos que la tienen atrapada. Solo la serpiente ascendente, por oposición, puede despertarnos.

Esta verdad es un axioma de la sabiduría hermética. La voluntad consciente está siempre representada por la mujer sagrada, María, Isis, que aplasta la cabeza de la serpiente descendente del Kundartiguador. Practicad la sinceridad, buscando la introspección, descubriendo el velo con un sentido común en el diario vivir. Colocaos en un estado sin juicio y sin miedos y la sinceridad aparecerá acompañado de vuestra divina madre Kundalini.

FRANCISCO ISMAEL MORENO LUNA.

BIBLIOGRAFÍA LA GRAN REBELIÓN, V. M. SAMAEL AUN WEOR.

PINTURA:LA SINCERIDAD DE DIÓGENES, GIOVANNI BATTISTA LANGETI, 1640.

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