Coatlicue

Abordando este interesante tema, desprovisto del eurocentrismo decolonial, que al descubrir que se topan con una nación muy superior, borra de un plumazo la gran cultura mexicana y desde entonces vincularla a la mentira de pueblo salvaje, mentira, que persiste hasta hoy, hemos de señalar que, dentro de las sagradas deidades de la rica y antiquísima cultura mexicana, existe una llamada La Diosa Coatlicue, madre de Huitzilopochtli, Diosa madre que dejó trascendentales enseñanzas a su pueblo, enseñanzas que este pueblo agradecido con ella y solidarios con sus descendientes, dejaron plasmadas en este monolito que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la mítica Tenochtitlan, “Lugar del tenochtli, o nopal de tuna dura” hoy, Ciudad de México.

COATLICUE, INSTITUTO CULTURAL QUETZALCÓATL

COATLICUE, INSTITUTO CULTURAL QUETZALCÓATL

Este monolito que en su parte superior tiene dos serpientes que se miran de frente, simbolizan el divino principio dual, masculino y femenino: Ometecutli (el señor de la ley), Omecíhuatl (la señora del amor), el Padre - Madre del cual emanó todo el Universo.

Sus ojos, que dominan el adelante y el atrás, nos indican que debemos ser capaces de ver el camino, tanto físico como espiritual y andarlo, pues en ellos descubriremos todas las abominaciones que poseemos y así poder trabajar para darles fin; y como la Gnosis tiene varios significados, esos ojos señalan además, que debemos de saber encontrarnos en los ojos de nuestra pareja, porque Dios los unió por el vínculo del amor que es su potestad, de ahí su precepto que puntualiza: “Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre" de ahí el respeto y la tolerancia que debe existir en todo Matrimonio.

Sus lenguas, nos recuerdan el buen uso del verbo, que antes de hablar debemos analizar responsablemente, si lo que se dirá, es verdad, es bueno y es útil. El verbo fue creado para construir, no para destruir.

Sus pechos denotan su feminidad, además de indicar que ella, la bendita, es la que da vida, sabiduría y amor, es la madre naturaleza que nos alimenta física y espiritualmente y que tiene varias representaciones en distintas culturas del mundo.

Sus manos y corazones señalan que debemos ser más por lo que damos de corazón y no por lo que recibimos, son cuatro manos que se abren hacia afuera; relativo a este simbolismo, menciona el Axioma del Arcano No. 4 “Al trabajo de tus manos dad bendición y en el del pensamiento poned corazón.”

El 4 en cábala es poner buenas bases, saber combinar la vida material con lo espiritual, tener equilibrio. Las cuatro manos abiertas hacia fuera, dos a la derecha y dos a la izquierda, son también las de la Pareja Divina, que después de sublimar sus energías sexuales hacia su propio corazón, pueden dar amor por los cuatro rumbos del Universo y, Papá y Mamá pueden hacer lo mismo en todos los ámbitos del hogar, no hay problema que el amor no pueda vencer.

Sus antebrazos en forma de dos rectángulos perfectos, marcan que sus obras son perfectas; denotan la perfección, el arte en todo lo que hagamos; las manos de la bendita diosa muerte a cada lado del cuerpo de Coatlicue que en sí son dos serpientes, son los dos guardianes del templo del Dios vivo, son los dos cordones ganglionares semi físicos, semi etéricos del caduceo del Dios mercurio, emblema de la medicina actual, son las dos serpientes, llamadas en el oriente: ida y píngala que formando el Santo Ocho se enroscan en la médula espinal del estudiante que está trabajando con sus aguas de vida.

COATLICUE, INSTITUTO CULTURAL QUETZALCÓATL

COATLICUE, INSTITUTO CULTURAL QUETZALCÓATL

Su falda de serpientes entrelazadas, símbolo de matrimonio, de asociación para sagrados deberes, nos recuerdan la decencia sexual que deben practicar los solteros y los casados y así, llegar a dar muerte a todos sus yoes defectos, simbolizada esa muerte por el cráneo humano que tiene en su plexo solar, cráneo del cual cuelgan dos serpientes con la cabeza hacia abajo, simbolizando que todo lo que existe en el universo es producto del fuego sexual. Además, ese cráneo en el ombligo de la deidad no es el remate de su collar ni el broche del cinturón de su falda sino Coatlicue, la devoradora de hombres y diosa de la tierra y de la muerte, cuyo cuerpo de gruesa serpiente se proyecta al frente entre los muslos, desde el bajo vientre hasta los pies de la deidad. Ella se traga a los hombres que ya no tienen yoes y los guía a convertirse en serpientes emplumadas, en Quetzalcóatl. Ella se alegra cuando le damos muerte al ego, los agregados psicológicos deben ser eliminados de nuestra psiquis en forma consciente o en contra de nuestra voluntad. Ella es la que mata los defectos. El que no conoce las leyes de la Madre, no llegará jamás al Padre.

Son cinco los aspectos fundamentales de la divina Madre:

Es La inmanifestada Kundalini¸ secreta, oculta; es también la Isis Inefable, la Divina Madre espacio; es Coatlicue, la reina de los infiernos y la muerte; terror de amor y ley; es la Madre Natura particular individual; es la maga elemental instintiva.

Incuestionablemente Coatlicue entre los Nahuas, nos representa precisamente al tercer aspecto, de la Madre Divina, encargada de desintegrar los defectos psicológicos. Es la misma Proserpina entre los griegos o Hécate entre los egipcios. Diosa del cielo y de la tierra. Como Diosa de la Tierra tiene bajo su dominio a la naturaleza entera y a los elementales de la tierra, así como bajo su dirección trabajan los ángeles de la muerte.

Los lados de su falda se encuentran adornados por dos colgajos de plumas de quetzal, que bajan hasta los tobillos, alegoría de los misterios de la tercera fuerza, el Espíritu Santo que se expresa en nosotros a través de las aguas creadoras.

Sobre cada uno de sus pies dos ojos de Águila que tratan de ver hacia el Infinito y nos incitan al despertar de la conciencia, a saber ver el camino hacia el Padre.

En la parte baja, en el plano de apoyo de la escultura, en bajorrelieves, encontramos a Mictlantecuhtli, (señor del Mictlán) quien, junto con su mujer, Mictecacihuátl, reinan el inframundo. En el ombligo de Mictlantecuhtli se abre la boca del abismo para tragarse a las almas perdidas que no eliminaron sus defectos, por lo que serán purificadas por las malas en el inframundo y, ya purificadas, ser sacadas de ahí por la Madre Coatlicue y retornar al Padre como simples elementales de la naturaleza.

COATLICUE, FOTOGRAFÍA K. RANGEL (2025)

COATLICUE, FOTOGRAFÍA K. RANGEL (2025)

En la parte posterior de Coatlicue se encuentra un cráneo humano que parece abrochar el cinturón de su falda de serpientes, este cráneo simboliza a Tonantzin, madre de los dioses, oculta, olvidada por los hombres y mujeres de esta generación renuente a cultivar los valores trascendentales del espíritu.

Viste túnica acordonada que baja hasta sus pies, remata en una sola y enorme garra y termina en siete bolas alargadas, emblema de perfección, de sacrificio; perfección o virtudes, que mediante el sacrificio debemos conseguir los estudiantes; de su collar, donde la tiroides, cuelgan dos grandes lenguas de pedernal; sobre la túnica, pectoral acordonado que remata en seis borlas, emblema de creación; al frente, debajo del pectoral, a la altura del bajo vientre, encontramos un colgajo de finísimas saetas del cual cuelgan dos grandes lenguas de pedernal que, en conjunto, simbolizan al fuego universal de la creación.

De la preciosa serpiente que remata el conjunto del monolito emana un "sentimiento de maternidad" … así pues, la parte posterior, de los hombros a los pies, simboliza a Tonantzin, la madre de los dioses; su pecho de flácidos senos, adornado con collar de manos y corazones, simboliza a Coatlicue la sombra de Tonantzin. Tonantzin es vida, Coatlicue es muerte. Los hijos de Tonantzin son hijos del Espíritu Santo y de la castidad; los hijos de Coatlicue son hijos de la fornicación, del adulterio.

Los corazones purificados por el amor del hombre y la mujer durante la transmutación sexual son el símbolo maravilloso del refinamiento del cuerpo y el Alma.

La bendita Diosa Madre del Mundo tiene, en el hombre y la mujer, la forma de una Serpiente, enroscada tres vueltas y media en el cóccix; serpiente que amorosamente llaman los indostaníes Devi Kundalini Shakti, esa es la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes que despierta cuando transmutamos constantemente nuestras energías creadoras y asciende victoriosa por la medula espinal despertando los chacras o poderes ocultos del ser humano.

IMÁGENES GRATUITAS DE LA RED.

IMÁGENES GRATUITAS DE LA RED.

Los estudiantes, como parte del trabajo, debemos cristalizar en sí mismos las Ocho Virtudes del Kundalini que son:

1) Que haya comprensión: Debemos saber discernir entre lo que es bueno para nosotros y lo que no.

2) Que haya paz: Si no hay paz interior no podrá haber paz exterior, lo exterior es el reflejo de lo que interiormente somos.

3) Que haya voluntad: para eliminar nuestras lacras internas, para transmutar nuestra simiente creadora y para sacrificarnos por la humanidad.

4) Recta manera de pensar. (que se traduce en buenas obras).

5) Recta manera de sentir. (que se transforma en empatía, en altruismo, en filantropía).

6) Recta manera de obrar y ganarse la vida, no podemos ganarnos la vida vendiendo bebidas embriagantes, vapeadores, drogas, órganos humanos, personas, armas, matando, especulando, extorsionando, etc.

7) Que haya amor: amar el trabajo esotérico, que haya amor en nuestro verbo, en nuestros sentimientos, pensamientos y acciones.

8) Fidelidad al Ser, al Gurú y al Cónyuge.

Es, pues, el tercer aspecto de la Madre Divina, un principio gnóstico fundamental para todo aspirante a la transformación radical. Ella, la bendita, es la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, es la Madre Divina quien favorece al iniciado cuando éste es devoto, practicante, fervoroso, reverente y piadoso.

JOSÉ ISABEL MAURICIO VARGAS

IMAGENES: FOTOGRAFÍA COATLICUE, INSTITUTO CULTURAL QUETZALCÓATL COATLICUE, FOTOGRAFÍA K. RANGEL (2025) IMÁGENES GRATUITAS DE LA RED.

Descargar en: Word | Word Comprimido | Pdf | Solo Texto | Índice | 01 | 02 | 03 | 04 | 05 | 06 | 07 | 08 | 09 | 10 | 11 | 12 | 13
Suscribirme