Iniciaciones Aztecas
Ahora, en esta ocasión vamos a hablar sobre el trabajo esotérico gnóstico de un Iniciado entre los aztecas.
Los aztecas, como muchas culturas: los mayas, los incas, los egipcios, los griegos, los persas, los caldeos, los hindúes, en las épocas milenarias sabían que íbamos a llegar a estos momentos en donde nuestra vida se ha convertido en un verdadero caos, y no encontramos la salida, y muchos de nosotros queremos encontrar la Verdad y el objetivo verdadero de nuestra existencia.
Crucifixión, Anónimo Sienés, 1350
Vamos a hablar sobre lo que nos dejaron nuestros antepasados aztecas que es el camino, el sendero para transformarnos. De esto nos habla el libro “Magia Crística Azteca”
Primero, vamos a definir lo que es “Magia Crística” “Magia” es el arte de influir en nuestra naturaleza interior y “Crística” es de la dirección del Cristo, es el origen de todo lo que es, ha sido y será.
La palabra “azteca” quiere decir habitante y originario de Aztlán, Y Aztlán significa “Lugar de las Garzas” y Garza es símbolo de pureza. Por lo que Aztlán es un lugar de pureza, en el que habitaron la primer raza Polar de este planeta Tierra.
Los aztecas nos dejaron grandes enseñanzas para buscar el sendero que nos llevará a una transformación radical en nosotros. Estas enseñanzas las encontraremos en diversos códices, zonas arqueológicas, libros, etc. para seguir el conocimiento trascendental que nos llevará a la Auto realización Íntima del Ser.
Para ello, necesitamos de un trabajo consciente que nos lleve a unirnos con nuestro Íntimo, con nuestro Ser. Este trabajo requiere también de la desintegración de nuestros defectos o yoes y el sacrificio por la humanidad, es decir, la ayuda desinteresada con amor por nuestros semejantes. A este trabajo se le llama los tres factores de la Revolución de la Conciencia.
Este trabajo nos lleva a la unión con la Divinidad, y así regresaremos a nuestro lugar de origen con maestría.
Nuestro Íntimo se encuentra encarnado en nuestro cuerpo Humano, pero lo tenemos crucificado en el corazón. Pero cuando el hombre despierta de su sueño e ignorancia se entrega a su Íntimo.
Nosotros nos creemos solos en el Universo, separados de Dios y de nuestros semejantes. La verdad es que no estamos separados del Universo, de Dios ni de nuestros semejantes. Hemos de saber que en Dios somos, vivimos y nos movemos. Si esto lo supiéramos dejaríamos de luchar entre nosotros y la ignorancia, la miseria, el dolor, el mal, no existirán más sobre la Tierra.
“Como el hombre piensa, así es su vida”. Del pensar equivocado que tenemos nació la falsa conciencia y separación entre nosotros y nuestro Creador, entre nosotros y nuestros semejantes.
Rituales en la veintena de Izcalli, códice Florentino, dominio público
De ese estado de conciencia falsa, nace el ego, el yo, el mí mismo, el agregado de tipo psicológico, y tiene su morada en los cuatro cuerpos de pecado: el físico, el astral, el mental y el causal o de la voluntad. El Yo nació en la conciencia humana después de que fuimos expulsados del Edén.
Cuando el cuerpo físico muere, el Yo queda agazapado en el umbral del sepulcro, esperando que retornemos con un nuevo cuerpo para continuar realizando sus deseos de poder, riquezas, placeres. He ahí el resultado de nuestros problemas, sufrimientos, enfermedades, miserias.
No somos lo que creemos ser. Somos el Íntimo que los aztecas llamaron Quetzalcóatl, el Gemelo divino. El Íntimo tiene dos almas, una divina y otra humana, y un cuerpo séptuple, que son el físico, etérico, astral, mental, causal, de la conciencia y del Ser, cuerpos en cada uno de su manifestación, ya sea masculino o femenino que fueron dados por la Divinidad cuando fuimos expulsados del Edén.
El Íntimo es Dios en el hombre; el Yo es Satanás en el hombre. Ya el hombre liberado del pecado se convierte en un Maestro de sí mismo. Y puede reencarnar voluntaria y amorosamente para ayudar a la humanidad. Y si sigue por el camino estrecho del deber, del amor y del Sacrificio por la Humanidad, lo lleva directamente a la dicha sin límites.
El Yo se disfraza de un bello niño, pero ahora es más peligroso, más complicado, más astuto, más sutil; no quiere dinero, quiere poder, no quiere fama sino honores, y que lo reverenciemos, le besemos la mano, lo llamemos gran maestro.
El Yo escribe libros, dicta conferencias y goza hablando de sus grandes obras, le enloquecen los aplausos, para sus malas acciones tiene una justificación, una disculpa filosófica. Se deja crecer la barba y el cabello; simula santidad en todos sus gestos; a la ira la disfraza con la severidad, al orgullo con actitudes de mendigo, se desnuda sin recato para hablar de sus grandes poderes y le gustan siempre las sillas de primera fila.
El ser humano vive y se mueve al impulso de sus pasiones a tal grado que éstas gobiernan al mundo y vive muerto con respecto a Dios y al amor por sus semejantes. Y después de varios retornos a este mundo físico y algún día cansado de su doloroso peregrinar sobre la tierra y de su modo de ser, pensar, sentir y de amar, se detiene y retorna hacia el Amado.
El Mtro. Jesús se refiere a esta clase de hombres con la parábola del Hijo Pródigo, que simboliza el regreso a la Divinidad.
En la antigua Grecia, en la parte posterior de los Templos de Misterios dice: ¡Conócete a ti mismo! El propósito de nuestra existencia es conocernos a sí mismos como hijos de Dios, para lograr la transformación en un bello jardín en la Tierra, donde la libertad, la igualdad y la fraternidad sean ley de amor para toda la Humanidad.
Los aztecas nos dejaron plasmado el sendero para lograr esa transformación en nosotros. Tenemos algunos códices que son manuscritos que registran la historia, la cultura, la sociedad, la vida de los aztecas y las enseñanzas que nos dejaron para encontrar el camino que nos lleva de regreso a nuestro Padre. Algunos códices están en lengua náhuatl y otros en español.
Tenemos, por ejemplo, el Códice Boturini, que fue hecho en una tira de amate con 22 láminas que narran el peregrinaje de los aztecas a la fundación de México-Tenochtitlán.
Tenemos también el Códice Florentino que es un conjunto de doce libros creados bajo la supervisión de Bernardino de Sahagún entre 1540 y 1585. Es una fuente de información sobre la vida azteca en los años anteriores a la conquista española.
La Piedra del Sol, fotografía ICQ
Por otro lado, tenemos el códice Borgia que es de origen mixteca, está formado por 78 páginas, está hecho de piel de venado y se considera una de las fuentes más importantes para el estudio de los Dioses Aztecas y los elementos fundamentales gnósticos. Su lectura se realiza de atrás hacia adelante. Todos sus relatos escritos o alegorizados se orientan siempre hacia el Ser. Habla sobre Oráculos y Liturgia. Es el testimonio profundo e imponente del camino de la autorrealización Íntima del SER.
Les recomendamos escuchar el Congreso que se llevó a cabo en el año 2022 con el tema del “Códice Borgia ya que es muy interesante.
Existen también muchos códices que nos hablan de cómo encontrar el camino, el sendero para encontrar la Verdad y la felicidad que no tiene límites. Y lo importante es penetrar en el Absoluto, nuestro lugar de origen.
También está la Piedra del Sol, mejor conocida como el Calendario Azteca y es una síntesis perfecta de ciencia, filosofía, arte y religión. Además, se encuentra escrita la misma historia de la Humanidad.
Los sabios aztecas que tenían grandes conocimientos profundos y trascendentales dejaron para el porvenir el camino en símbolos, que nos puede conducir a una transformación radical para que los verdaderos buscadores de la Sabiduría la puedan encontrar. Vamos a hablar brevemente de su simbolismo.
En la parte central, encontramos a Tonatiuh, el Dios del Sol que es el luminoso, el que calienta, nos representa en lo micro cósmico el Íntimo, la parte más espiritual dentro del ser humano. Y en lo macro cósmico nos representa al Logos Solar.
En la parte superior o corona vemos al Anciano de los Días o Kether de la cábala, los tres aspectos de la divinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y vemos dos círculos que nos vienen a representar a los dos aspectos de la Divinidad: el aspecto femenino y masculino. Y con la perla simboliza al Santo Tetragrámaton Griego y juntos es el símbolo de la Trinidad más la Unidad que es lo Inmanifestado.
El pelo tiene relación con el cuidado que debemos tener con el uso de las energías creadoras. Las arrugas alrededor de los ojos, nos indica la Sabiduría que debemos adquirir y esto sólo se logra despertando la conciencia cuando realizamos nuestras actividades.
La Piedra del Sol
Los ojos del Dios Sol, son los ojos de nuestro Padre que todo lo ve, que nada se le escapa en lo que hacemos, pensamos y sentimos.
La nariguera nos indica la sabia combinación entre el aliento de la vida y el trabajo con las fuerzas masculinas y femeninas, y las plumas que vemos tres a cada lado, nos simbolizan el número 6 que nos representa es el cruce de esas fuerzas.
La lengua con figura de cuchillo de pedernal es el verbo, la palabra, el Logos. El cuidado que debemos tener con nuestro verbo, ya que tiene que ver con todo lo creado, puesto que tiene el poder de crear. El ojo simboliza la autobservación psicológica que debemos tener para descubrir nuestros agregados de tipo psicológico.
En las orejeras podemos observar que de un círculo emanan tres plumas de águila. El círculo es el símbolo de lo eterno. Y de ahí emana la trinidad conocida como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo como resultado el Santo Cuatro, el Tetragrámaton Griego.
Las orejeras nos simbolizan la necesidad de aprender a escuchar lo Divino, poner atención para escuchar la voz del silencio, la Sabiduría de nuestro Padre y cerrar nuestros oídos a la blasfemia, a la maledicencia, a los prejuicios y a toda la mala palabrería muy común en nuestros días.
A un lado del Gran Rostro, encontramos garras estrujando corazones humanos, que nos indica que debemos destruir nuestros defectos o yoes para lograr transformarnos. Los tres círculos en la garra nos indican la necesidad de trabajar con los Tres Factores de la Revolución de la Conciencia, que son: Nacer.: lograr el nacimiento segundo del que nos habla la Biblia, transmutando nuestras energías creadoras; Morir, desintegrar todos nuestros defectos y Sacrificio por la Humanidad ayudando desinteresadamente a la Humanidad.
Y por último tenemos los cinco adornos de pluma de águila, que nos viene a representar la Ley, el aprendizaje. Esto es que debemos ser buenos dueños de casa.
Alrededor de la figura de Tonatiuh se puede ver la fecha de “4 temblor” día en que será destruida esta quinta raza por fuegos y terremotos. Además, existen cuatro razas que nos antecedieron y que son los cuatro rectángulos alrededor de Tonatiuh.
La primera raza se llamó Polar o Sol de Agua, y perecieron por los tigres de Sabiduría; la segunda raza es la raza Hiperbórea o Sol de Jaguar, esta raza fue arrasada por fuertes huracanes; la tercera raza es la Raza Lemur o Sol de Lluvia de Fuego, que fue devastada por lluvias de fuego y la cuarta Raza es la Atlántida o Sol de Viento, tan conocida por nosotros y que fue destruida por el Diluvio Universal, del que hablan las diferentes religiones del mundo.
Detalles del calendario Azteca, imagen iStock imágenes gratuitas.
Después tenemos un círculo donde observamos los 20 días del mes porque el calendario azteca estaba conformado de 18 meses. Y tenía un calendario de 260 días que no corresponde a un ciclo de tiempo sino a una serie de actitudes humanas o sucesos o acontecimientos cósmicos, naturales y humanos interrelacionados entre sí. Cada uno de los días, está diseñados por jeroglíficos. Y cada jeroglífico tiene un símbolo y puede tener varios significados.
Cada día está relacionado con una deidad azteca, así como había dioses para los años, los meses, los días y las horas los cuales eran virtudes, atributos, desdoblamientos de la Deidad Invisible.
Luego tenemos los rayos solares, que es el símbolo de la luz que nos ilumina en el autoconocimiento del Ser, de la Gnosis, que nosotros mismos tenemos que descubrir. Los cuatro rayos solares, que alegorizan al fuego, los más grandes forman una cruz y nos vienen a simbolizar la cruz, la unión magnética de las fuerzas masculinas con las fuerzas magnéticas femeninas, Y los más pequeños, que es la Cruz de San Andrés, nos vienen a representar a la desintegración de todo lo negativo que hay en nuestro interior. Y en total son 8 rayos solares, que nos recuerda los ocho años de Job, que es la paciencia y tenacidad que necesitamos en nuestro trabajo.
También vemos en ese círculo los Chalchihuites con un trazo perfecto y aunado al sonido que producen cada vibración de cada color, se interpretaría como la preciosa creación y la geometrización del Universo, porque Dios geometriza.
Tenemos, por otro lado, los cuatro elementos de fuego, aire, agua y tierra; y los encontramos en la Piedra del Sol: las plumas preciosas, son símbolo del aire, los rayos solares, símbolo del fuego; las perlas preciosas, símbolo del agua y los chalchihuites, símbolo de la Tierra. También no puede faltar el líquido precioso o sangre que nos simboliza la transmutación de la energía creadora.
Rodeando al Calendario Azteca se encuentran dos serpientes de fuego, representándonos la dualidad. Una de las serpientes es el fuego sagrado que se veneraron en las culturas milenarias conocido como el Kundalini. Este fuego sagrado se encuentra dentro de nosotros, y cada uno de nosotros debemos despertarlo y desarrollarlo a través de los valores del corazón y la transmutación de la energía creadora. Este fuego es el positivo que nos recuerda a la serpiente de bronce que sanaba a los Israelitas en el desierto.
La otra serpiente nos representa al terrible Órgano Kundartiguador, que es la serpiente tentadora del Edén, la cola de Satán, el fuego luciférico negativo, que desgraciadamente todos nosotros hemos desarrollado con nuestras pasiones animales sin ningún control que operan en la sociedad actual. Ese fuego negativo viene a representar los miles de defectos que llevamos en nuestro interior y nos ha traído como consecuencia, dolor, sufrimiento, enfermedades, problemas, miseria.
Existen muchos símbolos en esta maravilloso Calendario Azteca que hay que comentar que nos llevaría mucho tiempo. Por eso les recomendamos que vean en nuestro portal principal, en la sección de libros, libros del ICQ el libro: “El Mensaje místico de la Piedra del Sol” para ahondar en todo el simbolismo que nos dejaron nuestros antepasados.
Por otro lado, tenemos la Zona Arqueológica de Teotihuacán, tenemos el Templo de Quetzalcóatl, en el que nos encontramos con simbolismos que nos llevan a reflexionar sobre origen mismo de la vida y sorprendentemente descubrimos la enseñanza precisa para lograr el auto descubrimiento, es decir, encontrar la gnosis.
Templo de Quetzalcóatl, fotografía ICQ
Aquí se realizaban rituales por los sacerdotes que estaban ataviados con plumas de quetzal preciosas, ropajes, negros, blancos y rojos. En un ambiente lleno de respeto y veneración, los asistentes llenos de espiritualidad seguían paso a paso el ceremonial sagrado.
La serpiente, emblema del Eterno Principio Femenino Divinal, la vemos, bellamente, esculpida en la roca. A su lado, encontramos el caracol de mar, emblema perfecto de la espiral de las existencias. El caracol simboliza el proceso de la esencia por los reinos mineral, vegetal y humano, con el objeto de poder revolucionarnos para regresar a nuestro lugar de origen.
Tenemos al Dios Tláloc, dios de la lluvia y Quetzalcóatl, que simboliza el agua y la serpiente emplumada, que representa el fuego, enseñanzas importantes para sublimar nuestra energía creadora.
El trabajo con nuestra pareja debe ser con amor, para que exista una verdadera comunión y así tengamos ese arte mágico de aprender a manejar las fuerzas cósmicas que se manifiestan en el interior de cada uno de nosotros.
Esta enseñanza contenida en el Templo de Quetzalcóatl es algo que se debe manifestar en nosotros, para vivirlo aquí y ahora.
Tenemos también la Pirámide del Sol que se encuentra dividida en cuatro grandes plataformas representando en sí al Íntimo de cada ser humano, y que en la cábala simboliza el IOD HE VAU HE, para recordarnos que todo en la naturaleza tiene estos principios masculino y femenino, pues IOD es el eterno principio masculino y HE es el eterno principio femenino, cuyas fuerzas al combinarse dan origen a las más extraordinarias creaciones.
Estas dos fuerzas se encuentran en la anatomía oculta del ser humano, que sabiamente utilizadas nos lleva a venerar a nuestra Divina Madre Kundalini, que desintegra los agregados psicológicos previamente comprendidos en el subconsciente, inconsciente o infra consciente, pues bien sabemos que el yo, ego o agregado psicológico se oculta en el ser humano.
Por otro lado, está la pirámide de la Luna que tiene 5 basamentos, para recordarnos los 5 aspectos de la Madre Divina:
1) La Inmanifestada Kundalini, un poder interno que hay que despertar
2) Nuestra Divina Madre manifestada, Isis, Rea, Tonantzin, es quien nos ayuda en el trabajo de eliminación de nuestros yoes internos.
3) El de la Divina diosa Madre muerte, es quien nos ayuda a eliminar los yoes.
4) La madre natura particular, individual, la que creó nuestro cuerpo físico, la que interviene en los procesos de gestación, la autora de nuestros días
5) La Maga Elemental, el de nuestros instintos y magia elemental.
Como podemos observar hay muchas enseñanzas y simbolismos que nos dejaron nuestros antepasados aztecas y que debemos descubrir para poder trascender y lograr regresar con nuestro Padre.
Ma. Guadalupe Inclán Castillo
IMAGENES: Crucifixión, Anónimo Sienés, 1350 Rituales en la veintena de Izcalli, códice Florentino, dominio público La Piedra del Sol, fotografía ICQ Detalles del calendario Azteca, imagen iStock imágenes gratuitas. Templo de Quetzalcóatl, fotografía ICQ