Anubis, Jerarca del Karma

Anubis, jerarca de la Ley del karma. Obra de teatro del Congreso Gnóstico Infantil 2021.

Anubis, jerarca de la Ley del karma. Obra de teatro del Congreso Gnóstico Infantil 2021.

Estimados lectores de esta maravillosa revista Sabiduría del Ser, hablaremos del Jerarca del Karma, en el Egipto de los faraones de la raza Atlante fue el gran maestro Anubis.

Su máscara de chacal o lobo emplumado simboliza que nada se le escapa a la ley, no existe nada arriba de la del karma, todo lo que acontece en el universo se coordina y somete a esta ley extraordinaria.

En el palacio de la Ley, se ven por doquier balanzas y espadas.

Anubis, el gran arconte de la ley, está asesorado en su trabajo por cuarenta y dos Jueces. El templo de la Ley se encuentra en el mundo astral o quinta dimensión.

En el tribunal sólo reina el terror de amor y justicia. En donde existe un libro con el debe y haber, para cada persona, en el que se anotan minuciosamente a diario nuestras buenas y malas acciones. Con las buenas acciones ganamos monedas cósmicas que los maestros acumulan para nuestro beneficio. Las malas acciones las pagamos con monedas cósmicas si las tenemos o las pagamos sufriendo el mismo dolor que ocasionamos.

¨El que tiene buenas obras paga y sale bien librado en los negocios¨.

En ese tribunal también se encuentran abogados defensores y podemos solicitar crédito a los señores de la Ley. Pero todo se paga, nada se consigue regalado. Los créditos solicitados se pagan con trabajos desinteresados e inspirados en amor hacia los que sufren. Es decir, trabajando por la humanidad.

No solamente se paga karma por el mal que se hace, sino también por el bien que se deja de hacer, pudiéndose hacer. Nadie se puede burlar de la Ley.

Es importante conocer y aprender íntegramente las bases y el ¨modus operandi¨ de la Ley del Karma para modificar nuestros actos, formar hábitos superiores, combatir debilidades, fortalecer virtudes, etc.

Lo más que podemos hacer es aprender a manejar nuestros negocios. Y el mejor negocio es: Hacer buenas obras de manera consciente y con ellas ganaremos monedas cósmicas y podremos pagar nuestras deudas.

Una representación de un chacal símbolo de la Ley, Hotel Real Plaza S.L.P. Foto; Jenaro Reyes y Lupita Rodríguez.

Una representación de un chacal símbolo de la Ley, Hotel Real Plaza S.L.P. Foto; Jenaro Reyes y Lupita Rodríguez.

La ley del Karma es una ley de compensación, no de venganza. Cualquier acción que hagamos buena o mala tiene sus consecuencias. Tenemos libre albedrio y podemos hacer lo que queramos, pero es claro que tenemos que responder ante Dios por todos nuestros actos. Esta ley de acción y consecuencia gobierna el curso de nuestras variadas existencias, y cada vida es el resultado de la anterior.

El maestro Samael nos relata una experiencia de su vida pasada. El maestro era miembro de una ilustre familia de la aristocracia, vivía en Austria de acuerdo con las costumbres de la época; presumían demasiado con aquello de la sangre azul, los difíciles ascendientes y notables abolengos.

Su hermana se enamoró de un hombre muy pobre y es claro, hicieron escarnio de la mujer. Decían que había manchado el honor de la familia. De aquel amor nació un hijo, pero desafortunadamente su hermana quedó viuda.

La hermana no regresa con su familia, prefirió vivir sola con su hijo. El maestro ayudó a su hermana e hijo. Desafortunadamente hay veces en que por no faltar uno a la piedad, se vuelve despiadado.

Cuenta el maestro que él se volvió despiadado. Con el propósito de que su sobrino recibiera una robusta, firme y vigorosa educación, lo internó en un colegio, sin importarle los sentimientos de su hermana; cometió el error de prohibir a la sufrida mujer visitar a su hijo; pensaba que así su sobrino no recibiría perjuicios de ninguna especie y podría llegar a ser un gran señor, etc.

El camino que conduce al abismo está empedrado con buenas intenciones. ¡Cuántas veces queriendo uno hacer el bien hacemos el mal! Sus intenciones eran buenas pero el procedimiento equivocado; sin embargo, él creía firmemente que estaba haciendo lo correcto.

La hermana sufría demasiado por la ausencia de su hijo, no podía verle en el colegio, le estaba prohibido. A todas luces resalta que hubo amor para el sobrino, pero crueldad para su hermana; sin embargo, creía que ayudando al hijo ayudaba también a su madre.

Dentro de cada uno de nosotros, en esas regiones íntimas donde falta amor surge como por encanto el policía del karma, el Kaom. No es posible huir de los agentes del karma, dentro de cada uno de nosotros está el policía que inevitablemente nos conduce ante los tribunales.

Pasaron muchos siglos y por ley de recurrencia (que toda nuestra vida se repite más las buenas o malas consecuencias). En el siglo XX. El maestro Samael se reencuentra con todas las personas de aquella pasada existencia, todos los actores de esa escena.

En esta ocasión el repudiado por la familia es él, así es la ley. Su hermana se encontró con su marido. El maestro se encontró con su antigua esposa Litelantes.

El maestro Samael y su esposa, vivían cerca del mar; su hija estaba gravemente enferma, tenía una infección intestinal.

El caso era muy delicado, varios niños de su edad murieron en aquella época por la misma causa. Y su hija no sería la excepción. Intentaron por todos los medios curarla, pero los innúmeros remedios que se le aplicaron fueron francamente inútiles; en su rostro infantil ya comenzaba a dibujarse con horror ese perfil inconfundible de la muerte.

Ante aquel fracaso el maestro y su esposa decidieron visitar al dragón de la ley, a Anubis. El maestro y la maestra Litelantes sabían viajar consciente y positivamente en cuerpo astral. Así pues, sin problema alguno se presentaron juntos en el palacio del gran arconte, en el universo paralelo de la quinta dimensión. Aquel templo del karma resulta impresionable, majestuoso, grandioso. Allí estaba el jerarca, sentado en su trono, imponente, terriblemente divino.

Pidieron al jerarca de la Ley del Karma por la salud de su hija. La respuesta solemne del jerarca fue definitiva: "Concedido que tu hija sea sana". La niña fue sanada milagrosamente. El maestro Samael tenía con que pagar esa deuda, contaba con capital cósmico. La ley del karma no es una ley mecánica, no es una ley ciega.

Podemos concluir con esta pequeña historia, el maestro Samael con la muerte de su hija, tendría que sentir el mismo dolor del desprendimiento, aquella amargura que en épocas antiguas sintiera su hermana por la pérdida de su hijo.

Así mediante la gran ley quedaría compensado el daño, se repetirían escenas semejantes, pero esto vez la víctima sería el maestro Samael.

Afortunadamente el karma es negociable, no es una mecánica ciega.

Cuando se tiene capital cósmico es posible pagar nuestras deudas.

"Haz buenas obras para que pagues tus deudas".

"Al León de la Ley se vence con la Balanza". En la balanza cósmica están las buenas obras en un platillo y las malas obras en el otro platillo. Debe de estar más cargado el platillo de las buenas obras, de lo contrario si el patillo de las malas obras está más cargado entonces pagaremos karma con dolor y sufrimiento.       

"El que tiene con qué pagar, paga y sale bien en los negocios".

"Cuando una ley inferior es trascendida por una superior, la ley superior lava a la ley inferior".

Nuestras buenas obras con amor hacia los demás serán la ley superior que trascenderá o que lavará a la ley inferior.

La runa Rita es la runa de la Ley. Las runas son caracteres con poderes mágicos esotéricos conforman este alfabeto sagrado entregado por el Ángel Uriel en la antigua raza polar, que fue la primera de esta humanidad. Cada runa es un símbolo inteligente, símbolos que se deben imitar con el cuerpo físico. Al formar con nuestro cuerpo la figura de la Runa tenemos posibilidades de atraer fuerzas espirituales que nos ayudarán en el despertar de la conciencia. Debemos comprender y practicar esta Runa.

La presente práctica rúnica tiene el poder de liberar el juicio interior, de despertar la conciencia de los jueces.

 “Recordemos eso que se llama remordimiento, ciertamente esa es la voz acusadora de la conciencia. Si ya no tenemos o sentimos remordimiento, estamos de verdad muy lejos del juez interior, somos casos perdidos. Necesitamos con urgencia aprender a guiarnos por la voz del silencio, es decir, por el juez íntimo”.

Instructor Gnóstico Polo y su hija Dulce haciendo al Runa Rita

Instructor Gnóstico Polo y su hija Dulce haciendo al Runa Rita

Los mantras fundamentales de la runa Rita son: ra... re... ri... ro... ru...

Debemos abrir una pierna y un brazo. Así en esta posición verán nuestros estudiantes gnósticos que son ellos en sí mismos las letras rúnicas tal como se escriben.

Para realizar práctica, nos ponemos de pie, con nuestro cuerpo formemos la runa Rita. Mano izquierda en la cintura, la pierna izquierda la levantamos levemente hacia un lado y ponemos la punta del pie sobre el suelo.

Vocalizamos los mantrams sagrados: raaaaaa, reeeeee, riiiii, roooo, ruuuuu raaaa, reeeee, riiii, roooo, ruuuuu. raaaa, reeee, riiii, roooo, ruuuu.

Cada mañana al despertarnos, frente al sol que representa al cristo íntimo, nos preparamos para realizar esta práctica con el propósito de despertar la voz de la conciencia, el desarrollo del juicio interior.

Hasta aquí mis palabras.

Bibliografía: Curso Esotérico de Magia Rúnica. Capítulo 31.

Enviado por: Alma Liliana Carrasco Aguirre. Auxiliar de Internet. Chihuahua.

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