LA CANELA

Apenas recientemente los científicos se maravillan con todo lo que sucede a nivel sub atómico, en el campo de la física cuántica con las partículas mucho más pequeñas que un átomo. En una necedad increíble, sostienen que los fenómenos se ven alterados por la conciencia. Nunca jamás consideran, ni por lo remoto, que es la conciencia quien nos observa. Ignoran qué es la conciencia.

Imagen de la Canela imagen gratuita

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Si proyectan un haz de luz sobre dos rendijas, ésta se comporta como vibración o como partícula. Dependiendo si alguien la observa o no. Ignoran que la luz está animada, que hay conciencia en lo que neciamente buscan a través de instrumentos y del reducido intelecto atado por los sentidos. No saben que es la luz quien nos observa.

El universo está animado. Cada átomo es un trino de energía, vibración y conciencia, presentes en cada elemento de la naturaleza. Hay vida, hay existencia consiente en los elementos aparentemente inanimados del universo entero y en todas y cada una de las criaturas que viven y sienten. Son criaturas que habitan en la cuarta dimensión, más allá de nuestro mundo tridimensional llamadas elementales.

Pueden tomar la forma de pequeños niños, criaturas brillantes, como pequeños duendecillos, dependiendo del elemento que los rige. Nosotros mismos fuimos elementales de la naturaleza en tiempo muy remoto.

Luego de emerger del reino sumergido donde el ego es desintegrado, iniciamos un nuevo ciclo evolutivo en la rueda del Samsara, partiendo desde el reino mineral, luego tomando diversos cuerpos de organismos animados unicelulares, plantas, animales. Hasta la cúspide como humanoides en donde tenemos la oportunidad de liberarnos de este ciclo del eterno retorno.

En todo ese trayecto fuimos elementales del fuego, del aire, de minerales, de plantas, animales, dependiendo del rayo que rige nuestra propia esencia.

Los elementales se narran en las tradiciones de todas las culturas, como hadas, gnomos, salamandras. Tienen poder sobre las tormentas, el fuego, las mareas, el viento, los terremotos, las erupciones. También sobre los procesos fisiológicos del ser humano donde se hallan representados en nuestros órganos internos. Tienen influencia sobre nuestra salud, de su desequilibrio sobreviene la enfermedad.

Nos ocupa el elemental de la canela. Este maravilloso árbol de cuya corteza se obtiene un producto que ha sido señalado como medicinal en diversas culturas. Como té, pulverizado, para masticar, como especia, se ha demostrado en diversos estudios médicos, su utilidad en el control de la diabetes, como anti inflamatorio, en la prevención del cáncer.

Muchos estudios médicos de rigor científico lo asocian al control de la hipertensión, en las enfermedades de la tiroides, tal que se puede encontrar como producto farmacéutico.

La Alegría de Vivir, Eugenio Zampighi, 1900

La Alegría de Vivir, Eugenio Zampighi, 1900

El elemental de la canela adopta la forma de niños alegres y juguetones. Como quiera que la constitución de nuestro organismo se edifica sobre los elementales, es imposible logar la restauración de nuestra salud mientras la mente se encuentre agitada por nuestro ego animal.

Vivimos en nuestro interior verdaderas tempestades por las preocupaciones, el desánimo, nos identificamos con los problemas de la existencia mecánica lo que provoca una agitación violenta de nuestros propios elementos. El resultado es la enfermedad.

El elemental de la canela se asocia con la alegría, con el optimismo y la cordialidad. Tiene el poder de restaurar la energía vital gastada. Es útil en niños, ancianos y mujeres embarazadas. Influye en la cordialidad, la actividad y el optimismo.

Hacer uso de ella con reverencia, suplicar a nuestro propio intercesor elemental para que restaure nuestra fuerza física, psíquica, sexual debe ir acompañado siempre del trabajo sobre sí.

Es imperioso entonces, eliminar de nuestra psique el pesimismo, el desánimo, la falta de cordialidad y de cooperación.

Debemos tomar la vida con alegría, sin importar las adversidades ni el grado de dificultades con que nos encontremos. Que el elemental de la canela te guíe de la mano, indiferente al derrotismo, a la tristeza o la depresión. Son todas simples ilusiones.

Rafael Merazo Peralta

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