El Doctor Fausto

Imagen 1: Fausto. Rembrandt. 1650).

El Doctor Fausto, honorable aristócrata, maestro que vivió en la época de la edad media, era reconocido como mago y encantador (1528), realizaba extraordinarios prodigios en la corte de Praga; se narra que se rodeaba de animales, a quienes consideraba poseedores de facultades y poderes especiales.

Un ejemplo de sus anécdotas es la del señor Telendo, morador de la mansión “El Áncora”, en Erfurt Alemania, quien realizó una gran fiesta e invitó a la aristocracia de la región, los convidados solicitaban la presencia de Fausto, sabiendo que era gran amigo del anfitrión, Telendo declaró que era imposible verlo, dado que estaba en Praga.

Entre las copas y el vino, los invitados llamaban a Fausto para que acudiera al festín y fue sorprendente el hecho de que momentos después, alguien tocó la puerta, uno de los siervos avisó al señor Telendo que era Fausto, y, sorprendido dijo que eso era imposible porque Fausto estaba en Praga, sin embargo, era él.

Se le abrieron las puertas, fue recibido con honores y más tarde se le interrogó cómo había logrado llegar de tan lejos en unos instantes.

Fausto respondió: «Se lo debo a mi caballo; como los señores, vuestros huéspedes, deseaban verme tan vivamente y me llamaban, he querido rendirme a sus deseos y aparecer en medio de ellos, aunque no pueda quedarme mucho tiempo porque es preciso que mañana al amanecer esté de vuelta en Praga».

Además del acto mágico de su caballo, se cuenta que, en la fiesta, Fausto convirtió los líquidos de algunos recipientes en vinos de las mejores cosechas, similar al milagro de Jesús en las bodas de Caná en Galilea.

Se dice que su caballo, se convertía por obra de magia en Pegaso, gracias a lo cual, se hacía presente en lugares distantes en cuestión de segundos.

“Mago” o “magia”, del Laín “mag”, significa acción sobre la naturaleza, un mago es aquél que actúa conscientemente sobre los elementos y elementales. La palabra animal, a su vez, proviene de “ánima” o alma, para dar a entender que son seres con esencia, llamada por Paracelso “elemental”. Los elementales o esencia de los animales, radican en la cuarta dimensión y se manifiestan en sus cuerpos físicos, ya sea de caballos, perros, gatos, tigres, águilas, etc., poseen habilidades para conectar el cuerpo físico con el cuerpo vital y cuando el mago lo solicita, le ayudan a atravesar la cuarta dimensión en estado de jinas.

Es claro que las prácticas o acciones jinas (de la cuarta dimensión) implican fuerzas superiores reconocidas por Goethe en su magistral obra “Fausto” a través del extraordinario “Mefistófeles”, aquel ser que representa la tentación y a quien Fausto debe vencer para liberarse de su arbitrio.

El enigmático Mefistófeles es representado en las culturas mesoamericanas como el Xólotl o jaguar sagrado. Los aztecas manifestaron el uso de estas fuerzas a través de los caballeros tigres y los caballeros águilas, como seres que podían transformar su humana figura en animales.

Imagen 2: Fausto y Mefistófeles. Anton Kaulbach Silgo XIX.

Ocelotl Tonatiuh (Sol de tigres), uno de los veinte fundadores de Tenochtitlán era el jefe de los místicos guerreros tigres, sus adeptos pasaban por terribles pruebas para poder aprender a manejar la imaginación y la voluntad al grado de convertirse en tigres.

En los antiguos códices de Anáhuac se refiere a los caballeros tigres, acostados sobre pieles de este felino invocando a los ángeles protectores de este maravilloso animal, imaginaban en momentos de veneración, ser tigres de verdad.

La imaginación era considerada femenina y la voluntad masculina; la clave de la ciencia jinas combina mágicamente estas dos fuerzas.

En la civilización de Anáhuac, el tigre era considerado sagrado, por lo cual los caballeros tigres se identificaban plenamente con el felino en estado de arrobamiento y después, llenos de fe, se ponían a caminar con manos y pies, imitándolo y pronunciando la frase ritual: “Nosotros nos pertenecemos”, después, completamente transformados, se dirigían al templo de Chapultepec.

Así es como los sacerdotes de Anáhuac nos entregaron las claves psicológicas y metafísicas para transformarse en tigre. Psicológicas porque los caballeros tigres mostraron la necesidad de imitar la psicología felina para vencer las tentaciones, auto observar las debilidades humanas, como el miedo, el apego, el escepticismo, la intransigencia y desintegrarlas con sagacidad e inteligencia y metafísicas porque comparten la clave ritual, que ahora, con imaginación y voluntad, unidas en vibrante armonía, podemos practicar.

Susana Margarita Rodríguez Licea. Comisión eventos y finanzas, ICQ.

Bibliografía: Doctrina Secreta de Anáhuac (Procedimientos jinas), Misterios mayas (descripción del jaguar), Conferencia “Psicología experimental”.

Imagen 1: Fausto. Rembrandt. 1650).

Imagen 2: Fausto y Mefistófeles. Anton Kaulbach Silgo XIX.

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