El Manzano
El cantar de los cantares, Julius Schorv Von Carlsfels, 1860 ilustración.
Mucho escuchamos sobre elementales de la naturaleza, desde que somos niños en los cuentos de hadas nos hablan precisamente de estos elementales, lamentablemente conforme vamos creciendo vamos perdiendo todo interés hacia estas cosas y vamos suponiendo que son meras fantasías de niños, sin embargo todo lo que tiene vida tiene alma, espíritu, y cada una de estas almas o espíritus tienen una misión en la existencia, para poder comprender esto debemos dejar a un lado el escepticismo y tratar de ver más allá del materialismo y entonces nos podremos sorprender de todas las maravillas que la misma naturaleza encierra con todo su conocimiento, su enseñanza que incluso pueden ayudarnos a nosotros como seres humanos.
En este caso trataremos de ver en qué aspectos nos puede ayudar el maravilloso elemental del manzano, que como dijimos nos estamos refiriendo a la parte espiritual o el alma de este maravilloso árbol.
Si nos remontamos a las escrituras antiguas encontramos que se menciona que cuando la humanidad comió de la fruta prohibida, fue arrojada del paraíso, esa fruta prohibida es precisamente el fruto del manzano, para poder comprender mejor esto veamos los siguientes versículos:
"Como el manzano entre los árboles del bosque, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra placentera me he sentado, y su fruto es dulce a mi paladar." (Cantares 2:3).
Si añadimos la parte el fruto prohibido:
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás." (Génesis 2:16-17).
Entonces concluimos que está relacionado con la fuerza creadora esa fuerza maravillosa que nos trajo al tapete de la existencia.
Pero ¿que nos quiere decir esto, qué conocimiento nos quisieron entregar?
Para empezar como ya lo mencionamos el manzano tiene su alma o principio anímico, que es una criatura elemental bellísima, si se logra ver con los ojos del alma, suele aparecer como una novia cuando se va a casar, regiamente vestida de blanco.
Este elemental tiene ciertos poderes, o virtudes con los cuales si sabemos implorar a este elemental podemos pedir su auxilio en lo que éste elemental rige por ejemplo: ayudar a sembrar armonía en los hogares, o pedir ayuda para alguna mujer abandonada por un mal hombre, no para que cambie el hombre o que regrese pero si que encuentre esa paz que en ese momento claro está, necesita, pero siempre tenemos que recordar que todo se mueve de acuerdo a esa ley que muchas veces nos olvidamos y que es la ley del karma
El Manzano, 1921 de Ernst Ludwig Kirchner
Para ponernos en contacto con este elemental lo podemos hacer con un mantram, recordando que los mantrams son como palabras mágicas que nos ayuda en este caso a invocarlo, éste sonido mágico es: "EBNICO ABNICAR ON".
En los mundos internos existe un sagrado templo donde oficia el ángel elemental que gobierna a este maravilloso árbol. Este templo está iluminado por tres lámparas eternas.
La primera lámpara es como la fuerza ígnea de la estrella de la aurora. La segunda lámpara es como el fuego azul del Padre, y la tercera lámpara resplandece con la blancura inmaculada de la perfecta castidad
Para realizar esta práctica necesitamos poner un tapete en el suelo junto al árbol, relajar nuestro cuerpo y nuestra mente, y con mucha voluntad pedir por la persona que queremos ayudar y pronunciar el mantram que ya hemos mencionado, una vez que hagamos el mantram pedir que todo se cumpla de acuerdo con la ley divina.
Para que estas prácticas funcionen necesitamos recobrar la inocencia de la infancia, esa inocencia en la que no nos amargamos tanto la existencia con tantos razonamientos, pues por sí misma la mente no puede realizar maravillas, aclarando que no podemos llamar maravilla a levantar una cuchara con el poder de la mente o tratar de dominar las mentes ajenas para que queden bajo nuestro dominio, es como suponer que podemos escribir una carta por ejemplo teniendo solo la pluma, pero no el papel; estas prácticas van más allá
Y sobre todo necesitamos reafirmar la enseñanza en nuestro corazón para realmente poder ayudar sin perjudicar, y dejar atrás esas malas acciones para poder sentarnos debajo de estos grandes elementales y realmente poder pedir su ayuda.
María Guadalupe Rodríguez Licea
IMAGENES: El cantar de los cantares, Julius Schorv Von Carlsfels, 1860 ilustración. El Manzano, 1921 de Ernst Ludwig Kirchner